Una vez esbozados, en las anteriores líneas de análisis y ejes de integración, los problemas que conlleva un modelo de ordenación basado en la zonificación de usos y en la dispersión (ciudad difusa), es necesario establecer las pautas de ordenación que permiten reconducir este patrón hacia otro más sostenible y por tanto más adecuado para evitar y minimizar los efectos del cambio climático.

Figura 69 Resumen metas línea de análisis Hacia un nuevo [Eco]sistema urbano. Fuente: Elaboración propia.

META1

Fomentar modelos de ocupación con mixticidad de usos que minimicen las necesidades de movilidad de la población y una reducción de los recursos energéticos.

Por ello es importante que desde la escala estructural de un planeamiento urbanístico se propongan actuaciones y determinaciones de ordenación que traigan como consecuencia revertir este modelo monofuncional a día de hoy impuesto.

HETEROGENIZANDO EL TERRITORIO HACIA LA DE-ZONIFICACIÓN

Respecto a las zonas de uso residencial, el plantear espacios más ricos funcionalmente permite que la población no tenga por obligación que desplazarse hacia otros entornos para obtener los servicios o equipamientos que en su zona no encuentra. En este sentido se interpreta que el uso comercial o terciario (entendiendo todo aquel que proporciona un servicio a la población no cubierto por la administración pública) es sin lugar a dudas el que permite que la población establezca una dinámica de interrelación y genere “vida” dentro de su entorno espacial, promoviendo además una relación social más rica y cohesionada. Por ello es importante que desde la escala estructural se atienda a esta necesidad. Así pues es fundamental que se fomenten modelos de ocupación de usos mixtos o con un alto grado de compatibilidad con otras funcionalidades necesarias e interrelacionadas para que este fin sea conseguido. Estas determinaciones deberían ser de aplicación tanto para los suelos existentes como para los de nueva implantación.

En los suelos y entornos urbanos monofuncionales existentes, se deberá valorar la estrategia a seguir, según la capacidad de revertir o modificar la situación actual de estos suelos.

¿Qué tipos de estrategias se pueden aplicar en los suelos monofuncionales?

En los espacios monofuncionales de nueva creación ya ocupados, será factible que, desde una estrategia territorial amplia, se propongan los nuevos crecimientos residenciales en contigüidad a estos entornos, de manera que se le aporten aquellos servicios o usos de los que carecen. Es por ello importante que desde la información urbanística se detecte el tejido urbanístico de cada zona, su riqueza funcional, además de las condiciones naturales, culturales, exposición de riesgos naturales y antrópicos, conectividad, etc. de manera que se haga un diagnóstico adecuado y se puedan diseñar las estrategias más convenientes en cada caso. Si todavía existiera posibilidad de aumentar la compatibilidad de funcionalidades por existir suelos vacantes o no ocupados, se podrá proceder a la modificación de la regulación de usos a implantar mediante cambios normativos o mediante la técnica de actuaciones de dotación.

Respecto a los suelos de nueva implantación, las determinaciones de ordenación a nivel estructural deberán garantizar que el desarrollo de ese suelo sea lo más multifuncional posible, mediante la técnica de asignación de edificabilidades destinadas a otros usos no característicos, así como tipologías edificatorias a implantar que posibiliten la ocupación de las plantas bajas con otras funcionalidades compatibles y necesarias (comercial, servicios, oficinas, etc.) que mejoren el papel de la zona a desarrollar, promoviendo entornos compactos y complejos funcionalmente. Es decir para un sector de suelo urbanizable de uso predominante residencial, se deberá garantizar que un mínimo de la edificabilidad (mayor al 20% de la edificabilidad total) se destine a un uso terciario (oficinas, comercial, sector servicios, talleres de primera necesidad compatibles con el uso residencial, etc.), y otra a la edificabilidad destinada a los servicios públicos (docente, sanitario, cultural, administración pública, etc.). Respecto a la ubicación de estos últimos, se han de proponer ámbitos que potencien el fácil acceso de la población situados a unas distancias, que no requieran necesariamente la utilización de vehículos para poder llegar a ellos. Debe favorecerse el poli-centrismo, entendido como “nodos” estratégicamente ubicados y conectados por las distintas redes de transporte.

También sería factible que, en una sociedad caracterizada por la velocidad de los cambios en la tecnología y gustos, se planteara como alternativa a una asignación de usos fijos, la posibilidad de permitir bajo criterios de calidad ambiental y objetivos de adaptación y mitigación, nuevos usos no previstos por el planeamiento, de manera que sin modificar radicalmente el modelo de ordenación propuesto, se permitieran usos o actividades no contemplados por ser los mismos inimaginables en el momento de la determinación de la ordenación.

Respeto a la distribución de usos en el territorio, hay que hacer una mención especial a la asignación y distribución de las viviendas de protección. Debe perseguirse un modelo en el parque de viviendas que no excluya a nadie por razones de renta, entre otros aspectos. Este parque de viviendas protegidas debe distribuirse en los diferentes barrios o zonas del territorio para evitar la exclusión social y conseguir territorios cohesionados. La premisa es diseñar entornos que impulsen condiciones de igualdad para toda la comunidad, en cuanto a la cercanía a los servicios y la complejidad funcional de usos, al menos (ver Área Temática GDHE Gobernanza, dimensión humana y económica).

En otra línea del buen hacer, se debe huir de modelos que planteen la implantación de grandes equipamientos terciarios fuera de los entornos urbanos de uso residencial, que obligue a incrementar el uso del automóvil y por tanto se aumenten las emisiones de gases de efecto invernadero y el consumo de recursos energéticos. Los usos que necesariamente deban convivir para garantizar un correcto desarrollo para el hábitat del ser humano en su día a día, no deben fragmentarse o aislarse de aquellos a quienes sirven. Sólo los usos incompatibles al residencial deberían proponerse alejados.

