En esta Línea de análisis se aborda el modelo de ciudad desde el punto de vista de la eficiencia de los recursos y la sostenibilidad, al resultar necesaria la reconfiguración del modelo urbano si se quiere afrontar eficientemente la mitigación de las emisiones de GEI en nuestras ciudades; tanto en los espacios públicos como en las edificaciones, lo que precisa configurar un modelo urbano eficiente y sostenible que aumente la eficiencia energética y la reducción de las emisiones de GEI, mediante la autosuficiencia, la optimización en el consumo de recursos y reaprovechamiento de los recursos naturales en la urbanización y edificación. 

Como se ha dicho en la presente Guía, los principales focos de emisiones en las ciudades provienen de la generación y el consumo de energía, el transporte, los edificios y la gestión de residuos, por lo que son elementos clave a la hora de afrontar la lucha frente al cambio climático.

Los objetivos de Desarrollo sostenibles así lo contemplan con el ODS 7 Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos sobre el aumento en el uso de energías renovables e integración en edificiones residenciales tanto de obra nueva como en rehabilitación, y con el ODS 11 Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles en relación a la renovación y adaptación de las viviendas  fomentando la rehabilitación energética de las construcciones.

Por su parte, la Agenda urbana española a través de los objetivos estratégicos y en concreto el OE.4 Hacer una gestión sostenible de los recursos y favorecer la economía circular, contempla la voluntad de que hay que ser más eficientes energéticamente y ahorrar energía, optimizar y reducir el consumo de agua, entre otras cuestiones.

Figura  62 Hacia un nuevo modelo de desarrollo urbano sostenible. Fuente: Forética-Ciudades sostenibles 2030.

En este sentido, la aproximación al cambio climático en la ciudad debe hacerse entendiendo que éste tiene vínculos directos con la planficación y los procesos y actividades que se dan en la ciudad como la movilidad, el consumo de energía por parte de los edificios y las infraestruturas, o la gestión de los residuos entre otros, suponiendo además impactos sobre los aspectos ambientales y sobre la salud de las personas.

¿QUÉ PODEMOS CAMBIAR EL DISEÑO DE NUESTRO MODELO DE CIUDAD PARA REDUCIR LA DEMANDA ENERGÉTICA»?

La eficiencia es el concepto relacionado con el metabolismo urbano, es decir, con los flujos de materiales, agua y energía, y el diseño en clave verde, que constituyen el soporte de cualquier sistema urbano para mantener su organización y evitar ser tan dependiente. La gestión de los recursos naturales debe alcanzar la máxima eficiencia en su uso con la mínima perturbación de los ecosistemas.

Figura  63 La ciudad del futuro eficiente y sostenible ya es posible. Fuente:Innovotics

En el contexto de la ciudad, avanzar hacia ciudades cero emisiones implica actuar a diferentes ámbitos de actuación: 

Por un lado, la edificación y urbanización sostenible y eficiente, fomentando la introducción de energías renovables en la rehabilitación de viviendas, facilitando instalaciones fotovoltáicas de autoconsumo y sistemas de calefacción y refrigeración de cero emisiones y con una menor dependencia de consumo energético. 

De otro lado, la consideración de criterios bioclimáticos en el diseño de las urbanizaciones y edificaciones, así como la infraestructura verde urbana (tratada en el Eje de integración La Naturaleza como aliada de esta Área Temática).

Figura  64 Fuente:IRENA 2016 Energías renovables en las ciudades, recursos para el futuro (2019) Perspectivas energéticas globales. y La Nueva Agenda urbana

En definitiva, la distribución de los usos en la ciudad y la movilidad (tratada en profundidad en el área temática de Movilidad y accesibilidad), resulta fundamental para minimizar desplazamientos y con ello una menor dependencia energética asociada a la movilidad.

META

Modelo urbano eficiente y sostenible: Acelerar la eficiencia, la rehabilitación y la implantación de energías renovables

A partir de una estrategia de mitigación en la ciudad es como se puede trazar el conjunto de acciones que reduzcan las emisiones de gases GEI.

Para ello, desde esta Guía se propone trabajar en varios frentes hacia una planificación autosuficiente y conectada en las urbanizaciones y edificaciones:

  1. En primer lugar, desde la planificación de los usos, para fomentar una menor dependencia energética derivada de la movilidad dependiente y por ende menor contaminación. 
  2. En segundo lugar, pasando por un desarrollo de sistemas de energía renovable y reutilizable en las comunidades que fomente la autosuficiencia energética. 
  3. En tercer lugar, el diseño de sistemas pasivos y criterios bioclimáticos en la urbanización y edificación que reduzca la demanda energética
  4. Y en cuarto lugar,  el desarrollo de ordenanzas para edificaciones bajas en emisiones y la gestión circular de residuos, reutilización materiales, etc.

Figura  65 Iconos ilustrativos de la Mitigación del cambio climático: Planificación de los usos, eficiencia energética, sistema de energía renovable, ordenanzas para edificaciones y Economía circular. Fuente: La nueva Agenda urbana

Figura  66 Diferentes comportamientos responsables en la ciudad Fuente: Futurimagazine

En el ámbito de la energía, el urbanismo ecológico y sostenible plantea que los nuevos barrios superen su condición de meros consumidores de energía, para convertirse en generadores de energías renovables que tiendan a la autosuficiencia, combinando medidas de ahorro y eficiencia, resultando fundamental en el metabolismo urbano la gestión integrada de los recursos hídricos y de los residuos que en la ciudad se producen.

En una gestión integrada, tanto a escala local como a mayor escala, se busca la máxima autosuficiencia energética e hídrica que combine también las medidas de captación con las medidas de ahorro y eficiencia. Es imprescindible vincular el desarrollo urbano al ciclo del agua en su expresión local: captación de agua de lluvia y reutilización de las aguas. En el ámbito de los materiales se busca la máxima autosuficiencia del sistema con recursos locales. 

Para ello, se debe contar con los recursos naturales del lugar y con la reutilización de parte de los flujos residuales. El modelo de gestión de residuos diseñado con criterios de sostenibilidad tenderá a conseguir el máximo control local de la gestión de recursos, para aproximarse al cierre del ciclo de los materiales y, siempre que sea factible, incorporar la máxima autosuficiencia (autocompostaje y reutilización) reduciendo, a su vez, el impacto contaminante.

Pues bien, esta Meta está directamente relacionada con el Área temática MTU. Metabolismo territorial y urbano, donde se analizan en mayor profundidad el metabolismo del [Eco] sistema urbano y de la edificación, tratándose la Energía, Agua y residuos. 

Con relación a los materiales, se dedica en el Eje 3 Arquitectura Adaptada y Resiliente de esta Área Temática, en concreto en la Línea 2 sobre los sistemas constructivos y materiales como herramienta de resiliencia.

Dicho lo que antecede, la contribución al desarrollo sostenible, neutro en emisiones y mejor adaptado a los impactos del cambio climático, requiere actuar en las ciudades a través de una comprometida acción coordinada y un enfoque integrado siendo, según Hernández, Velázquez y Verdaguer, los objetivos ambientales básicos de un [eco] barrio, los siguientes:

  • Cerrar el ciclo del agua.
  • Conseguir un ahorro de energía, agua y materiales.
  • Mejorar el entorno vegetal y la biodiversidad.
  • Aprovechar el clima.
  • Crear un entorno atractivo para vivir y trabajar.
  • Cortas distancias y bien conectado con la ciudad.
  • Satisfacer servicios básicos y equipamientos que faciliten la vida cotidiana a los futuros habitantes.

Además, dichos Autores consideran que para el desarrollo de un [eco] barrio, el modelo de ordenación debe descansar en los siguientes principios:

  • Integración.
  • Responsabilidad social.
  • Diversidad.
  • Naturaleza Urbana.
  • Movilidad.
  • Metabolismo Urbano.
  • Construcción Sostenible.

Asimismo, es importante en la ejecución material de las urbanizaciones, interferir lo mínimo posible en el ciclo natural del agua, por lo que se deberá tender a evitar el sellado masivo y la impermeabilización del suelo, con objeto de maximizar las superficies permeables respecto de las impermeabilizadas, tendiendo a valores de suelo permeable superiores al 30%. 

También se puede alcanzar niveles permeables a través de la utilización de sistemas de drenaje sostenible, mediante el uso de elementos y materiales que permiten el paso del agua, y reducen los riesgos de inundación por avenidas, y de esta forma se reduce el uso de infraestructura gris más costosa y menos eficiente a la larga frente a eventos extremos de CC.

