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- MOT.3 EJE 3: Ocupación racional y eficiente del suelo
- MOT.3.1 Línea 1: Ocupación racional del suelo
Una vez esbozado lo insostenible del modelo actual, esta línea de análisis expone las bases de lo que debe constituir una nueva forma de ocupación del suelo racional y equilibrada. Este uso racional del suelo debe pasar por la adaptación y optimización del territorio ya transformado e implicar un crecimiento del suelo a ocupar, acorde a las necesidades reales que demanden las distintas actividades a implantar en el territorio.
Otro aspecto a tener en cuenta es el que señala dónde y cómo se implantan y distribuyen en el territorio estos usos y actividades. Esta distribución debe realizarse de manera eficiente y compatible con su entorno territorial (natural, rural y urbano), y con el propósito de mitigar la huella de carbono actual y conseguir una ocupación de suelo resiliente a los efectos del cambio climático.
Este nuevo modelo debe basarse en:
- un menor consumo de suelo virgen para su transformación a urbano,
- un crecimiento urbano basado en la regeneración del tejido infrautilizado u obsoleto,
- un diseño del territorio que implique una disminución de los desplazamientos de vehículos motorizados privados,
- una optimización del espacio ocupado,
- una complejidad funcional adecuada,
- una adecuada elección de los suelos a transformar en cuanto a su ubicación y climatología, etc.
- un respeto por el entorno en el que se desarrolla permitiendo la conservación del medio natural no ocupado y, de los sistemas agrarios productivos y configuradores del paisaje.
Pero… ¿por qué es necesario minimizar la nueva ocupación de suelo? ¿Qué repercusiones sobre el medio ambiente implica la trasformación de suelo virgen?
Por un lado, los movimientos de tierra necesarios para la transformación del suelo liberan grandes cantidades de carbono acumulado, y su superficie vegetal deja de funcionar como sumideros naturales de carbono. Por otro lado, se aumenta la superficie de sellado de los suelos como consecuencia de los acabados impermeables que se utilizan en las vías y el espacio urbano (asfalto, aceras, pavimento pétreo no permeable, edificaciones, etc.). Este sellado del suelo genera una problemática ambiental que se resume en los siguientes impactos:
- Presión sobre los recursos hídricos. Cuando la tierra se cubre con capas impermeables de hormigón y asfalto, se reduce la cantidad de lluvia que el terreno es capaz de almacenar. Esto repercute en una disminución de la capacidad de captación de los acuíferos y aguas subterráneas, y por tanto de los recursos hídricos de los que se pueda disponer. Esta pérdida de agua en la tierra, conlleva la disminución del agarre de las plantas al suelo y un aumento de los procesos erosivos, que desembocan, irremediablemente, en la desertificación de los suelos, siendo este uno de los efectos más temidos del cambio climático. Asimismo el agua de lluvia que no queda almacenada en la tierra discurre por las zonas impermeables generando inundaciones por efecto del desbordamiento de las redes de saneamiento.
- Cambios en el clima local. Los suelos sellados absorben menos agua de lluvia y por tanto, reducen la transpiración superficial del suelo y las plantas, y contribuyen a cambiar el clima a escala local. Esta es una de las consecuencias de la denominada “isla de calor” de las ciudades, derivada del calor que absorben los materiales con los que se construyen (piedra, asfalto, hormigón, etc.) y la ausencia de arboles, plantas y suelos abiertos que aporten sombra y permitan la absorción del agua.
- Amenaza para la biodiversidad. La ocupación y el sellado del suelo impiden la vida de las plantas, los animales y los microorganismos, lo que repercute en la calidad del suelo que pierde su permeabilidad a gases y agua. De este modo se daña una de las funciones vitales que cumple el suelo que es la de almacenar carbono.
- Peligro para la seguridad alimentaria. La transformación y sellado por proximidad a los núcleos urbanos de los suelos más fértiles destinados en un principio a la actividad agropecuaria, implica una disminución del suelo agrícola y por tanto la garantía de una producción alimentaria de autoconsumo. Esta disminución del suelo agrícola produce una presión extra sobre el suelo agrícola restante, que debe intensificarse en su forma de explotación adoptando fórmulas menos sostenibles; además de la necesidad de buscar alimentos fuera de su entorno próximo con los gastos energéticos y de transporte que eso conlleva.

Figura 61 Fuente: Los costes ocultos del sellado del suelo.
En busca de alternativas a la ocupación y el sellado del suelo. Comisión Europea.

Figura 62 Resumen metas línea de análisis Ocupación racional del suelo. Fuente: Elaboración propia.