También es relevante, desde la dimensión estructural de la calificación de los suelos de un territorio, el conocimiento de las actividades que presentes en el mismo, a fin de proponer aquellas otras que puedan establecer una simbiosis y potenciar la ecología industrial. Es por tanto de interés, contar con la información urbanística correcta respecto a las actividades implantadas en el territorio y sus necesidades, a fin de proponer espacios para otras capaces de cubrir las necesidades de las primeras y minimizar la movilidad y los gastos de los recursos energéticos.

Por último es importante, en la calificación de los suelos, fomentar la agricultura y ganadería de proximidad mediante la calificación del suelo susceptible de aprovechamiento para usos agropecuarios, por su simbiosis con el uso residencial y como medida de mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero que conlleva el transporte de los alimentos, tal como ha quedado evidenciado en la línea de análisis anterior y en la del [Eco]sistema rural de esta Área Temática.

META2

Ordenar el territorio fomentando la densidad, la compacidad y evitando la dispersión urbana, para minimizar el consumo del suelo urbano, reducir las emisiones asociadas al transporte y generar entornos eficientes energéticamente.

La densidad urbana, es sin lugar a dudas la medida que permite implantar modelos urbanos más o menos compactos y adecuados a los principios de sostenibilidad y eficiencia energética que persiguen las actuales políticas europeas.

No obstante no existe un umbral de densidad ideal o adecuado para mitigar las causas del cambio climático, ya que este depende de las características del lugar y del tipo de territorio.

Lo que sí es cierto es que en la decisión de un modelo de ordenación, deben de primar los principios de: menor consumo de suelo virgen, reducir de la necesidad de transporte y movilidad de la población, mejorar y perseguir la eficiencia energética, tal como se ha expuesto en las líneas anteriores, entre otros aspectos.

Para alcanzar estos ítems no sólo es necesario tener unas buenas pautas de ocupación del territorio y una distribución espacial de usos adecuados, sino también tener una densidad urbana óptima que permita cumplir los criterios expuestos en el párrafo anterior.

Si bien, como se decía al inicio de este punto, no existe una densidad óptima a implantar, sí se pueden determinar unos umbrales máximos y mínimos que si se sobrepasan se incurriría en modelos insostenibles y por tanto contrarios a la reducción de los gases de efecto invernadero.

En las siguientes líneas de análisis se expondrán las distintas cuestiones que hay que tener en presente para determinar, en cada caso y territorio, la densidad e intensidad óptima a la que se debe aspirar para cumplir con los principios de sostenibilidad y por tanto contribuir a paliar las consecuencias del cambio climático. Esta línea de análisis está relacionada con el Área Temática [Eco]sistema Urbano (EU).

Hacia la densificación de lo disperso

Como ya se expuso en el eje de integración sobre pautas de ocupación, el modelo urbano residencial que mayor auge tuvo a finales del pasado siglo XX, fue el del “residencial de baja densidad”; producto de una moda anglosajona, denominada “cuidad jardín”, y que estaba dirigido a una población de alto o medio poder adquisitivo que buscaba una mejor calidad de vida; basada en la creencia de que el nivel de bienestar aumentaría si se trasladaba a vivir a una vivienda con jardín, dentro de urbanizaciones alejadas de la ciudad, en contacto de la naturaleza, pero bien conectadas con carreteras y autopistas.

No obstante como ya se ha evidenciado en las líneas de análisis previas esta forma de proceder ha provocado múltiples problemas ambientales y sociales. Entre ellos destacamos la fragmentación del territorio y de los ecosistemas naturales, las altas emisiones de gases de efecto invernadero por la movilidad asociada, un consumo excesivo de recursos materiales y energéticos para abastecer de los servicios necesarios a las poblaciones de las urbanizaciones dispersas y segregación social por ausencia de mezcla de población de distinto poder adquisitivo.

Figura 70 Fuente: Letchworth Garden City primera ciudad jardín del mundo. (ODS 11: Ciudad Jardín El Bierzo. https://www.lanuevacronica.com/ods-11-ciudad-jardin-el-bierzo)

Muchos son los estudios que se han realizado en los que se ha constatado que los costes de construcción de la ciudad dispersa o de baja densidad duplica e incluso triplica la de la ciudad compacta; y que el coste de mantenimiento de los servicios llega a triplicarse, evidenciando lo insostenible de este modelo.

Figura 71 Fuente: El coste de la «ciudad dispersa». Comparación de los servicios públicos para las zonas suburbanas y urbanas en Halifax, Nueva Escocia (fuente: Sustainable Prosperity) https://paisajetransversal.org/2016/02/el-coste-de-la-ciudad-dispersa-arquitasa/

Figura 72 Fuente: Emparanza Bereciartúa, Pedro (2004) El crecimiento en baja densidad en Bizkaia. Urban Sprawl Disponible: https://studylib.es/doc/7068294/el-crecimiento-en-baja-densidad-en-bizkaia.-urban-sprawl….

Además esta forma de ocupación, no garantiza que la población que en ella se asienta pueda contar con los servicios que una ciudad compacta proporciona; debiendo desplazarse a otros lugares para poder acceder a ellos. Casi todas estas urbanizaciones contaban con reserva de suelo para dotaciones de servicios públicos y equipamientos comerciales, que en su práctica totalidad no han llegado a materializarse; y cuando se ha hecho los establecimientos comerciales de proximidad han tenido que cerrar por ser poco rentables. En este sentido se constata que para que puedan desarrollarse usos comerciales y de servicios privados ha de garantizarse un mínimo de población que haga rentable el desarrollo de estas actividades.