Es necesario, por otra parte, reverdecer las urbanizaciones y recuperar la idea de satisfacer las necesidades que faciliten la vida de proximidad y refuercen el concepto y de identidad y arraigo al barrio, siendo preciso que en los nuevos desarrollos se incorporen mecanismos de ahorro y eficiencia energética y de la gestión racional del agua, combinando el ahorro y la eficiencia con la reutilización del agua. 

Del mismo modo, procurar la instalación de sistemas de energía solar térmica y fotovoltaica para la captación de energía y el rendimiento de las instalaciones térmicas de climatización y de producción de agua caliente sanitaria destinadas a atender la demanda de bienestar térmico y de higiene de las personas.

Es vital también en los nuevos desarrollos y en la renovación del tejido existente la Eficiencia en el Alumbrado exterior de viario, ornamental de fachadas, exterior de edificaciones y espacios de ocio y esparcimiento, carcelería, eventos lúdicos. Así como en el alumbrado interior de las edificaciones. A través de sistemas de control y regulación de los mismos.

Uno de los ejemplos que encontramos pionero en España y referencia en la Unión Europea es el barrio multiecológico de Lugo. 

Este proyecto contribuirá al desarrollo de una estrategia de planificación urbana que permita alcanzar una adaptación efectiva al cambio climático a escala de barrio residencial, para que este se convierta en una herramienta para la mejora de la calidad de los espacios urbanos, y no en una amenaza, contando con 1.200 viviendas en un total de 212.300m2 de espacio, de los cuales el 70% destinado a zonas verdes, 14% a equipamiento y un 16% a edificación. 

Las viviendas contarán con características propias de la arquitectura sostenible (energía renovable, materiales sostenibles como la madera, cultivos hidropónicos, fomento de reducción del consumo de agua y reciclaje selectivo), fomentando, por otro lado, la apuesta por el comercio local y tradicional, transporte público, carriles bici, senderos peatonales o huertos urbanos.

Figura  69 Barrio multiecológico de Lugo

Figura  67 Barrio multiecológico de Lugo

En consecuencia, los aspectos a considerar para alcanzar la Meta de un modelo urbano eficiente y sostenible son:

  • LOS CONDICIONANTES AMBIENTALES: LOS RECURSOS ENDÓGENOS PARA LA EFICIENCIA. 

Los factores climáticos locales, la topografía, edafología son elementos decisivos para el diseño urbano y la arquitectura, ya que influyen directramente en la calidad de vida de la ciudadanía y en la mayor o menor posibilidad del disfrute del espacio público y de realizar actividades al aire libre, adoptando modelos de ordenación, producción y edificación minimizando el consumo energético.

Así  mismo el incremento de la superficie arbolada y vegetal en las ciudades, tanto en los espacios públicos como los espacios privados, incrementa el secuestro de carbono que variará en función de las especies utilizadas.

  • URBANIZACION Y EDIFICACIÓN EFICIENTE Y SOSTENIBLE. 

Los principios de adaptación a las condiciones locales y el de autosuficiencia conectada deben sustituir a los principios que imperan en esta etapa de dependencia energética. Es fundamental, el diseño, orientación y forma de las urbanizaciones y edificaciones considerando las condiciones climáticas para un diseño pasivo y criterios bioclimáticos que reduzcan las demandas energéticas. 

A su vez, la mayor eficiencia energética puede beneficiar a quienes viven por debajo de la línea de pobreza al reducir los costos de energía y también mejorar el parque edificado y la resiliencia climática.

Aprovechamiento de los recursos hídricos y solares a partir de sistemas de retención y/o almacenaje para su aprovechamiento, autoabastecimiento y reducción de la dependencia energética y reutilización de los recursos. 

Los condicionantes ambientales:
los recursos endógenos para la eficiencia

Caracterizar el espacio en función de su capacidad de acogida de los nuevos usos programados y de los condicionantes del sitio, así como analizar el emplazamiento como medio receptor y de sus relaciones con el territorio, deben ser decisivos a la hora de tomar decisiones en la planificación de la ciudad, teniendo en consideración ciertos conocimientos del clima urbano local, para interpretar resultados y afinar en las recomendaciones hacia el diseño de las urbanizaciones y sus edificaciones más eficientes.

Las características del microclima urbano condicionan las necesidades energéticas de los futuros desarrollos, y por tanto  determinan las medidas de mitigación y adaptación a considerar por el planeamiento urbanístico.  Por consiguiente, desde la clasificación del suelo en la escala estructural de la planificación urbana, hasta la ordenación pormenorizada del modelo de ciudad con la asignación de edificabilidades, densidades y usos, es recomendable tener en cuenta las condiciones del microclima y las características territoriales del emplazamiento si se quiere lograr un diseño urbano más eficiente y autosuficiente.

En ese sentido, siendo oportuno valorar las condiciones climáticas locales,  para lo que deberá analizarse el emplazamiento en primer lugar como medio físico, sus recursos locales endógenos y de sus relaciones con el contexto territorial, partiendo  de los siguientes criterios:

  • Relación en el contexto urbano y territorial: relación del emplazamiento con el resto de la ciudad respecto el contexto urbano y territorial. Planeamiento urbanístico, usos del suelo, localización de las infraestructuras y equipamientos existentes sobre las que se inserta el  ámbito de ordenación. 

Distribución y comunicación de los usos dotacionales e infraestrtuturase interconexión entre ellos. Distancia a pie y en transporte público al centro urbano y/o tejido adyacente. Proximidad a la red de transporte público exisntente. Formas de movilidad en el ámbito (recorridos peatonales o en bici, localización de aparcamientos, transporte público). 

  • Medio natural: Distribución y comunicación de los corredores verdes, espacios protegidos y conectividad entre ellos. Grado de naturalización de los suelos. Red de espacios verdes y permeables a diferentes escalas (verde de interior de manzana, pequeños jardines, plazas, grandes parques urbanos, etc.).
  • Medio físico: climatología, pendientes, geología y geomorfología, ruido, calidad del aire, hidrografía superficial, hidrografía subterránea.
  • Elementos patrimoniales: patrimonio arquitectónico, etnográfico o arqueológico y su forma de incorporación en la ordenación dirigida a hacer frente al cambio climático, a la vez que se conserva el arraigo e identidad cultural.
  • Recursos locales: aprovechamiento de los recursos energéticos, recursos hídricos (fuentes de suministro) y de materiales a escala local y/o territorial.

Se trata de analizar, en definitiva, de identificar los recursos locales con que se cuenta, para determinar qué puede ofrecer la zona de actuación de manera que las posibilidades de autosuficiencia de la actuación sean máximas.

En segundo lugar se deberá analizar el emplazamiento como medio receptor de usos y actividades, ya que influye directramente en la calidad de vida de la ciudadanía y en la mayor o menor posibilidad del disfrute y aprovechamiento del espacio público y privado, adoptando modelos de ordenación, producción y edificación minimizando el consumo energético, teniendo en consideración los siguientes aspectos:

  • El soleamiento y la orientación, son importantes para localizar zonas de umbría y de solana para tener una idea de las áreas de mínima y máxima captación energética y establecer una correcta localización de los usos en el terreno, para evitar las zonas preferentes de umbría.

Zonas con mayor o menor incidencia solar deben determinar la configuración y forma de la edificación, permitiendo la mayor o menor incidencia de los rayos solares en las construcciones y pavimentos. 

Igualmente zonas de lluvia más intensa pueden condicionar la forma de las edificaciones por cuanto que edificaciones más elevadas suponen aceleración de los vientos y con esto direccionan horizontalmente la lluvia. 

  • La consideración de la topografía y pendientes del ámbito, resultan fundamentales a la hora de considerar la ubicación de los usos en la ordenación y la configuración de las urbanizaciones y las edificaciones también desde el punto de vista de la movilidad.
  • El régimen de vientos y pasillos de ventilación, pueden condicionar la forma de la urbanización o edificación, por cuanto que edificaciones en altura en zonas de vientos dominantes pueden acelerar las corrientes de aire alcanzando velocidades hasta cuatro veces mayor que en zonas abiertas., o con edificaciones bajas y árboles agrupados.
  • Localización de los sistemas verdes urbanos,  porosidad de los elementos urbanos y tipos de suelos, pueden contribuir y ser una aliada en el diseño de las urbanizaciones. La presencia de arbolado y vegetación contribuyen a la purificación del aire, protección solar, favorecer la disminución de la temperatura en el espacio público, así como si se colocan de forma adecuada en torno a los edificios puede llegar a reducir las demandas energéticas para aire acondicionado en los hogares hasta un 30%. Así  mismo el incremento de la superficie arbolada y vegetal en las ciudades, tanto en los espacios públicos como los espacios privados, incrementa el secuestro de carbono que variará en función de las especies utilizadas.