META 1Ocupación del suelo racional y equilibrado a las necesidades de crecimiento reales de las distintas actividades (residenciales, turísticas, terciarias, industriales, etc.) y fomento de la priorización de la regeneración del espacio ya transformado e infrautilizado, obsoleto o degradado, frente a la ocupación de nuevo suelo natural o no transformado.
Así pues y en base a lo anteriormente referido, una buena planificación urbanística adaptada al cambio climático debe sustentarse sobre propuestas de ordenación que primen la regeneración frente a la nueva ocupación y limiten la expansión urbana, y por consiguiente contengan el sellado del suelo.
Además se estima que la ocupación del terreno, y en especial el que se corresponden con el crecimiento urbano, debe ser acorde a las necesidades reales que demanden las actividades residenciales, turísticas, terciarias e industriales, promoviendo por tanto que la clasificación del suelo urbano y urbanizable, sea la mínima e indispensable para satisfacerlas pautando consecuentemente el desarrollo urbanístico.
¿Cómo se puede conseguir este consumo mínimo de suelo urbano y urbanizable?
En primer lugar es necesario contar con una buena información urbanística, social y económica del municipio, que identifique cuáles son las necesidades reales de evolución de la población, de los distintos usos y actividades del municipio. De esta manera se dimensionarán los crecimientos concretos y necesarios de la demanda de carácter residencial, industrial, terciario y turístico.
Una vez se hayan dimensionado estas necesidades reales de desarrollo, se deberá priorizar que los crecimientos urbanos se realicen, como primera opción, en suelos ocupados por usos obsoletos, infrautilizados y/o degradados, susceptibles de regeneración urbana.

Figura 63 Imagen Izquierda: Estado actual proyecto Nuevo Madrid Norte. Imagen Derecha: Propuesta de ordenación nuevo Madrid Norte. Fuente: https://www.construible.es/2018/08/02/madrid-nuevo-norte-proyecto-llamado-convertirse-referente-regeneracion-urbana-sostenibilidad


Figura 64 Imagen: Proyecto de Regeneración Urbana en Valencia. 022 estudio. Fuente: https://www.022estudio.com/portfolio-item/regeneracion-urbana-en-valencia/
Para ello es necesario que se identifiquen los suelos que han quedado infrautilizados, en desuso u obsoletos, mediante el análisis previo del estado de conservación, antigüedad, usos actuales de la edificación y suelos, de las distintas áreas, que conforman los núcleos urbanos.
Una vez reconocidos estos suelos, y a los efectos de minimizar el consumo de nuevo terreno, se deben estudiar e identificar además, los suelos urbanos o urbanizables en ejecución con tipologías de baja densidad poblacional y edificatoria, en los que todavía sea posible incrementar su intensidad de uso y densidad edificatoria, por estar a medio ejecutar o por poseer suelos vacantes de edificaciones. Así mismo, una vez se hayan identificado estos suelos de baja densidad, es importante analizar sus condiciones climáticas y de relación con su entorno, desde el punto de vista ambiental, de los efectos del cambio climático (suelos vulnerables) y del modelo. Desde aquí y la ordenación territorial, se estará en disposición de seleccionar aquellos terrenos que por sus características son los más idóneos para proponerse actuaciones de renovación urbana o de dotación, por mejorar la eficiencia del modelo de ocupación del territorio y permitir una reducción de la huella de carbono. También hay que tener en consideración los suelos que presenten edificaciones y urbanizaciones obsoletas, degradadas y poco eficientes, si bien esta casuística es tratada en el Área Temática [Eco]Sistema Urbano.
Así mismo las determinaciones de ordenación estructural que deben primar en estos suelos en desuso, infradotados o de baja densidad, serán aquellas que viabilicen una función más eficiente del territorio, mediante unas densidades, intensidades y complejidad de usos suficientes que permitan un modelo de ordenación que minimice la movilidad urbana rodada y por tanto reduzca el consumo de recursos energéticos, minorando consecuentemente las emisiones de gases de efecto invernadero. Es importante por tanto que se realice una correcta información y diagnóstico del modelo urbano de partida, de manera que se reconozcan estos espacios de “oportunidad” en los que actuar. Esta casuística se expone con mayor detalle en la línea de análisis 3 Hacia un nuevo [Eco]Sistema urbano de este eje de integración.
META 2Supeditar la nueva ocupación de suelos para crecimientos urbanos a la mejora de la eficiencia energética, la reducción de la movilidad de vehículos privados y la adecuación de su ubicación respecto a las espacios vulnerables derivados de las consecuencias del cambio climático.
Una vez agotadas las posibilidades de estos suelos y evidenciada la necesidad de proponer otros espacios para el crecimiento demandado, se propondrán nuevas ocupaciones de terreno virgen para el desarrollo de los suelos urbanizables.