De ahí que se afirme que las tendencias actuales relativas a las ciudades sostenibles se sustentan en el modelo de la ciudad compacta, frente a la denominada ciudad difusa o dispersa, por los beneficios que se generan para la población y el medio ambiente.

Figura 73 Fuente: Grafcan. IDE Canarias. Ortofoto alta resolución (2017).

Para conseguir una ciudad compacta, es necesario que se establezcan unas densidades (en nº de viviendas/hectárea o habitantes/hectárea) e intensidades (metro cuadrado edificable/metro cuadrado de superficie de suelo) que permitan la previsión de una población elevada, en un determinada superficie de terreno y que a su vez garanticen la rentabilidad de la implantación de los negocios privados destinados al suministro de bienes y servicios para la población.

Respecto a la densidad e intensidad que debe ser la apropiada, la legislación urbanística Canaria, sólo establece el umbral máximo que no debe ser superado por los nuevos desarrollos urbanos (residencial), así como los de renovación y rehabilitación urbana. En el artículo 138.1.A. se fijan los valores máximos de densidad y de edificabilidad (entendiéndose este como el de intensidad) siendo estos los siguientes:

Respecto a la densidad e intensidad apropiada, la legislación urbanística canaria, sólo establece el umbral máximo que no debe ser superado por los nuevos desarrollos urbanos (residencial), así como por los de renovación y rehabilitación urbana. En el artículo 138.1.A. se fijan los valores máximos de densidad y edificabilidad (entendiéndose este como el de intensidad) que se muestran a continuación:

 

  • Actuaciones de urbanización Habitantes/Ha Edificabilidad bruta m2e/m2s
  • Actuaciones de nueva urbanización 400 1,2
  • Actuaciones de renovación urbana 500 1,5

 

Respecto a las actuaciones de urbanización de uso turístico, es el planeamiento insular de ordenación el que tiene encomendada la determinación de la densidad máxima a desarrollar en número de plazas por hectárea, ya sea de nueva urbanización como de renovación/rehabilitación urbana. Las Directrices de Ordenación del Turismo de Canarias, establecen que un núcleo o área turística podrá estar en situación de declive si se supera el límite de densidad bruta de 200 plazas por hectárea y por tanto puede precisar intervenciones integradas de rehabilitación urbana.

Se evidencia así que la legislación actual todavía está condicionada por la problemática a resolver en los inicios del urbanismo, que era el hacinamiento de las ciudades, sin embargo nada se dice respecto a la necesidad de garantizar un mínimo poblacional en los nuevos desarrollos urbanos, de manera que se haga un uso eficiente del territorio.

Así mismo es complicado determinar cuál es umbral adecuado de densidad, desde el punto de vista de la sostenibilidad. Para ello es necesario que además de ser una ciudad densa, se den otros parámetros o indicadores como son la compacidad y complejidad funcional. Todos ellos unidos determinaran una ciudad o área urbana sostenible y por tanto resiliente al cambio climático. No obstante existen distintas publicaciones de indicadores de densidad que establecen que estos dígitos deben estar comprendidos entre los siguientes:

Tabla 9. Guía metodológica para los sistemas de auditoría, certificación o acreditación de la calidad y sostenibilidad en el medio urbano y Sistema municipal de indicadores de sostenibilidad, adaptándolo a los datos de habitante por vivienda de la Comunidad Autónoma de Canarias. Fuente: Elaboración Propia

En este sentido parece que los datos de densidad máxima que determina la Ley 4/2017, en las actuaciones de renovación urbana estarían por encima de los indicadores de densidad recomendables, si se tiene en cuenta además otros parámetros de sostenibilidad. Por poner un ejemplo para una hectárea de superficie y un valor de 30 m2 edificables por habitante (distribuidos en 25 m2e para uso residencial y 5 m2e para otros usos terciarios) se tendrían los siguientes parámetros de densidad de habitantes por hectárea; viviendas por hectárea; y coeficiente de edificabilidad en m2e/m2s que mide la intensidad edificatoria.

Tabla 10. Fuente: Elaboración propia

Estos coeficientes de edificabilidad (m2e/m2s) podrán variar, sin alterar el número de habitantes por hectáreas, en función de la edificabilidad asignada a otros usos distintos de los residenciales por habitante, así podemos tener, según el porcentaje de otros usos, estos coeficientes de edificabilidad:

Tabla 11 Fuente: Elaboración Propia.

Se han señalado los valores mínimos recomendados por los sistemas de indicadores anteriormente expuestos; además de apuntar el valor deseable y máximo recomendado. Se entiende que los resultados que queden por debajo o por encima de estos números no son aconsejables desde el punto de vista de la sostenibilidad. De esta tabla se podría extraer que los valores máximos que propone la Ley 4/2017 para las actuaciones de renovación urbana, estarían por encima de los indicadores de sostenibilidad.

Lo que sí parece claro es que los suelos por debajo de los 0,36 o 0,38 m2e/m2s (según sistema municipal de indicadores de sostenibilidad) para ciudades medianas o pequeñas, y 0,60 o 0,63 m2e/m2s de coeficiente de edificabilidad (este último para los indicadores de la Guía metodológica para los sistemas de auditoría, certificación o acreditación de la calidad y sostenibilidad en el medio urbano) son insostenibles y por tanto, se entienden, perjudiciales para el cambio climático. 

Partiendo de estos datos se puede decir que la práctica totalidad de las urbanizaciones residenciales de “baja densidad” o “cuidad jardín” están por debajo de estos parámetros. Por este motivo es necesario que el planeamiento urbanístico para las actuaciones de nueva urbanización en sectores de suelo urbanizable establezca parámetros de densidad que en ningún caso propongan densidades y edificabilidades por debajo de los valores que se consideran mínimos y por tanto se fomenten espacios compactos y densificados.