Por tanto, el papel de los sistemas verdes en las ciudades es muy amplio, como sumidero de carbono, como regulador climático, función ecológica, paisajística y social.  

En resumen; es importante que el diseño de nuevos espacios urbanos a través del planeamiento urbanístico se realice considerando la información climática de la zona, esto es; que en la fase de la información y diagnóstico del instrumento de planeamiento, esta variable sea determinante y, por lo tanto, se configure el modelo de ordenación atendiendo a parámetros que definen las características ambientales del ámbito de actuación, como la orientación solar, datos térmicos, topografía, régimen de vientos, vegetación e hidrogeología, de manera que la distribución y orientación de la edificación, zonas verdes y arbolado y espacios de dotaciones y equipamientos permita el mayor y mejor uso energético de todos ellos en función de las condiciones climáticas de la zona.

Urbanización y edificación eficiente y sostenible

La eficiencia referida al metabolismo urbano está ligada a los flujos de materiales, agua y energía, que constituyen el soporte de cualquier sistema urbano para mantener su organización y evitar ser contaminado, debiendo constituir una preferencia del planeamiento urbanístico que a través de su modelo de ordenación se impulse la gestión de los recursos naturales hasta alcanzar la máxima eficiencia en su uso con la mínima perturbación de los ecosistemas.

En el ámbito de la energía, el urbanismo ecológico plantea que los nuevos barrios superen su condición de meros consumidores de energía, para convertirse en generadores de energías renovables que tiendan a la autosuficiencia. 

En el marco actual, caracterizado por la urgencia de limpiar el aire y reducir el dióxido de carbono en la atmósfera de nuestra ciudades y poblaciones, no cabe únicamente pensar en restricciones de tráfico e impulsos de sistemas eléctricos 100% renovables, pues la contaminación y el volumen de emisiones nocivas para la atmósfera también se debe al elevado número de edificios y viviendas en las que se derrocha energía debido, fundamentalmente, al envejecimiento del parque de viviendas (siempre que se habla de combatir la contaminación se incide en la movilidad, cuando hasta el 40% de las emisiones nocivas que se registran en las ciudades proceden de los edificios «depredadores de energía«).

Figura  71 Los edificios, claves en el cambio climático. Fuente: El Economista.es

Fundamental, por lo tanto, resulta que en el metabolismo urbano se incorpore la gestión integrada de los recursos hídricos y de los residuos que en la ciudad se producen, utilizando materiales de edificación y urbanización que aporten autosuficiencia al sistema con recursos locales (recursos naturales del lugar y con la reutilización de parte de los flujos residuales), incluyendo áreas de suelo donde se puedan llevar a cabo actividades que permitan la producción de alimentos con el objetivo de proporcionar la mayor parte de los alimentos consumidos en el sistema urbano.

Véase a esos efectos el Área temática de MTU. Metabolismo territorial y urbano, donde se desarrollan en profundidad los recursos energéticos, hídricos y residuos en la escala territorial y urbana.

DATO INFORMATIVO

Según los datos descriptivos de la Agenda urbana Española, los municipios canarios cuentan con un 65% de su parque edificado con más de 20 años de antigüedad. Hace más de 20 años las condiciones y exigencias en cuanto a calidades y eficiencias energéticas no se regulaban. Es a partir de la NBE-CT-79 sobre condiciones térmicas cuándo empezarán regularse las condiciones térmicas en las edificaciones.

Fuente: (datos descriptivos de la Agenda urbana Española)

En consecuencia, con objeto de reducir la dependencia energética a la red, es fundamental considerar y confrontar a la hora de elaborar el planeamiento urbanístico, dos medidas en paralelo:

  • Las medidas PASIVAS: Por un lado la planificación de los usos urbanos y las tipologías edificatorias debe conceder una importancia decisiva a las condiciones climáticas, recursos naturales, tanto los recursos energéticos, como los materiales, naturales y los recursos culturales locales para adoptar modelos de urbanización y edificación que mejor se adapten para minimizar el consumo, a través de la implementación de medidas pasivas en el diseño de las urbanizaciones y las edificaciones.
  • Las medidas ACTIVAS, mediante la adaptación tecnológica a través de instalaciones de aparatos y técnicas que dependan de fuentes energéticas de origen renovable. Mediante iniciativas de mejora en el diseño de nuevos edificios y en la adaptación de los existentes, a través de la generación de energía y de la gestión de la misma.

Así mismo, el aprovechamiento del agua de lluvia, a través de su reciclaje  para reducir la dependencia,  se traduce en el ahorro económico en la factura, así como en la reducción general de la dependencia a la red general.

Los centros de consumo deben pedir a la red sólo lo que no puedan satisfacer por sí mismos y en una proporción equiparable a su aportación social y económica global: autosuficiencia conectada.

  • La energía emerge como nuevo paradigma de orden.
  • La implantación de un nuevo modelo está exigiendo el desarrollo de nuevos procesos de participación social y nuevas fórmulas de gestión colectiva.

(Fuente: Territorio y energía: la autosuficiencia conectada Juan Requejo Liberal).

Figura  72 Medidas pasivas y activas en la Eficiencia energética. Fuente: Elaboración propia

Seguidamente se desarrolla el alcance y tratamiento de dichas medidas:

CON RELACIÓN A LAS MEDIDAS PASIVAS, es fundamental conseguir que las condiciones climaticas del lugar y los recursos naturales no se conviertan en amenazas o incomodidades, sino que éstos elementos y sistemas naturales se incorporen en nuestros procesos urbanos.   

Como se ha explicado anteriormente, para ello es fundamental tomar en consideración el diseño, orientación y forma de las urbanizaciones y edificaciones considerando las condiciones climáticas para  poder así lograr un diseño pasivo que reduzca las demandas energéticas. 

Criterios bioclimáticos y de eficiencia energética de las urbanizaciones como la forma, compacidad, orientación de la edificación,  anchura de la calle, orientación de las calles y altura de la edificación, tipología edificatoria flexible y con mezcla de usos (abierta, cerrada, colectiva, unifamiliar con huertos urbanos), son determinantes a la hora de hacer un diseño de urbanización menos dependiente desde el punto de vista energético, y por tanto más eficiente).

Por tanto, que los elementos naturales o aspectos climáticos sean determinantes en la tipología edificatoria, la disposición edificatoria, las alturas o volúmenes edificados, etc., de manera que la ciudad resultante disponga de una visión integral del entorno construido y su entorno inmediato en una simbiosis inevitable entre ambos. 

Figura  68 Análisis de la radiación solar del sector. Fuente: Ecobarrio entrenubes
Modelo integral para el desarrollo sostenible de bordes urbanos

Figura  69 Distribución de los espacios ocupados y las zonas verdes. Fuente: Guia del planeamiento urbanísticamente eficiente IDEA.

Figura  75 Disposición de elementos de sombra para el espacio público y para la disminución de la radiación en las fachadas de los edificios. Masas arboladas de hoja caduca en la barriada El Tardón Fuente: mbpbarriadasobsoletas.com

De igual forma, la composición de la envolvente de la edificación o la ventilación e iluminación naturales entre otras, son igualmente medidas pasivas a considerar en la redacción de los instrumentos de planeamiento urbanístico (ordenación pormenorizada), porque no suponen la necesidad de dependencia energética para mantener niveles de confort interior adecuados (uso de materiales en cuanto a albedo, absorción y emisividad, permeabilidad, texturas, inercia térmica, etc.), por lo que se debe impulsar desde la fase de planeamiento un diseño de edificios con demandas reducidas de calefacción, refrigeración e iluminación, optimizando además el confort térmico y el consumo de energía necesaria.

Es más, la mayor eficiencia energética puede beneficiar a quienes viven por debajo de la línea de pobreza al reducir los costos de energía y también mejorar el parque edificado y la resiliencia climática.