Pero…. ¿Cómo debe seleccionarse el nuevo suelo a ocupar para su
transformación urbana?
Como se ha dicho anteriormente es importante que el nuevo suelo clasificado como urbanizable sea el mínimo e imprescindible, y utilice pautas de ocupación que persigan la minimización de los desplazamientos de vehículos, la reducción de la demanda de los recursos naturales y energéticos, no ocasione daños ecológicos, al tiempo que se establezcan medidas de mitigación frente al sellado del suelo que inevitablemente vaya a producirse (materiales de construcción permeables y técnicas de retención de aguas para minimizar el desagüe de agua de tormentas).
Por ello y en primer lugar la selección de la ubicación de los nuevos espacios urbanizables debe ser acorde a los principios anteriormente expuestos, por lo que deben localizarse en contigüidad a los suelos urbanos existentes. Sólo es factible que no se produzca esta continuidad, cuando los usos a implantar sean incompatibles o nocivos para la población circundante (como por ejemplo usos industriales de transformación).
La importancia de proponer suelos en contigüidad al urbano existente deriva de los gastos asociados que ha evidenciado la denominada “ciudad difusa”, caracterizada por el desarrollo de espacios aislados, principalmente de uso residencial de baja densidad, totalmente rodeados de suelos rústicos y distanciados de los núcleos urbanos existentes. La urbanización o transformación de estas zonas, conlleva la necesidad de llevar las infraestructuras y servicios que demanda el desarrollo de la actividad urbana, ya sea para dotarlo de accesibilidad o de los servicios urbanos de abastecimiento, saneamiento y energía eléctrica necesarios. La ejecución de estas redes, para conectarlas con las generales del municipio, implica un gasto en recursos, materiales y mantenimiento de las infraestructuras que no queda justificado normalmente para la intensidad de uso y densidad de población que se proponen en estos suelos. De la misma forma, la situación aislada de estos suelos, normalmente desprovista de los servicios y dotaciones que requerida por la población (docentes, sanitarios, deportivos, comerciales, etc.), implica que sus residentes deben inexorablemente trasladarse en coche hacia otros núcleos urbanos en la búsqueda de estos usos. Además, normalmente, estos núcleos de población aislados carecen de un buen sistema de transporte público, motivo por lo que la movilidad es mayoritariamente privada. Todas estas circunstancias hacen que el modelo de la ciudad difusa produzca más emisiones de gases de efecto invernadero y mayor consumo de recursos energéticos y materiales, evidenciando un patrón de ocupación del terreno totalmente insostenible y con menor cohesión social.
Es por ello que la elección de la ubicación de los espacios urbanizables a situar en contigüidad a suelos urbanos, debe responder además a una estrategia de intervención que persiga tanto la mitigación como la adaptación del modelo urbanístico al cambio climático. Así pues, los suelos urbanizables que se propongan, deben, en primer lugar, situarse en continuidad a los núcleos de población que posean un mayor nivel de servicios, de manera que la movilidad poblacional se vea reducida. Además la dimensión e intensidad de usos y densidades de los suelos urbanizables que se propongan, han de buscar modelos de ocupación que promuevan la eficiencia urbana mediante el establecimiento de tipologías que fomente una ciudad compacta en su morfología, compleja en su organización, eficiente metabólicamente y cohesionada socialmente.
También sería factible que, dentro de esta estrategia se busque el incremento de los servicios destinados a la población de los suelos urbanos aislados en el territorio y con un nivel de prestaciones dotacionales insuficientes, producto de un modelo de baja densidad; de manera que se propongan terrenos urbanizables, con dimensiones, intensidades, densidades y complejidad funcional suficientes, en continuidad a estos suelos urbanos infradotados, reduciendo consecuentemente la movilidad asociada a esos núcleos.
Igualmente es importante en la definición del patrón de ocupación y en la selección de la ubicación de los suelos urbanos y urbanizables, siempre que sea factible, que estos se sitúen en espacios aptos para el desarrollo urbano por carecer los suelos indicados, de otros valores que merezcan su protección para el desarrollo de la actividad primaria o para la conservación de sus valores ambientales o ser inapropiados por su vulnerabilidad al cambio climático o por sus condiciones climatológicas.