¿Qué medidas se pueden adoptar?

Respecto a las urbanizaciones residenciales existentes de baja densidad, el planeamiento deberá determinar medidas que fomenten la densificación de estos tejidos, mediante, si se puede, la revisión de los parámetros de edificabilidad de las distintas parcelas que no hayan sido ocupadas, incrementando en consecuencia el coeficiente de edificabilidad bruta de los citados suelos. Esta redensificación permitirá que se propongan nuevos servicios que consoliden una nueva centralidad, al tiempo que se mejora el acceso de la población al transporte público, se reduce el tráfico de vehículos privados y por ende los gases de efecto invernadero.

En caso de que no sea factible la densificación de los suelos residenciales aislados y de baja densidad, se procurará, para evitar la dispersión urbana, y siempre que sea factible ambientalmente, que los nuevos crecimientos de los suelos urbanizables que se propongan, se sitúen en continuidad a estas zonas periféricas, con el objeto de lograr una aproximación a los centros urbanos. Esto además permite generar una concentración de servicios que minimiza el uso del coche privado.

Es por ello importante que la información urbanística de un planeamiento analice las densidades que conforman los distintos núcleos urbanos a efectos de realizar un correcto diagnóstico y enfocar las medidas de ordenación en los términos expuestos.

La densidad y la climatología

Otro factor a tener en cuenta en la determinación de las distintas densidades que han de desarrollarse en el territorio, es la climatología propia del lugar. Proponer una densidad alta de población en zonas que requieran calefacción o aire acondicionado durante un gran periodo de tiempo a lo largo del año, implicaría un coste energético elevado y por tanto un gran volumen de emisiones de gases de efecto invernadero.

Por ello es necesario que en primer lugar se analicen las condiciones climáticas del lugar en el que se pretende actuar, ya sea en su suelo urbano apto para la regeneración o en un sector de suelo urbanizable. Para ello se estudiaran las temperaturas máximas, medias y mínimas, la trayectoria solar y la radiación solar, dirección, la frecuencia de los vientos, y la humedad a lo largo de todo el año. Una vez analizado estos componentes se compararán con los requerimientos térmicos de la zona de confort, que se establece entre los 20º y 26ºC, de manera que se puedan señalar los porcentajes de las horas anuales que están por debajo o por encima de estos valores, pudiendo determinar las necesidades de calefacción o de refrigeración que cada suelo objeto de ordenación requiere.

A partir de esto, la determinación del parámetro de densidad en la escala estructural por el modelo de ordenación, deberá optar por la opción que implique una mayor eficiencia energética en el conjunto de la propuesta e implique una reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero.

Eje X, Eje Y, Eje 2

La ordenación estructural de un plan, para conseguir que el modelo urbano propuesto se sitúe bajo los principios de sostenibilidad y sea coherente con las medidas de mitigación al cambio climático, además de tener una densidad urbana adecuada, debe ser compacto, funcionalmente complejo y con una compacidad adecuada.

Para ello se precisa que además del factor de densidad urbana (en nº de viviendas por Hectárea) se establezcan parámetros relativos a la morfología urbana a implantar (altura de la edificación, tipología edificatoria, etc.), de manera que sea factible el desarrollo de la ciudad deseada.

Se debe señalar que morfologías urbanas distintas pueden tener un mismo dato de densidad, pero, sin embargo, no todas son adecuadas para cumplir con los objetivos de sostenibilidad que se propugnan, y en particular en el ODS 11, que busca ciudades sostenibles, inclusivas, seguras y resilientes.

Figura 74  Towards and Urban Renaissance.Relación entre densidad y forma urbana,
75 viv/Ha Fuente: Urban Task Force

Tal como se desprende de la figura anterior, para una misma densidad urbana de 75 viviendas por hectárea, se pueden dar distintos tipos de morfología urbanas. En la imagen se reflejan tres tipos distintos de morfología, edificios en altura (torres), edificaciones en hilera de dos plantas y edificios de 3 y 4 plantas distribuidos en el perímetro de la manzana y con un amplio patio en el interior. De los tres ejemplos anteriores el de edificios de 3 y 4 plantas, es el que mejor se adapta a los principios de sostenibilidad y cambio climático, ya que posibilita usos terciarios en la planta baja que incentivan la movilidad peatonal, posee grandes zonas de espacios libres (suelos no sellados) con poca proporción de viario rodado y una altura de las edificaciones permite la correcta ventilación y soleamiento.

Con este ejemplo tan gráfico, se constata la necesidad de establecer otros parámetros, además de la densidad urbana, para conseguir desarrollos urbanos adaptados al cambio climático y a los principios de sostenibilidad. En particular el dato que permite definir la morfología urbana en un determinado espacio es el de la compacidad, entendida esta como la relación entre el volumen total edificado y la superficie de suelo total en una determinada área urbana. Nos acerca a la idea de densidad edificatoria o también de eficiencia edificatoria en relación al consumo de suelo. En definitiva, expresa la altura media edificada por superficie total de suelo.

De todo esto surge la necesidad de plantear en las actuaciones de nueva urbanización, tipologías edificatorias o combinaciones tipológicas consecuentes con la compacidad. Este criterio ha de ponderarse teniendo en cuenta su impacto sobre el paisaje urbano, permitiendo una cierta libertad a la arquitectura e impulsando su coherencia con formas tradicionales en caso de conveniencia.

Por otro lado debe buscarse un equilibrio entre la compacidad urbana que reduzca las necesidades de desplazamientos de la población y la necesaria ventilación para luchar contra el efecto de la isla de calor de las ciudades.