En el ámbito específico del planeamiento urbanístico y la edificación, en la senda hacia la resiliencia edilicia, el primer paso y prioritario es tomar conciencia de la relación de la edificación con su territorio y su entorno, es decir; reconocer, reinterpretar y aprovechar las características geográficas, bioclimáticas (vientos, soleamiento, temperatura, etc.) como fuente de recursos que precisa agua, energía y materiales. 

Solo así se conseguirá un modelo de ordenación que presione lo mínimo posible los recursos disponibles y se obtendrá la máxima habitabilidad, mejorando la eficiencia de las edificaciones garantizando la habitabilidad y acceso a un alojamiento digno y adecuado para todos, adaptando la edificación existente y nueva a los criterios bioclimáticos y de habitabilidad (diseñar y adaptar la morfología urbana, las tipologías edificatorias y el diseño de los espacios exteriores en función de las condiciones bioclimáticas locales mediante una ordenación pormenorizada que tenga en cuenta especialmente aspectos como la orientación, las posibilidades de aprovechamiento de la radiación solar y el sombreamiento, la distribución interior, la iluminación y la ventilación naturales y el aislamiento térmico).

Asimismo, en cuanto a la urbanización o espacio urbano en el que se intervenga, la orientación de las calles y edificios, las alturas, distancia entre fachadas, longitud de las edificaciones y forma de espacios abiertos y construidos, son determinantes de las posibilidades de soleamiento o sombra, aprovechamiento de vientos y brisas o actuar como barrera, acelerar la velocidad del viento o calmarlo, crear espacios luminosos u obscuros.

Cuanto más pormenorizado sea el análisis del lugar, más sintéticas y ajustadas pueden ser las soluciones posteriores. Los análisis deben tener en cuenta el cambio de las condiciones, estacionales y diarias, así como sus tendencias.

En definitiva, desde el planeamiento se deben sentar las bases o determinaciones de ordenación que impulsen el diseño de urbanizaciones y edificaciones que fomenten un aumento de su vida útil y de Arquitectura circular, reduciendo la generación de residuos, utilizando materiales locales y renovables, reduciendo así el impacto que supone el transporte de materiales de construcción.

DATO INFORMATIVO:

Un correcto diseño bioclimático permite reducir la demanda energética hasta en un 65%, al aumentar significativamente el número de horas al año que el edificio puede operar con consumo nulo.

Solo necesitando menos energía podremos cumplir con los objetivos en materia de reducción de emisiones. Para ello, la eficiencia energética es el principal recurso del que disponemos para alcanzar un futuro descarbonizado.

Fuente: (Informe la descarbonización de la edificación

Madrid, sin ir más lejos, se ha posicionado como referente europeo en el diseño, la planificación y rehabilitación urbana sostenible gracias a que ha sido elegida por la Comisión Europea ciudad demostradora para desarrollar, durante los próximos cinco años, un proyecto de descarbonización en Madrid Nuevo Norte. Se trata del proyecto ‘Probono’, incluido en el programa Horizonte 2020. 

Figura  70 Madrid Nuevo Norte. Fuente: Ayuntamiento de Madrid

CON RELACIÓN A LAS MEDIDAS ACTIVAS, es fundamental el aprovechamiento de los recursos hídricos y solares a partir de sistemas de retención y/o almacenaje para su aprovechamiento, mediante la adaptación tecnológica a través de instalaciones de aparatos y técnicas que dependan de fuentes energéticas de origen renovable

Esto resulta posible mediante iniciativas de mejora en el diseño de nuevos edificios y en la adaptación de los existentes, a través de la generación de energía y de la gestión de la misma y el aprovechamiento del agua de lluvia, a través de su reciclaje  para reducir la dependencia a la red general.

Téngase en cuenta que el potencial de ahorro energético mediante la implementación de medidas de mitigación, con la integración y mejora de las energías renovables en nuestras ciudades y en nuestros edificios, oscila entre un 50% y un 90%, y que utilizando los recursos energéticos disponibles en un lugar, se consigue una mayor racionalización en el uso y consumo de la energía y un trasvase de la energía primaria a energía de fuente renovable.

Por lo tanto, el modelo de ordenación en el planeamiento urbanístico debe basarse en un nuevo principio de «autosuficiencia conectada» a todos los niveles, empezando por las propias viviendas unifamiliares o colectivas, barrios y ciudades.

Figura  71 Funcionamiento del ahorro energético. Fuente: Ecobarrio entrenubes

Modelo integral para el desarrollo sostenible de bordes urbanos

Aplicando este principio a los recursos hídricos, a través del planeamiento urbanístico y su ejecución, permitiría acercarse progresivamente a la autosuficiencia hídrica conectada (no enchufada), suplida cuando sea necesario mediante transferencias o intercambios a la red.

Figura  78 Funcionamiento del ahorro de agua en viviendas. Fuente: Ecobarrio entrenubes

Modelo integral para el desarrollo sostenible de bordes urbanos

DATO INFORMATIVO:

Se ha producido un incremento exponencial del consumo energético. El agotamiento de recursos naturales, junto con la generación de residuos no procesables ha generado una situación insostenible, de la cual forma parte el Cambio Climático, entre otros graves desequilibrios del sistema global.

Además, estas economías de escala con baja nivel de autoabastecimiento y alta dependencia -como es el caso de España en recursos energéticos (dependencia superior al 80%)- provocan una mayor vulnerabilidad, sobre todo en situaciones de crisis, y una menor resiliencia, factores importantes tanto en términos tanto de competitividad como de nivel y calidad de vida.

El principio de «autosuficiencia energética conectada» puede y debe ser aplicado a cada centro de consumo y a las diferentes escalas (edificio, barrio, ciudad y a escala supralocal). Según el escenario energético propuesto por la Fundación Renovables para el 2030 (partiendo de una reducción importante del consumo del 25%, que es clave) es perfectamente viable alcanzar una autosuficiencia del 50% (ahora es del 20%) con una electrificación de la energía final del 50% (actualmente es del 25%) y una cobertura de la generación de electricidad con renovables del 80% (hoy en día es del 40%), que se beneficiaría ciertamente de una mayor capacidad de las conexiones eléctricas con los países vecinos.

El enfoque de la autosuficiencia no está negando la conectividad a las redes. En absoluto. La integración en las redes es igualmente necesaria para desarrollar todo el potencial de complejidad que tiene la ciudad y que tan buenos resultados ha dado en los últimos siglos.

Fuente: (https://fundacionrenovables.org/autosuficiencia-conectada-ajustarnos-a-lo-que-tenemos/)

REHABILITACIÓN DEL PARQUE EDIFICADO

La rehabilitación del parque edificado se ha venido impulsando desde hace más de 15 años con las diferentes políticas y planes de vivienda, no obstante, el interés en la rehabilitación se ha acrecentado a partir del compromiso europeo de la descarbonización en el horizonte 2050 y sobre todo a raíz de las ayudas en forma de subvenciones que acompañan esta medida, que se han disparado con los fondos Next Generation y la dotación presupuestaria para realizar estas actuaciones: 6.820 M€ destinados a “Rehabilitación de viviendas y regeneración urbana” recogidos en el Plan de Recuperación y Resiliencia de España.

En esta tarea de la rehabilitación participan constructoras, estudios de ingeniería, de arquitectura, centros de investigación, entidades financieras y ayuntamientos, en definitiva un gran número de agentes que participan para conseguir que la rehabilitación se haga realidad. 

Figura  79 Mejora del aislamiento térmico en fachadas. Rehabilitación grupo de viviendas Alférez Rojas, Zaragoza, mediante aislamiento de fachada por el exterior con sistema SATE. Fuente: mbpbarriadasobsoletas.com

Si bien con la útima modificación del Código Técnico de la Edificación, la exigencia en cuanto a la reducción drástica de sus emisiones de carbono está centrada en la fase de uso de la nueva edificación, se tiene que seguir profundizando en lo que al resto de fases de ciclo de vida se refiere, sobre todo en disminuir la huella de carbono de los productos y sistemas de la construcción.

El reto de la descarbonización se encuentra por tanto en el sector de la edificación existente, un altísimo porcentaje de las edificaciones cuentan con antigüedades superiores a 40 años, por tanto con viviendas deficientes con problemas de goteras, humedades, problemas estructurales y además con problemas de mantener la vivienda a una temperatura adecuada, ya que no contaban con ninguna norma de eficiencia energética cuando fueron construidas.