La incidencia del clima local, así como su grado de afección a las condiciones de confort, en una determinada área o zona, implica un mayor o menor consumo energético en el acondicionamiento térmico necesario para los usos residenciales, turísticos, etc. que se vayan a desarrollar. Una mala elección de un terreno o área para el desarrollo urbano desde el punto de vista de su idoneidad bioclimática, incide directamente en la necesidad de incrementar el gasto energético en la búsqueda de este confort, lo que provoca un incremento del consumo de recursos naturales, una mayor emisión de los GEI y por tanto un empeoramiento del cambio climático. Es por ello que se hace necesario, antes de decidir la ubicación de los nuevos suelos para su transformación urbana, conocer las condiciones bioclimáticas que identifiquen los diversos climas locales existentes en el territorio, de manera que se puedan clasificar desde la óptica de la idoneidad bioclimática.
“La búsqueda de la ubicación más favorable sobre la base de las consideraciones climáticas constituye la primera etapa del proceso de diseño bioclimático, el cual debe ser posteriormente complementado con otras estrategias urbano-arquitectónicas. El punto de partida es que las características climáticas definen las condiciones externas, las cuales repercuten de forma directa en la calidad térmica en el interior de los edificios y, por tanto, en la comodidad de los ocupantes (Sohar, 1982).”

Figura 65 Imagen: Costa del Sol Occidental. Mapa de calificación de la idoneidad bioclimática según la intensidad de medidas correctoras necesarias para lograr el confort. Leyenda: Ordenados de mejor a peo, donde el nivel A corresponde con las mejores condiciones para lograr el confort y el nivel E es donde el confort es más difícil de lograr, debido a las bajas temperaturas. Fuente: Incidencia del clima local en los procesos de planificación territorial: Análisis bioclimático de la Costa del Sol Occidental de Málaga (España). EURE (Santiago), 41(123), 187-210. https://dx.doi.org/10.4067/S0250-71612015000300008

Figura 66 Imagen: Carta bioclimática de Olgyay ajustada al contexto geográfico de la Costa del Sol Occidental. Fuente: Incidencia del clima local en los procesos de planificación territorial: Análisis bioclimático de la Costa del Sol Occidental de Málaga (España). EURE (Santiago), 41(123), 187-210. https://dx.doi.org/10.4067/S0250-71612015000300008
Esta forma de proceder también tiene que estar presente a la hora de actuar en la ciudad turística de Canarias. La legislación canaria, a partir del 2003, en particular en el 2006, 2013, 2015 y recientemente 2020, establece medidas enfocadas al turismo y la sostenibilidad territorial, disponiendo limitaciones a la clasificación de nuevo suelo urbanizable y promoviendo fundamentalmente la regeneración de la ciudad turística y la renovación de los establecimientos turísticos que con el paso del tiempo habían quedado obsoletos. Gracias a esta iniciativa del gobierno, muchos de los núcleos turísticos que habían perdido competitividad y atractivo, iniciaron estrategias de intervención tanto públicas como privadas, que han dado como resultado la renovación del espacio turístico consolidado. No obstante muchos son los núcleos turísticos que todavía no han acometido estas medidas y necesitan de una renovación urbana así como de una rehabilitación edificatoria que mejore la eficiencia energética, disminuya la huella de carbono de los establecimientos turísticos e impulse la adaptación de los núcleos turísticos a las injerencias del cambio climático.
Otro aspecto a tener en cuenta, en la definición del modelo de ocupación, es la orientación que se le debe dar a los espacios intersticiales de la urbanización fragmentada. Estos más que meros restos de un territorio urbanizado, deben entenderse como una zona de oportunidad, en la que se propongan las actividades más adecuadas en función de las características intrínsecas que pose este suelo. Así pues se podrán utilizar como corredores ecológicos, actividades agrícolas o de reforestación, para la implantación de energías renovables, etc.
Así mismo en la definición del modelo de ocupación adaptado al cambio climático, no sólo importa el territorio que se destine al desarrollo urbano, sino también debe adquirir gran importancia el suelo destinado a las actividades económicas agropecuarias, forestales, etc., el necesario para el correcto desarrollo de la población rural, así como el suelo con valores ambientales a proteger por los servicios ecosistémico que aportan. Estos aspectos ya se han tratado en las líneas de análisis 1 [Eco]Sistema natural y 2 [Eco]Sistema Rural del eje 1 Territorio equilibrado.
Items de análisis
- Análisis del grado del sellado del suelo.
- Análisis de las necesidades reales de crecimiento de las distintas actividades (turística, terciaria, industrial, etc).
- Análisis del crecimiento poblacional en los últimos 10 años y su proyección demográfica.
- Análisis de la capacidad del suelo urbano y urbanizable vacante para acoger los distintos usos y actividades.
- Análisis del estado de conservación y antigüedad de la edificación y de los usos actuales de las edificaciones y áreas de suelos.
- Identificación y localización de ámbitos de suelo urbano y urbanizable de baja densidad.