Items de análisis
conocer la situación actual

  • Análisis de los distintos usos y actividades globales del suelo urbano y urbanizable en ejecución y de las los porcentajes de los distintos usos compatibles.
  • Análisis de la compacidad de los suelos urbanos y urbanizables en ejecución.
  • Análisis de la densidad de población y de los coeficientes de edificabilidad de los suelos urbanos y urbanizables en ejecución.
  • Análisis de los suelos vacantes en los suelos urbanos y urbanizables
  • Análisis de las características de los suelos en continuidad a los suelos urbanos respecto a las vulnerabilidades, condiciones bioclimáticas, elementos con valores naturales y culturales, de conectividad, recursos energéticos e hídricos.
  • Análisis de la población de los suelos urbanos desde el punto de vista de la vulnerabilidad social.
  •  Análisis del parque de viviendas y en particular de la vivienda protegida y de las demandas.
  •  Análisis de las características del tejido urbano existente respecto a la: complejidad, compacidad, déficits de equipamientos y/o dotaciones básicos, de espacio verde y espacio público.
  •  Análisis de los recursos locales de los suelos urbanos respecto a la disponibilidad de agua, saneamiento, potencial de captación de energía renovable, disponibilidad de suelo agrícola, etc.
  •  Análisis de las tipologías edificatorias del suelo urbano: número de plantas, edificación entre medianeras o abierta, colectiva o unifamiliar, compatibilidad de usos, usos en planta baja, etc.
  • Emisiones de GEI de los suelos urbanos y urbanizables

Para obtener esta visión crítica sobre el estado actual del modelo resulta necesario que la información urbanística del instrumento de planeamiento deba analizar una serie de aspectos para realizar un correcto diagnóstico y enfocar las medidas y propuestas de cara a la ordenación.

La fase de INFORMACIÓN Y DIAGNÓSTICO deberá proporcionar la suficiente información a partir de unos elementos de análisis para detectar las zonas prioritarias deactuación que presenta el ámbito de estudio y actuación, en cuanto al funcionamiento y eficiencia de dicho modelo. Para esto, el planificador deberá considerar:

  • (OE) Análisis de los distintos usos y actividades globales del suelo urbano y urbanizable en ejecución y de las los porcentajes de los distintos usos compatibles. El análisis y los datos relativos a los usos y actividades, se harán respecto a la superficie del suelo ocupada y a la edificabilidad consumida y/o prevista por el planeamiento. En particular se analizarán en los suelos con usos característicos residenciales, los porcentajes de usos terciarios/comerciales y otros compatibles con el uso principal.

Este análisis debe ir enfocado a la identificación de las áreas del suelo urbano y urbanizable (ya sea en ejecución o previsto por el planeamiento) que presenten ausencia de mixticidad de usos (áreas mono-funcionales) o unos porcentajes de usos compatibles inferiores al 20% de la edificabilidad total del ámbito de referencia.

  • (OE y OP) Análisis de la compacidad de los suelos urbanos y urbanizables en ejecución e identificación de las áreas con una compacidad inferior a 2,5 m.
  • (OE) Análisis de la densidad de población y de los coeficientes de edificabilidad de los suelos urbanos y urbanizables en ejecución. Los datos se aportarán en viv/ha y Hab/ha y m2c/m2s. Se señalarán las urbanizaciones de baja densidad y en particular las que posean unas densidades igual o inferiores a 48viv/ha. y menor a 80 viv./ha.
  • (OE) Análisis de los suelos vacantes en los suelos urbanos y urbanizables e identificación de estos, especialmente en los de baja densidad de población. Con este análisis se intenta ver el grado de reversibilidad u oportunidad que tienen los suelos de baja densidad para mejorar su eficiencia en relación a la intensidad de uso.
  • (OE) Análisis de las características de los suelos en continuidad a los suelos urbanos respecto a: exposición de los suelos a riesgos naturales y antrópicos, elementos de interés patrimonial y/o natural (habitats de interés natural, espacios protegidos, etc), condiciones geotécnicas y geomorfológicas, condiciones bioclimáticas (radiación solar, viento, humedad, orientación, etc); proximidad a las redes de servicios básicos, conectividad del suelo respecto a las infraestructuras viarias y proximidad a paradas de transportes públicos. Este análisis debe ir enfocado a la identificación de las áreas:
    • vulnerables a riesgos naturales y antrópicos y/o sociales
    • con mejores condiciones bioclimáticas desde el punto de vista del confort ambiental.
    • con mejores condiciones de accesibilidad por su proximidad a las redes de transporte y servicios públicos.
    • con suficiente o insuficiente disponibilidad de recursos locales: agua (potable y no potable), suelo agrícola.
    • con potencial de captación de energía renovable.
    • con potencial para su uso y explotación agrícola.
  • (OE) Análisis de la población de los suelos urbanos desde el punto de vista de la vulnerabilidad social. Identificación de las áreas con vulnerabilidad social.
  • (OE) Análisis del parque de viviendas y en particular de la vivienda protegida y su localización. Demandas de vivienda. Identificación del déficit de vivienda protegida y de las demandas.
  • (OE y OP) Análisis de las características del tejido urbano existente respecto a la: complejidad, compacidad, déficits de equipamientos y/o dotaciones básicos, de espacio verde y espacio público. Identificación de las áreas del tejido urbano existente que presente déficits de: equipamiento y/o dotaciones básicos, de espacio verde y espacio público.
  • (OE) Análisis de los recursos locales de los suelos urbanos respecto a la disponibilidad de agua (potable y no potable), potencial de captación de energía renovable, disponibilidad de suelo agrícola, etc. Identificación de las áreas de suelo urbano que presenten:
    • déficits de recursos locales respecto a la disponibilidad de agua potable, no potable,
    • potencial de captación de energía renovable,
    • disponibilidad de suelo agrícola.
  • (OE y OP) Análisis de las tipologías edificatorias del suelo urbano: número de plantas, edificación entre medianeras o abierta, colectiva o unifamiliar, compatibilidad de usos, usos en planta baja, etc. Identificación de áreas residenciales con tipologías edificatorias unifamiliares o con ausencia de usos compatibles.