Los edificios obsoletos también tienen un alto coste social. Las viviendas muy húmedas o con goteras, etc, son una de las causas de la pobreza energética, aumentandose la presión debido al COVID-19, desembocando en efectos importantes sobre la salud, no sólo por la mortalidad, sino por otros problemas de salud y otro tipo derivados como depresión, estrés, absentismo laboral o escolar, enfermedades respiratorias, etc.

DATO INFORMATIVO:

En Europa, más de 50 millones de personas no pueden calentar, enfriar o iluminar suficientemente sus hogares, contribuyendo a la muerte de unas 100.000 personas al año y de unos gastos de 194 mil millones de euros. En España, el 16,7% de la población tiene un gasto energético desproporcionado frente a sus ingresos y 3,5 millones de personas no son capaces de mantener una temperatura adecuada en su vivienda durante el invierno.

Fuente: (ecodes.org/).

Es fundamental por tanto, la adecuación del patrimonio edificado que obligue a reducir la demanda energética en invierno y en verano reduciendo los costes derivados de esa dependencia energética por una edificación antigua y poco eficiente y dependiente.

Además, actuar a nivel de urbanizaciones y de barrios, es fundamental para reducir los efectos isla de calor, ya que los efectos del cambio climático serán muy severos y se agudizan en los entornos urbanos, por la falta de zonas verdes y el excesivo sellado de suelos. Al intervenir en el espacio público se mejoran las condiciones exteriores en las que los edificios están inmersos, se mejora confort a lo largo del año y se reduce la demanda energética.

Figura  72 Los costes ocultos de los edificios obsoletos en Europa. Fuente: Ecodes.org

En conclusión, el objetivo no es solo que, a través del planeamiento urbanístico, nuestros edificios lleguen a ser Edificios de Energía Casi Nula, sino que todo nuestro entorno construido permita alcanzar un futuro sostenible y resiliente frente a los efectos del cambio climático.

DATO INFORMATIVO:

Es en los edificios existentes donde hay un mayor potencial de reducción de emisiones. La rehabilitación integral nos permitirá alcanzar los objetivos de descarbonización al tiempo que mejoramos nuestra salud y calidad de vida.

Hasta el 40% del carbono que producen los edificios a lo largo de su vida útil se encuentra embebido en sus materiales. Este carbono generado en la fabricación y transporte de los productos de construcción no se considera normalmente, a pesar de que es un elemento clave para descarbonizar la economía. Este impacto podría reducirse enormemente utilizando materiales con una baja huella de carbono o que pudieran reutilizarse o reciclarse al final de su vida útil.

Fuente: (Informe la descarbonización de la edificación)

ASPECTOS CLAVE DE ANALISIS Y DIAGNOSTICO de la Línea 2: 

Modelo urbano eficiente y sostenible.

Figura  73 Esquema conceptual de la Línea EU.2.2 Modelo urbano eficiente y sostenible. 

Fuente: Elaboración propia

Modelo urbano eficiente y sostenible. Información, Análisis y Diagnóstico en el planeamiento urbanístico.

Items de análisis
Conocer la situación actual

Por tanto, los elementos o conceptos sobre los que se fundamentará el análisis para posteriormente establecer las propuestas de ordenación, para alcanzar la Meta son:

  •  Aprovechamiento de las condiciones climáticas para la eficiencia
  •  Aumentar la dependencia de los recursos locales
  •  Criterios bioclimáticos en la urbanización y edificación
  •  Trazado urbano para el ahorro energético (Este-oeste)
  •  Aumentar la movilidad peatonal y cobertura del transporte público
  •  Modelo compacto y continuo en lo posible
  •  Rehabilitación edificatoria frente a la sustitución

Para obtener esta visión crítica sobre el estado actual del modelo resulta necesario que la información urbanística del instrumento de planeamiento deba analizar una serie de aspectos para realizar un correcto diagnóstico y enfocar las medidas y propuestas de cara a la ordenación.

La fase de INFORMACIÓN Y DIAGNÓSTICO deberá proporcionar la suficiente información a partir de unos elementos de análisis para detectar las zonas prioritarias de actuación que presenta el ámbito de estudio y actuación, en cuanto al funcionamiento y eficiencia de dicho modelo. Para esto, el planificador deberá considerar desde la escala de Ordenación pormenorizada (OP):

  • Analizar los datos climáticos locales: datos térmicos, soleamiento, topografía y pendiente del terreno, régimen de vientos y si están siendo considerados en los desarrollos actuales o en las ordenaciones de los ámbitos aún sin desarrollar. 
  • Analizar la relación del ámbito urbano o sector de suelo urbanizable en el contexto urbano y territorial y de sus recursos endógenos. En suma, contener información sobre todos aquellos condicionantes que afecten el microclima de la zona, para que la distribución y orientación de la edificación, zonas verdes y arbolado y espacios de dotaciones y equipamientos permita el mayor y mejor uso energético de todos ellos en función de las condiciones climáticas de la zona.
    • Planeamiento urbanístico y usos del suelo.
    • Localización de las infraestructuras y equipamientos existentes sobre las que se inserta el  ámbito de ordenación, interconexión y comunicaciones. 
    • Localización de los elementos  naturales como masas vegetales, masas de agua, hidrografía subterránea y superficial, tipos de suelo y materiales y capacidad de absorción y cesión de calor, etc. 
    • Grado de naturalización de los suelos en cuanto a su potencialidad de mantenimiento y no transformación en la ubicación de los usos.
    • Localización de elementos patrimoniales.
    • Identificación de recursos locales (recursos energéticos de producción, hídricos (fuentes de suministro), de materiales (a escala local)
  • Analizar los usos a implantar en los nuevos desarrollos para una optimización y aprovechamiento de los recursos locales en la localización de los usos y actividades para integrarlos y/o preservarlos en la ordenación.
  • Analizar la cantidad de población que albergará el ámbito de ordenación, y los servicios urbanos que requieren, de cara a un diseño del espacio público y privado. 
  • Analizar en los ámbitos urbanos desarrollados el funcionamiento de las condiciones naturales del entorno y los recursos locales y elementos naturales y su grado de integración en los procesos urbanos.  Medidas pasivas.
    • Los elementos naturales funcionan como aliados o como amenazas, incomodidades en el confort ambiental o desgastes erosivos. Efecto islas de calor urbana en los ámbitos urbanos existentes, Fuertes vientos en zonas residenciales, Zonas con problemas de inundación, deslizamientos o desprendimientos.
  • Analizar en los ámbitos urbanos desarrollados el tejido urbanizado y el tejido edificado, su grado de dependencia energética, antigüedad y grado de conservación.
    • Analizar el estado las infraestructuras y servicios esenciales (capacidades actuales y producción del recurso de autoconsumo) (redes y dotaciones). Eficiencia de la red de distribución de agua (saneamiento y abastecimiento).
    • Analizar los niveles de insolación, ventilación, vegetación e iluminación en el espacio público y en las edificaciones. 
      • Diseño del espacio urbanizado eficiente: Ubicación de las zonas edificables y los espacios libres, trazado de las calles,  proporción de la calle relación entre el ancho de la calle y la altura de los edificios, forma y orientación del parcelario, posición, forma y orientación de la edificación y separación entre edificaciones, participación del verde y de la permeabilidad del suelo.
      • Eficiencia en el alumbrado público.
    • Localización de las infraestructuras básicas y de movilidad en mal estado de conservación o deficientes.
    • Analizar el grado de adaptación tecnológica con fuentes energéticas propias y procesos de gestión de las urbanizaciones. Medidas activas.
      • Grado de aprovechamiento del agua de lluvia y su reciclaje en las urbanizaciones y edificaciones. Porcentaje de viviendas con reaprovechamiento del agua de lluvia.
      • Grado de autosuficiencia energética de las urbanizaciones y edificaciones públicas y privadas (residenciales, terciarias, equipamientos). Porcentaje de viviendas con certificación energética para cada una de las escalas de certificación.
    • Características de las urbanizaciones y edificaciones existentes: antigüedad y  grado de obsolescencia de cara al objetivo de descarbonización y la reducción del consumo energético. 
      • Urbanización y parque edificado con antigüedades superiores a 20 años y en mal estado de conservación que pueden requerir obras de acondicionamiento y rehabilitación para incorporar medidas de eficiencia energética y mejoras en cuanto a accesibilidad.
      •  Urbanización y parque edificado con antigüedades superiores a 20 años y en mal estado de conservación que requieren renovación completa de sus elementos.