- Análisis bioclimáticos. Recopilación de los datos meteorológicos asociados al confort, correspondientes a la temperatura y la humedad relativa.
- Análisis de las variables ambientales (natural, paisajística, cultural y costera) en las proximidades de los núcleos de población y de los suelos urbanos y urbanizables.
- Análisis de impactos físicos y riesgos del lugar ante las amenazas del cambio climático.
- Identificación y localización de los sistemas generales de usos y servicios públicos y de los equipamientos estructurantes de usos comunitarios.
- Análisis de los desplazamientos de la población (distancia, tiempo de recorrido, transporte utilizado) a los sistemas generales de usos y servicios públicos y equipamientos estructurantes de usos comunitarios, así como lugar de trabajo.
- Movilidad y cobertura del transporte público.
Para obtener esta visión crítica sobre el estado actual del modelo resulta necesario que la información urbanística del instrumento de planeamiento deba analizar una serie de aspectos para realizar un diagnóstico preciso y así enfocar las medidas y propuestas de cara a la ordenación.
La fase de INFORMACIÓN Y DIAGNÓSTICO deberá proporcionar la suficiente información a partir de unos elementos de análisis para detectar las zonas prioritarias de actuación que presenta el ámbito de estudio y actuación, en cuanto al funcionamiento y eficiencia de dicho modelo. Para esto, quien planifica deberá considerar:
- (OE) Análisis del grado del sellado del suelo, respecto al ámbito municipal y en relación con los suelos urbanos y urbanizables, con el fin de valorar la necesidad de reducir o no este sellado.
- (OE) Análisis de las necesidades reales de crecimiento de los distintos usos y actividades (residencial, turísticos, terciarios, industrial, etc.) del modelo urbano, para valorar las demandas de suelo a ocupar por estas actividades.
- (OE) Análisis de la capacidad del suelo urbano y urbanizable vacante para acoger los distintos usos y actividades, y así determinar la suficiencia o no de estos suelos respecto a las necesidades de crecimiento de los diversos usos y actividades.
- (OE/OP) Análisis del estado de conservación, antigüedad de la edificación así como de los usos actuales de las edificaciones y áreas de suelos en los núcleos urbanos, para identificar y localizar las grandes áreas obsoletas, en desuso o infrautilizadas, así como los espacios monofuncionales o de escasa complejidad funcional.
- (OE) Identificación y localización de ámbitos de suelo urbano y urbanizable de baja densidad:
- Susceptibles de aumentar su edificabilidad total e intensidad de usos por no estar totalmente colmatada la superficie edificable de suelo.
- De usos monofuncionales, con poca o ninguna complejidad funcional, respecto a los suelos con funciones globales residenciales se identificarán aquellos que carecen de usos terciarios, comunitarios y de servicios públicos.
- (OE) Análisis bioclimáticos territorial identificando los diversos climas locales y las diferentes respuestas biológicas asociadas a cada uno de ellos. Con estos resultados se elabora una clasificación del lugar desde la óptica de la idoneidad bioclimática (mapa de calificación de la idoneidad bioclimática del territorio). Para ello es necesario:
- Recopilar los datos meteorológicos asociados al confort, correspondientes a la temperatura y la humedad relativa de las distintas zonas del territorio municipal.
- Evaluación bioclimática anual, de los meses más fríos y de los más calurosos del año de las distintas zonas del territorio municipal.
- Asignación de grados de idoneidad según condicionantes bioclimáticos.
- Diagnóstico de adecuación de los suelos urbanos y urbanizables del planeamiento vigente según el grado de idoneidad bioclimático.
- (OE) Análisis de las variables ambientales y naturales del territorio que puedan repercutir en limitaciones de usos por sus valores naturales, paisajísticos, culturales y costeros.
- (OE) Análisis de impactos físicos y riesgos del lugar ante las amenazas del cambio climático, para valorar las áreas vulnerables frente a inundaciones, fuertes oleajes, subidas del nivel del mar, desprendimientos, altas temperaturas, incendios, etc.
- (OE) Identificación y localización de los sistemas generales de usos y prestaciones públicas así como de los equipamientos estructurantes de funcionalidad comunitaria para determinar el nivel de servicios a nivel orgánico de los núcleos poblacionales del territorio municipal.
- (OE) Análisis de los desplazamientos de la población (distancia, tiempo de recorrido, transporte utilizado) a los sistemas generales de usos, servicios públicos y equipamientos estructurantes con funcionalidad comunitaria, así como al lugar de trabajo, para valorar la eficiencia de los núcleos poblacionales o de los suelos urbanos y urbanizables respecto a la movilidad urbana y el transporte.