Diagnóstico
necesidades de actuación

  • Identificación de las áreas del suelo urbano y urbanizable (ya sea en ejecución o previsto por el planeamiento) que presenten ausencia de mixticidad de usos (áreas monofuncionales).
  • Identificación de las áreas del tejido urbano existente que presenten déficits de equipamiento y/o dotaciones básicas, de espacio verde y espacio público.
  • Identificación de los suelos urbanos con falta de recursos locales o ineficiencias en el sistema del agua y/o energía.
  • Identificación del déficit de vivienda protegida y de las demandas.
  • Identificación de las áreas con vulnerabilidad social.
  • Identificación de áreas residenciales con tipologías edificatorias unifamiliares u con ausencia de usos compatibles.
  • Identificación de las áreas de suelo urbano que presenten:

o déficits de recursos locales respecto a la disponibilidad de agua potable, no potable,

o potencial de captación de energía renovable,

o disponibilidad de suelo agrícola.

  • Respecto a los suelos no transformados en contigüidad a las zonas urbanas, identificar las áreas:

o vulnerables a riesgos naturales y antrópicos y/o sociales,

o con mejores características bioclimáticas desde el punto de vista del confort ambiental,

o con mejores condiciones de accesibilidad por su proximidad a las redes de transporte y servicios públicos,

o con suficiente o insuficiente disponibilidad de recursos locales: agua (potable y no potable), suelo agrícola,

o con potencial de captación de energía renovable,

o con potencial para su uso y explotación agrícola.

Estos aspectos que se diagnostiquen pueden ser identificadas como debilidades, pero también como potencialidades y oportunidades para un cambio de rumbo si el planeamiento urbanístico las identifica, e implementa medidas dirigidas para ese cambio desde la ordenación.

Indicadores

Los indicadores de evaluación, completan el diagnóstico precisamente porque nos ayudarán a evaluar la situación actual y si se acerca o no cumple, con los umbrales mínimos de sostenibilidad, requiriendo en su caso, una atención prioritaria.

Estos indicadores se presentarán en forma de ficha en el Anexo a la presente Guía.

Tabla 12 Indicadores de la línea de análisis Hacia un nuevo [Eco]sistema urbano. Fuente: Elaboración propia.

INDICADORES CRITERIOS DE ORDENACIÓN EVALUACIÓN
DIAGNÓSTICO
MODELO SEGUIMIENTO TIPO DE INDICADOR
UMBRAL MÍNIMO UMBRAL DE SOSTENIBILIDAD
TPB-IND.03 Conectividad ecosistémica de la infraestructura verde
Primario
TPB-IND.20 Grado de producciones agrarias resilientes 100% corresponde a un territorio totalmente aprovechado para producción resiliente agroecológica.
Secundario
TPB-IND.24 Infraestructura verde ejecutada La vulnerabilidad debe reducirse con el tiempo.
Primario
MOT-IND-4 Ocupación de usos del suelo No se establecen. No se establecen.
Primario
MOT-IND-5 Superficie artificial por habitante 300 <300
Primario
MOT-IND-6 Dotación de servicio básico por habitante >75% de los valores referenciales óptimos. 100% de los valores referenciales óptimos.
Secundario
MOT-IND-7 Superficie urbanizada del municipio <10% Sin crecimiento.
Secundario
MOT-IND-8 Incremento de la superficie urbanizada <10% <1%
Primario
MOT-IND-9 Localización espacial de la actuación urbanística >25% 100%
Primario
MOT-IND-10 Conectividad de la actuación urbanística >50% 100%
Primario
MOT-IND-11 Densidad de población

Ciudad existente: >100viv/ha y >250hab./ha

Suelos urbanizables (suelo de extensión):
>80viv/ha y >200hab/ha

Ciudad existente: >100viv/ha y >250hab/ha y máximo ≤ 400hab/ha.

Suelos urbanizables (suelo de extensión):
>100viv/ha y >250hab/ha y máximo ≤ 400hab/ha

Primario
MOT-IND-12 Coeficiente de edificabilidad >0,60 o 0,63 m2c/m2s, considerando, para actuaciones de uso mayoritariamente residencial, entre un 16% o 20% de superficie construida para otros usos (comerciales, terciarios, equipamientos, etc.) y densidades de población >80viv/ha (para nuevos suelos urbanizables). >0,75 o 0,78 m2c/m2s, considerando, para actuaciones de uso mayoritariamente residencial, entre un 16% o 20% de superficie construida para otros usos (comerciales, terciarios, equipamientos, etc.) y densidades de población >100viv/ha.
Primario
MOT-IND-13 Compacidad absoluta >2,5 Edificar sólo con el objetivo de redensificar (Urbanización  baja intensidad),
>4,5 para el 50% de la actuación (Urbanización media intensidad),
>5 para el 75% de la actuación (Sistema urbano compacto).
Primario
MOT-IND-14 Equilibrio entre actividad y residencia  Mínimo y deseable: >20% de la superficie construida del ámbito de actuación (suelo de regeneración urbana y suelo urbanizable).
Primario
MOT –IND.15 Riesgo de incendio forestal

<30% días con riesgo de incendio alto/muy alto o extremo.

<10% perímetro colindante con usos forestales.

<10% días con riesgo de incendio alto/muy alto o extremo.

0% perímetro colindante con usos forestales.