Diagnóstico
Necesidades de actuación

  • Áreas con priorización de actuación por tejido residencial de baja calidad
    constructiva de la urbanización y de la edificación (autoconstrucción,
    antigüedad, obsoleto y deterioro de sus componentes).
  •  Áreas con priorización de actuación por tejido residencial ineficiente y
    altamente dependientes energéticamente (vulnerabilidad social pobreza
    energética).
  •  Áreas con infraestructuras básicas de saneamiento/abastecimiento y de
    movilidad en mal estado de conservación o deficientes.
  •  Áreas donde confluyen tejido edificado obsoleto, ineficiente y dependiente
    energéticamente con una obsolescencia y deterioro de sus componentes de
    infraestructuras básicas de urbanización.
  •  Áreas con disconfort térmico por efecto isla de calor o por fuertes vientos
  •  Áreas con una proporción de la calle inadecuada
  •  Áreas altamente dependientes de movilidad motorizada por desconexión con
    otras áreas urbanas, y por falta de diversidad funcional de usos productivos y
    de servicios.
  •  Detección de espacios urbanos susceptibles para albergar infraestructuras de
    ER (metabolismo urbano)

Indicadores
Evaluación-ordenación-seguimiento

Los indicadores de evaluación, completan el diagnóstico precisamente porque nos ayudarán a evaluar la situación actual y se acerca o no cumple a los umbrales mínimos de sostenibilidad, requiriendo en su caso una atención prioritaria.

Tabla 8. Indicadores de la línea de análisis Modelo urbano eficiente y sostenible-

 

INDICADORES CRITERIOS DE ORDENACIÓN EVALUACIÓN
DIAGNÓSTICO
MODELO SEGUIMIENTO TIPO DE INDIDACOR
UMBRAL MÍNIMO UMBRAL DE  SOSTENIBILIDAD
EU-IND.16 Grado de obsolescencia del tejido urbano
100% en buen estado
Primario
EU-IND.17

Calidad de la construcción_

Antigüedad/

Estado deficiente

100% en buen estado
Primario
MTU-IND-39 Porcentaje de infraestructuras de la red hídrica en deficiente estado de conservación
100% en buen estado
Primario
EU-IND.18 Optimización de la demanda energética de la edificación pública y privada
>90%
Primario
EU-IND.19 Proporción de la calle

Valor mínimo para climas cálidos: 

h/d de 0,25 a 2,2 en más del 50% de los tramos de calle del ámbito de actuación

Valor deseable para climas cálidos: h/d de 0,25 a 2,2 en más del 80% de los tramos de calle del ámbito de actuación
Secundario
MTU-IND-12 Eficiencia en alumbrado público
>35Lux/m2
Primario
MTU-IND-11 Viviendas con certificación energética

40 % Viviendas  Certificación A                   

30 % Viviendas  Certificación B                   

20 % Viviendas  Certificación C                   

10 % Viviendas  Certificación D 

0 % Viviendas  Certificación E

0 % Viviendas  Certificación F

0 % Viviendas  Certificación G

Primario
MTU-IND-07 Consumo energético renovable de infraestructuras municipales
>90%
Primario
MTU-IND-22 Viviendas con reaprovechamiento de agua pluvial
100 %
Secundario
FUENTE: Elaboración propia a partir de distintas fuentes

Medidas y recomendaciones
Para la ordenación y ejecución

Así pues, se recomienda unas medidas y recomendaciones de cara a la ordenación en los instrumentos de ordenación, en aras a alcanzar la Meta Modelo urbano eficiente y sostenible: Acelerar la eficiencia, la rehabilitación y la implantación de energías renovables.

Es fundamental aplicar criterios de bioclimáticos en la morfología urbana y la planificación y diseño de las edificaciones: ubicación, orientación, tipología, relación con el entorno, etc. Así mismo, estos criterios bioclimáticos deben ser trasladados al ámbito edificatorio: tipología, envolvente, cubierta ajardinada, aislamiento, ventilación, materiales duraderos y reciclables. 

Por último es preciso incorporar además de estos sistemas pasivos, sistemas activos de eficiencia energética solar y de optimización hídrica.

A continuación se extraen algunas de las medidas y criterios de sostenibilidad para el desarrollo urbanístico en la urbanzación y la edificación publicados en la Guia del planeamiento urbanistico energéticamente eficiente del IDAE y en la Guia metodológica para los sistemas de auditoría, certificación o acreditación de la calidad y sostenibilidad en el medio urbano del Gobierno de España

A continuación se señalan una batería de medidas en su mayoría de mitigación (M) puesto que esta línea de análisis está dirigida a la eficiencia,  señalando así mismo la escala de aplicación: OP (escala de ordenación pormenorizada: PGO_OP, PP, PE PMM, y PAMU) IC (aplicación para instrumento complementario: OME, OMU, Estudio detalle, catálogos) y PE (proyecto de ejecución de planeamiento como proyectos de urbanización y de edificación).

(M)_ (OP, IC, PE) Optimizar y reducir el consumo de energía.

  • Adoptar criterios bioclimáticos para la urbanización y la edificación y procurar una distribución e implantación de los usos acorde a las condiciones climáticas, mejorar la calidad de vida de las personas y optimizar el consumo energético. Todo ello a partir  de la máxima información climatológica del lugar: vientos dominantes, intensidad de radiación solar, la variación térmica y humedad ambiental diaria, horas de iluminación diaria, así como cualquier dato representativo del microclima local. 
  • Implantación de tecnología para la producción equivalente al consumo energético e hídrico demandado. 
  • Reducir las emisiones de agentes contaminantes a la atmosfera, principalmente las emisiones de CO2. Una ciudad es neutra en emisiones de CO2 cuando la energía que utiliza se produce o compensa con sistemas renovables, ofreciendo un balance final de cero emisiones de GEI.
  • Procurar la proximidad en la accesibilidad a los servicios de la población, de acuerdo a una distribución compacta y compleja para disminuir la movilidad motorizada y el consumo energético.
  • Adaptar la morfología urbana a las condiciones bioclimáticas: Optimizar de acuerdo a las condiciones climáticas, la inclinación de la radiación solar para las diferentes estaciones representativas del año cuál es la máxima y la mínima inclinación solar, un diseño de las urbanizaciones, ubicaciones de los usos públicos y privados, orientación de las edificaciones, tipología edificatoria más adecuada y menos demandante de energía externa.
  • De acuerdo a la cantidad de población que albergará el ámbito de ordenación, y los servicios urbanos que requieren, realizar un diseño del espacio público y privado (proporción de la calle) entre el ancho de la calle y la tipología y altura de los edificios, que permita una apertura de vista al cielo que proporcione unos niveles de insolación e iluminación suficientes tanto en el espacio público como en las edificaciones.
  • Las distribuciones urbanas densas, y con mayor integración de usos (terciarios, dotacionales, recreativos), liberan mayores superficies para espacios verdes libres y concentran el coste de la urbanización y de las infraestructuras, y disminuyendo el consumo energético y la contaminación.
  • En suma contener información sobre todos aquellos condicionantes que afecten el microclima de la zona, para que la distribución y orientación de la edificación, zonas verdes y arbolado y espacios de dotaciones y equipamientos permita el mayor y mejor uso energético de todos ellos en función de las condiciones climáticas de la zona.
  • Adecuación del patrimonio edificado existente, que obligue a reducir la demanda energética en invierno y en verano reduciendo los costes derivados de esa dependencia energética por una edificación antigua y poco eficiente y dependiente. 
  • Establecer mecanismos de ahorro y eficiencia energética y de la gestión racional del agua tanto en las urbanizaciones como en las edificaciones.
  • Iluminación y demanda energética de la urbanización alimentada a partir de fuente de ER. Disposición de paneles fotovoltaicos en el espacio público y en las edificaciones.
  • Consideración de los elementos climáticos y orográficos para el aprovechamiento y eficiencia de las edificaciones.
  • Manejo correcto de la arborización autóctona en zonas de radiación directa.
  • Utilización de elementos de equipamiento urbano para generación de zonas de sombra y protección contra la lluvia.
  • Captación de agua de lluvias en cubiertas verdes de edificaciones y sistemas urbanos de drenaje, a partir de la vegetación como elemento principal para el control del agua pluvial.
  • En ámbitos con pendientes definir las zonas de mayor densidad en las áreas con pendiente del terreno a Sur puesto que las obstrucciones solares entre edificios son menores y permiten un desarrollo de mayor densidad urbana que las áreas llanas.
  • En las zonas cálidas, con mayores necesidades de refrigeración que de calefacción, las pendientes a Oeste son las menos favorables para la eficiencia energética.
  • Aprovechamiento de los recursos hídricos y solares a partir de sistemas de retención y/o almacenaje para su aprovechamiento. Adaptación tecnológica a través de instalaciones de aparatos y técnicas que dependan de fuentes energéticas de origen renovable.
  • Autosuficiencia conectada a todos los niveles, empezando por las propias viviendas unifamiliares o colectivas, barrios, y ciudades. Cada urbanización y edificación debe generar en su entorno la energía equivalente a su consumo. En la medida de lo posible esto debería acometerse de forma conectada, es decir, en sistemas mallados para disponer de aportes externos o evacuar la energía excedente. Recurriendo al uso de la energía de la red sólo cuando se han agotado las opciones de autosuficiencia.
  • Eficiencia en el alumbrado exterior del viario, iluminación de fachadas, espacios públicos, así como alumbrado interior de las edificaciones, a través de sistemas de control y regulación de los mismos. 
  • En la escala edificatoria, se considerará la estructura del edificio en cuanto a profundidad de los espacios, envolvente de la edificación, altura y posición de huecos, dimensionado de las protecciones solares, con el fin de controlar al máximo la radiación solar, para garantizar el mejor comportamiento térmico del edificio desde el propio diseño, consiguiendo consumo energético cero.
  • La electrificación limpia y las energías renovables deben poder usarse, siempre que sea posible, en el transporte, la calefacción y la refrigeración, la iluminación o los electrodomésticos.
  • Edificios ultraeficientes y conectados: que combinen materiales de construcción de alto rendimiento y bajas emisiones de carbono con sistemas eléctricos, energía distribuida y sistemas de gestión inteligente para maximizar la eficiencia. Esto incluye sistemas de calefacción y refrigeración más eficientes (que supone una de las demandas de energía más grandes en las ciudades) o la iluminación baja en emisiones en edificios (así como en alumbrado urbano).
  • Regular el alumbrado público para reducir el consumo energético y la contaminación lumínica: Establecer criterios sobre la disposición, frecuencia, distancia y tipología de luminarias para evitar la sobre iluminación.
  • Crear ordenanzas que establezcan para cualquier nuevo diseño urbano la obligatoriedad de ordenar con orientación sur en el mayor número de viviendas posibles y creación de dobles fachadas en las tipologías de viviendas para fomentar la ventilación cruzada.
  • Crear ordenanzas que incentive el uso de materiales de construcción y de urbanización de bajo consumo energético, reciclable y no tóxico en su producción y eliminación.
  • Los trazados de manzanas plantearlos en sentido Este-Oeste, Ya que ofrece soleamiento más favorable en invierno y menor en verano.
  • Los trazados de aceras plantearlos asimétricos para que sean más anchas las más soleadas en invierno, es decir las orientadas al sur o sudeste.