- (OE) Movilidad y cobertura del transporte público, para determinar las poblacionales con mejor y peor cobertura en el transporte público.
- (OE) Conclusiones sobre qué núcleos poblacionales o suelos urbanos y urbanizables de baja densidad son susceptibles de incremento edificatorio y complejidad funcional, por su idoneidad bioclimática y ambiental así como por su impulso en la reducción de la movilidad de vehículos privados (reducción de las emisiones GEI).
- (OE) Conclusiones sobre qué núcleos poblacionales o suelos urbanos de baja densidad y monofuncionales son susceptibles de plantear crecimientos por la clasificación de nuevos espacios urbanizables, por su idoneidad bioclimática y ambiental y por contribuir en la reducción de la movilidad urbana susceptible de emitir GEI.
Diagnóstico
Necesidades de actuación
- Identificación y localización de áreas y ámbitos con alto sellado de suelos o poca permeabilidad.
- Necesidad de nuevas viviendas para cubrir la demanda poblacional prevista según la proyección demográfica analizada.
- Necesidades reales de crecimiento de los distintos usos y actividades y superficie necesaria de suelos a ocupar por estos usos y actividades en suelos urbanos y urbanizables.
- Identificación y capacidad de superficie de los ámbitos y áreas de suelo vacante en suelos urbanos y urbanizables según planeamiento de partida.
- Identificación y localización de ámbitos infrautilizados, en desuso y/o degradados susceptibles de regeneración urbana.
- Identificación y localización de ámbitos de suelo urbano y urbanizable de baja densidad susceptibles de aumentar su edificabilidad total e intensidad de usos por no estar totalmente colmatada la superficie edificable de suelo.
- Identificación y localización de ámbitos de suelo urbano y urbanizable de baja densidad con usos monofuncionales y con poca o ninguna complejidad funcional.
- Delimitación de las áreas y ámbitos según calificación de la idoneidad bioclimática del territorio, desde el punto de vista del confort ambiental e identificación de los suelos urbanos y urbanizables del planeamiento vigente según su calificación de idoneidad bioclimática.
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Delimitación de las áreas y ámbitos susceptibles de protección por limitaciones de usos derivadas de valores naturales, paisajísticos, culturales y costeros.
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Identificación de las áreas vulnerables por riesgos naturales asociados al cambio climático.
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Identificación y clasificación de los núcleos de población en función de la existencia de servicios públicos y usos comunitarios.
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Plano de diagnóstico que identifique y valore en tiempo y distancia los núcleos de población en la búsqueda de los distintos sistemas generales de servicios públicos y equipamientos estructurantes de usos comunitarios existentes en el territorio.
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Movilidad y cobertura del transporte público, para determinar los núcleos poblacionales con mejor y peor cobertura en el transporte público respecto a los usos y servicios públicos y usos comunitarios de mayor afluencia poblacional (docentes, deportivos, sanitarios, comerciales, etc).
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Plano de conclusiones de que núcleos poblacionales o suelos urbanos y urbanizables de baja densidad son susceptibles de incremento edificatorio y complejidad funcional, por su idoneidad bioclimática y por su mejora en la reducción de la movilidad urbana.
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Plano de conclusiones de que núcleos poblacionales o suelos urbanos de baja densidad y monofuncionales son susceptibles de plantear crecimientos por la clasificación de nuevos suelos urbanizables, por su idoneidad bioclimática y por contribuir en la reducción de la movilidad urbana susceptible de emitir GEI.
Estos aspectos que se diagnostiquen pueden ser identificados como debilidades, pero también como potencialidades y oportunidades para un cambio de rumbo si el planeamiento urbanístico los identifica e implementa medidas dirigidas para ese cambio desde la ordenación.
Los indicadores, que se presentan a continuación, se agrupan en dos bloques, indicadores de evaluación/diagnóstico e indicadores de seguimiento. Los primeros ayudan a establecer el grado de sostenibilidad y lucha contra el cambio climático de la situación actual del territorio para establecer prioridades de actuación, y los segundos se aplicarán tras establecer las alternativas de ordenación y la ordenación final y así analizar si el proceso de ordenación y las intervenciones establecidas hacen del territorio un espacio resiliente y mitigador frente al cambio climático.
Indicadores
Evaluación-ordenación-seguimiento
Los indicadores de evaluación, completan el diagnóstico precisamente porque nos ayudarán a evaluar la situación actual y si se acerca o no cumple con los umbrales mínimos de sostenibilidad, requiriendo en su caso, una atención prioritaria.
Estos indicadores se presentarán en forma de ficha en el Anexo de indicadores a la presente Guía.