Primario
MOT –IND.16 Riesgo de inundación =1 <1
Primario
MOT-IND-17 Otros riesgos naturales <2,39 =0
Primario
MOT-IND-18 Grado de participación de la infraestructura verde en el control de riesgos climáticos Existencia exclusiva de equipamientos públicos y/o uso residencial adaptado. 100%ocupada por la infraestructura verde.
Secundario
MOT –IND-19 Grado de exposición de la población residente en el ámbito 100% adaptada. 0%
Secundario
MOT-IND-20 Participación de la infraestructura verde en la reducción de temperatura

<2,77ºC

<5ºF

Secundario
MOT-IND-21 Capacidad de infiltración de suelo 5mm-25mm >25mm
Secundario
MOT-IND-22 Protección frente a la subida del nivel del mar 65%-75% >75%
Secundario
MOT-IND-23 Disponibilidad de la infraestructura verde como refugio 5-12 m2/hab >12m2/hab
Secundario
MTU-IND-01 Consumo energético municipal >Incremento anual mínimo del 10%
Primario
MTU-IND-02 Autosuficiencia energética local a partir de energías renovables >15% de autosuficiencia energética a partir de ER. >35% de autosuficiencia energética a partir de ER.
Secundario
MTU-IND-06 Superficie suelo destinados a generación de energía renovable >10%
Primario
MTU-IND-27 Integración con el modelo de gestión de residuos contiguo 
Primario
MA-IND-02 Proximidad a la red de transporte público  >80% con cobertura a paradas de transporte público. 100% con cobertura a paradas de transporte público.
Primario
MA-IND-03 Proximidad a redes de transporte alternativo al automóvil >80% de la población con cobertura población con cobertura simultánea a 3 de las 4 redes consideradas. >100% de la población con cobertura población con cobertura simultánea a 3 de las 4 redes consideradas.
Primario
MA-IND-04 Proximidad a la red ciclista >80% con cobertura. 100% con cobertura.
Primario
MA-IND-09 Plataformas logísticas de distribución Consideración o no, de una reserva de espacio para la distribución de mercancías. El dimensionado estará sujeto a la superficie de la actuación urbanística y edificabilidad terciaria/comercial.
Primario
MA-IND-20 Obsolescencia de las infraestructuras viarias  – 0%
Primario
MA-IND-21 Infraestructura viaria con vegetación –  100%
Primario
MA-IND-22 Índice de permeabilidad de las infraestructuras 100%
Primario
EU-IND.01 Protección de espacios y hábitats de interés natural Se plantea como objetivo deseable que el planeamiento no afecte a ninguna zona de especial interés. Como objetivo mínimo se permitirá un porcentaje mínimo de afectación que podrá determinarse dependiendo del caso concreto y deberá ser estudiada mediante un Estudio de Impacto Ambiental que proponga las medidas correctoras adecuadas.
Primario
EU-IND.06 Superficie verde por habitante >10m2/habitante >15m2/habitante
Secundario
EU-IND.07 Proximidad a los espacios verdes 100% población con cobertura a un mínimo de 3 categorías de espacio verde. 100% población con cobertura a un mínimo de 4 categorías de espacio verde.
Secundario
EU-IND.11 Proximidad a los servicios básicos y a las actividades comerciales Al menos el 75% de la población tiene acceso a los servicios básicos y actividades comerciales a pie. 100% de la población tiene acceso a los servicios básicos y actividades comerciales.
Secundario
EU-IND.12 Proximidad a los distintos tipos de espacio libre Acceso simultáneo a 3 tipologías para el 100% del ámbito de estudio. Acceso simultáneo a las 4 tipologías para el 100% del ámbito de estudio.
Secundario
EU-IND.21 Índice de permeabilidad del suelo >0,30 > 0,35
Primario
EU-IND.24 Contaminación atmosférica *
Secundario
(*) 100% del territorio por debajo de los siguientes límites:

Valor límite Periodo Valor
SO2 Diario 24 horas 125 g/m3, no superable en más de 3 ocasiones por año.
NO2 Anual 1 año civil 40 g/m3.
PM10 Anual 1 año civil 40 g/m3.
PM25 Anual 1 año civil 25 g/m3.
CO Límite Máximas diarias de las medias octohorarias 10 mg/m3.

Medidas y recomendaciones

Además de las directrices establecidas en el Área Temática [Eco]sistema urbano, se establecen unas medidas y propuestas de mitigación (M) y adaptación (A) en aras de viabilizar, desde el planeamiento urbanístico, el cumplimiento de las metas:

META 1

  • Fomentar, desde la escala estructural, modelos de ocupación del suelo de usos mixtos y con un alto grado de compatibilidad, con otras funcionalidades, necesarias e interrelacionadas. Estas determinaciones deberán ser de aplicación tanto para los suelos existentes, así como para los de nueva implantación.
  • (M/A) Fomentar en los suelos urbanos con una funcionalidad residencial espacios con mayor complejidad de actividad, equipamientos y servicios públicos, para aumentar la proximidad de estos usos a la población y por tanto reducir los recorridos de los vehículos privados y la emisión de GEI. También se deberán tomar medidas para la implementación y conectividad de los ecosistemas de la infraestructura verde, que permita mitigar la huella de carbono y conseguir así espacios más adaptados a los efectos del cambio climático, reduciendo contemporáneamente la temperatura de los núcleos.
  • (M) Actuar en los entornos urbanos monofuncionales con el fin de incrementar la complejidad de usos y la mixticidad. Para ello se proponen dos estrategias de intervención:
    • En los entornos urbanos monofuncionales carentes de suelo vacante por estar ejecutado el 100% del ámbito, se podrán proponer en contigüidad y siempre que sea necesario, nuevas zonas de crecimiento por extensión, que le aporten servicios públicos, equipamientos y usos terciarios. Simultáneamente se incrementa la masa crítica de la población en un mismo espacioy paralelamente se incentivan intercambios y nuevas relaciones comunicativas entre personas, entes y actividades. Se consigue además desarrollar con eficiencia aquellas funciones urbanas ligadas a la movilidad sostenible y a la dotación de servicios tanto en el ámbito del transporte público y de las infraestructuras ligadas a los flujos metabólicos como de los equipamientos y servicios básicos.
    • En los entornos urbanos monofuncionales con posibilidad de aumentar la compatibilidad de usos por existir suelos vacantes o no ocupados, se podrá proceder a la modificación de la regulación de usos a implantar mediante cambios normativos o mediante la técnica de actuaciones de dotación.
  • Establecer en los suelos urbanizables de crecimiento por extensión, determinaciones de ordenación a nivel estructural que garanticen que el desarrollo de ese espacio sea lo más multifuncional posible. Esto se puede conseguir mediante la técnica de asignación de edificabilidades destinadas a otros usos no característicos, así como tipologías edificatorias a implantar que posibiliten la ocupación de las plantas bajas con otras funcionalidades compatibles y necesarias (comercial, servicios, oficinas, etc) para mejorar el dinamismo de la zona a desarrollar, promoviendo entornos compactos y complejos funcionalmente.
  • (M) En los suelos urbanizables de nueva creación, la ordenación pormenorizada tendrá como objetivo ubicar las dotaciones y servicios públicos en lugares accesibles, bien comunicados por el transporte público y próximos al mayor número de habitantes posible, de manera que se reduzca el tránsito de vehículos privados y se fomente el tránsito peatonal.
  • (M) Distribuir de forma equitativa los diferentes suelos urbanos y urbanizables del municipio, evitando la segregación social por motivos de renta, y conseguir de esta manera, entornos más cohesionados.
  • (M) Evitar la proliferación de grandes espacios monofuncionales (destinados a lugares de ocio, empresas, comercios, etc.) alejados del centro urbano, para evitar el uso masivo del transporte privado y que partes importantes de la ciudad queden prácticamente vacías a determinadas horas, con el consiguiente desperdicio de espacio y sus otras derivas.
  • (M) Potenciar la implantación de usos y actividades que puedan lograr una simbiosis entre ellas e igualmente posibilitar la implantación de la ecología industrial.
  • (M) Reservar el suelo agrícola situado en las proximidades de los núcleos urbanos, para garantizar cierta autosuficiencia alimentaria proponiendo alimentos de Km 0 y como medida de mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero que conlleva el transporte de los alimentos.

META 2

  • Fomentar la densificación de los tejidos urbanos dispersos o de baja densidad, mediante, si se puede, la revisión de los parámetros de edificabilidad de las distintas parcelas que no hayan sido ocupadas e incrementando en consecuencia el coeficiente de edificabilidad bruta de los citados suelos. Con ello se consigue un territorio más compacto mejorando la eficiencia de aquellas funciones urbanas ligadas a la movilidad sostenible y a la dotación de servicios tanto en el ámbito del transporte público y de las infraestructuras ligadas a los flujos metabólicos como de los equipamientos y servicios básicos.
  • Fomentar la integración de los suelos urbanos o urbanizables en transformación de baja densidad y con carencia de servicios para la población, que se hayan desarrollado aislados en el territorio y alejados de otros núcleos poblacionales. Se podrá plantear que los nuevos suelos urbanizables se sitúen en contigüidad a estos suelos, para dotarlos de servicios públicos y privados minorando por tanto la necesidad de la población de esas áreas de desplazarse hacia otros lugares para obtener los servicios necesarios. Igualmente esta acción debe ir encaminada a la mejora del acceso de la población al transporte público.
  • Establecer en los suelos de nueva transformación (suelos urbanizables) y en los de regeneración urbana, siempre que el entorno lo permita, modelos urbanos con suficiente densidad e intensidad edificatoria que dé como resultado núcleos compactos.
  • Establecer densidades urbanas teniendo en cuenta las condiciones climáticas del lugar a implantar de manera que se obtengan modelos urbanos en el que prime la eficiencia energética.
  • Fomentar la implantación de tipologías edificatorias que permitan una compacidad adecuada del territorio de manera que se puedan implantar modelos complejos funcionalmente.

Criterios
para la ordenación

  • Garantizar, en los suelos con destino residencial, un mínimo del 20% de la edificabilidad del sector de terreno urbanizable, a usos terciarios (oficinas, comercial, sector servicios, talleres de primera necesidad compatibles con el uso residencial, etc.).
  • Evitar las expansiones innecesarias de las ciudades y los modelos urbanos dispersos y/o difusos, y fomentar las estructuras urbanas compactas y plurifuncionales. Los nuevos desarrollos urbanísticos han de integrarse con la ciudad consolidada, evitando así la dispersión y mejorando y completando la ordenación estructural.
  • Minimizar la creación de oferta de segunda residencia extensiva y, en general, de modelos turísticos basados en el consumo de suelo.
  • Plantear una novedosa regulación de los parámetros de densidad y ocupación del suelo que garantice las condiciones urbanas de los nuevos tejidos creados, estableciendo unas densidades mínimas: regulación flexible de los usos del suelo urbanos y urbanizables.
  • Plantear soluciones de tipología edificatoria residencial que permitan en las plantas bajas usos comerciales/terciarios.
  • Evitar la concentración de espacios con uso terciario exclusivo. Repartir la superficie construida no residencial de forma homogénea en el ámbito de la actuación urbanística:
    • El porcentaje de suelo (m2) lucrativo no residencial (terciario exclusivo) no debería ser superior al 20% en relación con la superficie total de suelo lucrativo.
    • El porcentaje de parcelas/manzanas con un carácter principalmente residencial y de edificabilidad comercial/terciario en planta baja debería ser superior al 80%.