(M)_ (OP, IC, PE) Diseño urbano eficiente.

  • Distribución de las zonas edificables y los espacios libres.
    • Estudio de sombras permanentes y arrojadas para valorar las zonas verdes, espacios de ocio, garantizando el asoleo de las zonas de uso público. Determinar un máximo de sombra permanente admisible.

 

  • La orientación sur de las edificaciones es la que mejor comportamiento energético consigue en invierno y en verano, por cuanto los aportes por radicación son máximos en invierno y mínimos en verano.

 

  • Las superficies con mayor captación en verano son las cubiertas, seguidas de las fachadas Este y Oeste.
  • Trazado de viales, forma y tamaño del lugar.
    • Asegurar la correcta ventilación natural en verano con un trazado de calles y posición y altura de la edificación que haya considerado el mantener los flujos naturales de aire frío, durante el día y la noche, en función de la orientación de las brisas del valle, la situación del mar, etc.

 

  • Evitar alinear las vías con las direcciones predominantes del viento, rompiendo la regularidad de las alineaciones, evitando los edificios singularmente altos, etc. se pueden controlar regímenes de vientos nocivos.

 

  • La posición de la edificación también repercute en el control de la contaminación acústica. Este factor está íntimamente ligado, además de a la inmediatas consideraciones de confort, a que se utilice la ventilación natural como mecanismo de refrigeración pasivo.

 

  • Tener en cuenta las obstrucciones solares generadas por la edificación al fijar la anchura de las calles y la posición de dicha edificación respecto a la alineación de vial. El plano de sombras es la herramienta que permite la verificación de esta premisa.

 

  • Los trazados de las calles y las manzanas plantearlos en sentido Este-Oeste, ya que es la que ofrece mejor soleamiento en invierno y mayores sombras proporciona en verano, cuestión beneficiosa en nuestro clima. 

 

  • Los trazados de aceras plantearlos asimétricos para que sean más anchas las más soleadas en invierno, es decir las orientadas al sur o sudeste.
  • Parcelación.
    • Para tipologías de edificación aislada, formular los parámetros de definición de parcela de manera que no condicionen su configuración y por tanto la posición de la edificación.

 

  • Configurar solares donde los edificios puedan ubicar la fachada principal a Sur, incluso buscando patrones no rectangulares. La orientación Sur es aquella que mejor aprovecha los sistemas pasivos de climatización.

 

  • Diseñar parcelas de solares que no determinen edificación con grandes profundidades.

 

  • La tipología de profundidad reducida es preferible en cuanto comporta disponer viviendas con dos fachadas opuestas por lo que influye sobre la ventilación natural cruzada y garantiza que cualquier vivienda siempre tenga una fachada mejor orientada. Y del a calle y a patio de manzana o a espacio libre.

 

  • Los trazados de manzanas plantearlos en sentido Este-Oeste, Ya que ofrece soleamiento más favorable en invierno y menor en verano.
  • El sistema viario: estudio de tráfico.
    • Minimizar los viarios de tráfico rodado libre, primando la circulación rodada sólo para uso interno y fomentando la sección destinada a circulación a pie y bici.

 

  • Asignación de las áreas de crecimiento edificatorio y mayores densidades en entornos bien comunicados con transporte público.

 

  • Valorar para el confort de las viviendas y del espacio público viario en cuanto a la contaminación acústica los niveles de circulación previstos en cada calle. Niveles acústicos superiores a 65 dBA por calles de elevado tráfico motorizado, favorece la utilización de sistemas de refrigeración mecánicos y la no utilización de ventilación natural en las viviendas.

 

  • Preferencia de circulación restringida a residentes o carga y descarga priorizando la movilidad a pie y bici en zonas de uso residencial que aseguren unos niveles acústicos que favorezcan la ventilación natural de las viviendas en verano.

 

  • Prever los distintos niveles de circulación rodada que deben contener los viales proyectados, con el objetivo de segregar las zonas de preferencia de circulación peatonal y rodonal restringida, de los ejes de mayor circulación rodada. 20 km/h: áreas de prioridad invertida de peatones. 30 km/h: zonas de velocidad limitada. 50 km/h: travesías.

 

  • Dimensionar con el doble de sección los viarios de travesías o vías de paso con el fin de mitigar los efectos de la contaminación acústica sobre la edificación y sobre las aceras, para crear recorridos peatonales agradables.

 

  • La memoria de ordenación justificará la sección viaria en función de las previsiones acústicas y de tráfico realizadas en el estudio de tráfico.

 

  • El espacio peatonal dentro de una vía con tráfico rodado debe ser mínimo del orden del 40% del total de ese vial.

 

  • La acera mínima para el uso peatonal es de 3 metros de manera que contenga circulación peatonal en ambos sentidos, espacio de parada y mobiliario urbano y arbolado para matizar los efectos acústicos de la circulación.

 

  • Para reducir la circulación rodada es necesario una adecuada previsión de aparcamientos.
  • Las redes de servicios.
    • Cada urbanización y edificación debe generar en su entorno la energía equivalente a su consumo. En la medida de lo posible esto debería acometerse de forma conectada, es decir, en sistemas mallados para disponer de aportes externos o evacuar la energía excedente, recurriendo al uso de la energía de la red sólo cuando se han agotado las opciones de autosuficiencia.