Tabla 7 Indicadores de la línea de análisis Ocupación racional del suelo. Fuente: Elaboración propia
| INDICADORES | CRITERIOS DE ORDENACIÓN | EVALUACIÓN DIAGNÓSTICO |
MODELO | SEGUIMIENTO | TIPO DE INDICADOR | ||||||||||||||||||||||||||
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| UMBRAL MÍNIMO | UMBRAL DE SOSTENIBILIDAD | ||||||||||||||||||||||||||||||
| TPB-IND.03 | Conectividad ecosistémica de la infraestructura verde | – | – |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| TPB-IND.12 | Carbono en la vegetación | Las existencias de carbono en la vegetación podrán sustraerse a las emisiones. Balance óptimo ≤ 0. |
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Primario | |||||||||||||||||||||||||
| TPB-IND.24 | Infraestructura verde ejecutada | – | La vulnerabilidad debe reducirse con el tiempo. |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MOT-IND-5 | Superficie artificial por habitante | 300 | <300 |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MOT-IND-6 | Dotación de servicio básico por habitante | >75% de los valores referenciales óptimos | 100% de los valores referenciales óptimos |
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Secundario | ||||||||||||||||||||||||
| MOT-IND-7 | Superficie urbanizada del municipio | <10% | Sin crecimiento |
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Secundario | ||||||||||||||||||||||||
| MOT-IND-8 | Incremento de la superficie urbanizada | <10% | <1% |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MOT-IND-9 | Localización espacial de la actuación urbanística | >25% | 100% |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MOT-IND-10 | Conectividad de la actuación urbanística | >50% | 100% |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MOT-IND-11 | Densidad de población |
Ciudad existente: >100viv/ha y >250hab./ha Suelos urbanizables (suelo de extensión): |
Ciudad existente: >100viv/ha y >250hab/ha y máximo ≤ 400hab/ha. Suelos urbanizables (suelo de extensión): |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MOT-IND-12 | Coeficiente de edificabilidad | >0,60 o 0,63 m2c/m2s, considerando, para actuaciones de uso mayoritario residencial, entre un 16% o 20% de superficie construida para otros usos (comerciales, terciarios, equipamientos, etc.) y densidades de población >80viv/ha (para nuevos suelos urbanizables) | >0,75 o 0,78 m2c/m2s, considerando, para actuaciones de uso mayoritario residencial, entre un 16% o 20% de superficie construida para otros usos (comerciales, terciarios, equipamientos, etc.) y densidades de población >100viv/ha. |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MOT-IND-13 | Compacidad absoluta | – | >2,5 Edificar sólo con el objetivo de redensificar (Urbanización baja intensidad), >4,5 para el 50% de la actuación (Urbanización media intensidad), >5 para el 75% de la actuación (Sistema urbano compacto). |
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Primario | |||||||||||||||||||||||||
| MOT-IND-14 | Equilibrio entre actividad y residencia | – | Mínimo y deseable: >20% de la superficie construida del ámbito de actuación (suelo de regeneración urbana y suelo urbanizable). |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MOT –IND.15 | Riesgo de incendio forestal |
<30% días con riesgo de incendio alto/muy alto o extremo. <10% perímetro colindante con usos forestales. |
<10% días con riesgo de incendio alto/muy alto o extremo 0% perímetro colindante con usos forestales |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MOT –IND.16 | Riesgo de inundación | =1 | <1 |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MOT-IND-17 | Otros riesgos naturales | <2,39 | =0 |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MOT-IND-18 | Grado de participación de la infraestructura verde en el control de riesgos climáticos | Existencia exclusiva de equipamientos públicos y/o de uso residencial adaptado. | 100%ocupada por la infraestructura verde. |
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Secundario | ||||||||||||||||||||||||
| MOT –IND-19 | Grado de exposición de la población residente en el ámbito | 100%adaptada | 0% |
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Secundario | ||||||||||||||||||||||||
| MOT-IND-20 | Participación de la infraestructura verde en la reducción de temperatura |
<2,77ºC <5ºF |
– |
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Secundario | ||||||||||||||||||||||||
| MOT-IND-21 | Capacidad de infiltración de Suelo | 5mm-25mm | >25mm |
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Secundario | ||||||||||||||||||||||||
| MOT-IND-22 | Protección frente a la subida del nivel del mar | 65%-75% | >75% |
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Secundario | ||||||||||||||||||||||||
| MOT-IND-23 | Disponibilidad de la infraestructura verde como refugio | 5-12 m2/hab | >12m2/hab |
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Secundario | ||||||||||||||||||||||||
| MA-IND-02 | Proximidad a la red de transporte público | >80% con cobertura a paradas de transporte público. | 100% con cobertura a paradas de transporte público. |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MA-IND-03 | Proximidad a redes de transporte alternativo al automóvil | >80% de la población con cobertura población con cobertura simultánea a 3 de las 4 redes consideradas. | >100% de la población con cobertura población con cobertura simultánea a 3 de las 4 redes consideradas. |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MA-IND-09 | Plataformas logísticas de distribución | Consideración o no, de una reserva de espacio para la distribución de mercancías. El dimensionado estará sujeto a la superficie de la actuación urbanística y a la edificabilidad terciaria/comercial. |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||||
| MA-IND-22 | Índice de permeabilidad de las infraestructuras | – | 100% |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| EU-IND.01 | Protección de espacios y hábitats de interés natural | – | Se plantea como objetivo deseable que el planeamiento no afecte a ninguna zona de especial interés. Como objetivo mínimo se permitirá un porcentaje mínimo de afectación que podrá determinarse dependiendo del caso concreto y deberá ser estudiada mediante un Estudio de Impacto Ambiental que proponga las medidas correctoras adecuadas. |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| EU-IND.06 | Superficie verde por habitante | >10m2/habitante | >15m2/habitante |
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Secundario | ||||||||||||||||||||||||
| EU-IND.07 | Proximidad a los espacios verdes | 100% población con cobertura a un mínimo de 3 categorías de espacio verde. | 100% población con cobertura a un mínimo de 4 categorías de espacio verde. |
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Secundario | ||||||||||||||||||||||||
| EU-IND.21 | Índice de permeabilidad del suelo | > 0,30 | > 0,35 |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| EU-IND.24 | Contaminación atmosférica | – | * |
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Secundario | ||||||||||||||||||||||||
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(*) 100% del territorio por debajo de los siguientes límites:
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Medidas y recomendaciones
para la ordenación y ejecución
- (M) Ocupación del suelo racional, equilibrada y adaptada a las necesidades reales de crecimiento de las distintas actividades a implantar.
- (M) Minimizar el consumo de nuevo suelo para su transformación a urbano. Toda estrategia de intervención deberá considerar el territorio como un recurso natural, escaso y no renovable, minimizando su consumo. La utilización de nuevo suelo debe estar muy limitada y tender a un crecimiento cero.
- (M) Priorizar la regeneración urbana de áreas obsoletas e infrautilizadas frente a la nueva ocupación de suelo para su transformación.
- (M) Incrementar, siempre que sea factible, la edificabilidad y complejidad de usos en ámbitos y áeras de suelo urbano y urbanizable de baja densidad y monofuncionalidad.
- (M) Locallizar los espacios urbanizables en contigüidad a los suelos urbanos existentes. Sólo será factible que no se produzca esta contigüidad cuando la función a implantar en estos sea nociva o peligrosa para la población.
- (M) Seleccionar y localizar los suelos urbanizables en áreas que minimicen los desplazamientos de vehículos, reduzcan el consumo de energía y de recursos naturales.
- (M) Evitar la proliferación de grandes espacios destinados a lugares de ocio, empresas, comercios, etc. alejados del centro urbano, para reducir el uso masivo del transporte privado.
- (M/A) Determinaciones de ordenación en áreas de regeneración urbana y suelos urbanos y urbanizables con criterios que primen la compacidad, el aumento de la densidad urbana y la complejidad funcional, así como el aumento de los espacios verdes que constituyan o puedan llegar a constituir la infraestructura verde y su participación en la mitigacion y adaptacion de los efectos del cambio climático.
- (A) Establecer criterios de ordenación en las áreas vulnerables, que minimicen, en la población y en las actividades productivas, los efectos derivados de los riesgos naturales como consecuencia del cambio climático (inundaciones, embates marinos, ascensos del nivel del mar, eventos meterológicos extremos –lluvias, vientos y olas de calor-, incendios, etc.).
- (A) Establecer especificaciones de ordenación dirigidas a disminuir el sellado del suelo.
- (M) Ubicar los sistemas generales y equipamientos estructurantes en áreas accesibles al mayor volumen de población, de manera que se minimicen los desplazamientos motorizados.
Criterios
para la ordenación
- Al menos el 35% de superficie no sellada.
- La selección y localización de los suelos urbanizables debe seguir los siguientes criterios:
- En contigüidad a núcleos poblacionales con mayor cantidad de servicios públicos, usos terciarios y próximos a los lugares de trabajo.
- En contigüidad a espacios residenciales monofuncionales ya ocupados y aislados teritorialmente, de manera que se aporten aquellos servicios/otros usos de los que carecen.
- En contigüidad a núcleos poblacionales con climas locales adecuados desde la idoneidad bioclimática para el confort de las personas.