 

  • Incentivos de edificabilidad a través de mejoras en la calidad ambiental: Incorporación de sistemas activos de eficiencia energética solar y de optimización hídrica. Instalación de equipos de generación o de utilización de fuentes de energía renovable. Instalación de sistemas para el ahorro de agua.

 

  • Plantear sistemas de recogida del agua de lluvia cuando se pueda prever su reutilización posterior para riego, limpieza u otros usos. Esta medida conlleva la red separativa de colectores de aguas negras y de lluvia y los consiguientes tanques de retención y laminación de aguas pluviales que hay que prever en la urbanización.

 

  • En tipologías de vivienda unifamiliar, es necesario exigir el aprovechamiento interno de las aguas grises para usos no potables (de lavado, WC y jardines). Para vivienda colectiva, estudiar los estándares para los que sería rentable exigir también el aprovechamiento de las aguas grises.

 

  • Reducir las infraestructuras de drenaje abriendo zonas porosas en áreas pavimentadas para el drenaje natural.
  • Posición de la edificación y separaciones entre edificios.
    • Es importante evitar la excesiva regulación de los parámetros de ordenación pormenorizada que impidan soluciones bioclimáticas. Fijar la edificabilidad, altura máxima y un porcentaje de ocupación.

 

  • Liberalizar las alineaciones en tipologías asiladas para buscar la mejor orientación.

 

  • La Normativa Urbanística debe incluir en su lenguaje el concepto de orientación, diversidad de fachadas en función de la orientación, obstrucción solar, conceptos que orientan sobre el comportamiento energético de los edificios. 

 

  • Incluir la posición del Norte en todos los planos. La nomenclatura de las fachas y secciones debe relacionarse con la orientación de las mismas.

 

  • La normativa debería dejar abierta la posibilidad a soluciones diferentes y justificadas mediante Estudios de detalle.

 

  • Estudiar la relación entre la altura del edificio y el ancho del espacio libre, sean calles o espacios verdes o públicos en función del asoleo. Este estudio debe relacionarse con las densidades resultantes en beneficio de buscar el equilibrio.

 

  • Acceso al sol del uso residencial: 

 

  • Para sectores de nueva ordenación, hay que preservar de sombras las fachadas de las viviendas 1 hora cómo mínimo, entre 10 y 14 hora solar (por considerarse las horas con aportes solares efectivos en cuanto a beneficios energéticos al interior), el 21 de Enero (por ser el día más frío del año). Que no se admita el uso residencial en planta baja si no cuenta como mínimo con una hora de sol el 21 de Enero de 10 a 14h. O bien que no se admita el uso residencial en locales con una sola fachada cuando ésta tenga orientación Norte.

 

  • Exigir dentro de la documentación de ordenación necesaria en el instrumento que ordene el ámbito o sector el plano de proyección de sombras permanentes y proyectadas de la ordenación propuesta en un día determinado en planta y sección (21 de Enero).

 

  • Condicionar la ubicación del edificio en el solar para maximizar su acceso al sol. Situar cada edificio en su solar de acuerdo a sus propias características. Orientar la cara más larga del edificio al Sur con el fin de maximizar el potencial de captación solar.

 

  • Las viviendas con mayores paramentos en contacto con el exterior tienen más pérdidas que las viviendas entre medianeras o en plantas intermedias, lo que tendrá que compensarse con mayores ganancias solares.

 

  • En zonas con vientos característicos, se emplearán la topografía o las barreras vegetales para desviar o reducir las corrientes de aire sin reducir el acceso al sol.

 

  • Localizar las viviendas y usos residenciales en las áreas de mayor asoleo, mientras que las zonas comerciales en zonas menos favorecidas de asoleo.
  • Forma del edificio.
    • Potenciar la fachada Sur a las restantes.

 

  • Las viviendas unifamiliares aisladas consumen el doble de energía en comparación con las unidades residenciales en los edificios plurifamiliares. A pesar de tener más limitadas las posibilidades de captación solar la proporción se mantiene por el hecho de minimizar también las pérdidas. Condicionar la edificación unifamiliar con una elevada cota de condiciones constructivas y de diseño de edificios, que aseguraran su mejor comportamiento energético.

 

  • Encontrar el equilibrio entre densidades edificatorias aconsejables y el uso de la vivienda pasante con doble orientación que favorece la ventilación cruzada. 

 

  • Para sectores de nueva ordenación con valores de edificabilidad inferiores a 1,5m2 techo/m2 suelo, es posible que ésta se distribuya, en tipologías de profundidad reducida (Profundidad edificatoria igual o inferior a 14 m), sin influir con ello en la ocupación del territorio.

 

  • Se recomienda en el momento de fijar la profundidad de la edificación tener en cuenta la orientación de la misma.

 

  • Para tipologías de vivienda con fachada exterior única, hay que garantizar, a través de la Normativa, que se realicen patios, cuando menos de ventilación, y que estos se construyan con las condiciones requeridas para cumplir su función.

 

  • Fomentar la utilización de elementos arquitectónicos de control ambiental como porches, galerías o atrios, fachadas ventiladas, cuerpos salientes, terrazas retranqueadas, patios de luces con buenas dimensiones, espacios tampón al norte, que funcionan como espacios de transición entre el interior y el exterior de las edificaciones y sirven como control ambiental de los espacios públicos adyacentes. Revisar los parámetros del cómputo de su edificabilidad para su fomento en fachadas sur. No admitirse cuerpos salientes cerrados o semicerrados en orientación norte.

 

  • Prever como elementos por encima de la altura reguladora las instalaciones para implantación de energías renovables. Debiendo integrarse en el conjunto de la edificación.

 

  • Superficie para instalación de colectores solares mínimo de 20% de la cubierta comunitaria.

 

  • Utilización de la vegetación en cubiertas como controlador ambiental.
  • La urbanización, la vegetación urbana y las zonas verdes.
    • Incremento de la superficie arbolada y vegetal, tanto en los espacios públicos como los espacios privados, para favorecer su acción como sumidero de carbono, como regulador climático, función ecológica, paisajística y social.  

 

  • Preservar el drenaje natural. En zonas libres comunitarias destinar el 60% de su superficie a zonas ajardinadas, asegurando la función de controlador climático a la vez que favorecen el drenaje natural.

 

  • Utilización de árboles de hoja caduca y copa ancha para proteger las viviendas en verano, permitiendo el acceso al sol en invierno.

 

  • Utilización de arbolado como protección solar en edificaciones con fachada sur.

 

  • Utilización del agua en fuente o láminas que faciliten la evaporación y refrigeración del aire.

 

  • Plantar árboles altos en el lado sur de las calles y pequeños en el lado norte.

 

  • Utilización de especies autóctonas o adaptadas.

 

  • Se incorporarán tecnologías encaminadas al ahorro energético en el alumbrado público, utilizando el nivel lumínico en función de la jerarquía de vías.

 

(M/A)_ (OP, IC, PE) Optimizar y reducir el consumo de agua.

  • Reducir las pérdidas de en las redes de distribución, fomentar los sistemas eficientes de riego.
  • Fomentar tipos edificatorios con menores demandas de agua, incentivar la recogida de aguas pluviales en los edificios, utilizar sistemas de retención y filtración de aguas pluviales.
  • Fomentar el empleo de pavimentos permeables.
  • Tratar y recuperar los cauces naturales de agua.
  • Reducir la impermeabilización del suelo en los desarrollos urbanísticos. 
  • Favorecer la infiltración natural del agua de lluvia para favorecer su retorno al medio y su reutilización: riego urbano, procesos domésticos, etc. 
  • Favorecer el ajardinamiento de cubiertas y terrazas.
  • Creación de depósitos y estanques de acumulación de aguas pluviales.
  • Diseñar zonas verdes, parques y jardines con mínimo mantenimiento y consumos de agua.

(M/A)_ (OE-OP) Otras medidas.

  • Desde la aprobación de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, se obliga a establecer zonas de bajas emisiones en ámbitos de los municipios de más de 20.000 habitantes, si su calidad del aire no es buena.
  • Promoción de desarrollo de zonas peatonales seguras y de carriles bici que impulsen la movilidad activa y reduzcan la contaminación.
  • Creación de infraestructura verde urbana como parques o huertos que aporten beneficios ambientales, permitan mitigar el impacto ambiental de las ciudades, reducir la contaminación y mejorar la salud de los ciudadanos mejorando la calidad del aire.