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- EU.2.3 Línea 3: Adaptación del modelo de ciudad frente a los efectos del cambio climático
En esta Línea de análisis se aborda la necesaria reconfiguración que debe darse en el modelo urbano de nuestras ciudades y poblaciones para afrontar los cambios derivados del cambio climático, debiendo cuestionarnos; ¿Qué enfoque debemos plantear en el modelo de ciudad actual y futura, para adaptarla a los efectos del cambio climático, de manear que las ciudades, barrios, urbanizaciones y edificaciones sean más resilientes?
Es evidente que esto pasa por reducir la vulnerabilidad del espacio privado y del espacio público frente a los riesgos naturales actuales y potenciales derivados del cambio climático y a los efectos derivados de estos cambios, estando esta Línea de análisis estrechamente relacionada con las áreas temáticas de Territorio, paisaje y Biodiversidad, Metabolismo territorial y urbano, Movilidad y accesibilidad, Morfología y Modelo de ocupación del territorio y Gobernanza, Dimensión Humana y Económica.
A través de esta Línea de análisis se persigue la consecución de la siguiente:
METAReducir la vulnerabilidad del modelo urbano consiguiendo espacios más resilientes y la rehabilitación de las edificaciones
Los cambios previstos en las condiciones climatológicas, con un empeoramiento drástico en los últimos años, puede conllevar reducciones en la demanda como destino turístico para la Comunidad Autónoma, que actualmente cuenta con una alta demanda de turismo nacional e internacional.
Las proyecciones climáticas previstas a 2100 para la comunidad autónoma de Canarias estiman aumentos de temperatura de entre 1,5 y 4 grados, cambios en el régimen de precipitaciones de entre un 15-25% menos y aumentos de las olas de calor entre 20 y 70 días más a los actuales.
Básicamente, los impactos derivados del Cambio Climático están afectando a la seguridad del destino turístico, elemento considerado de vital importancia para el desarrollo económico de nuestras Islas, ya que es uno de los aspectos fundamentales en la preferencia de las islas como destino de calidad para el sector.
Es indiscutible que el turismo, las playas e instalaciones asociadas, sus bienes culturales como reclamo turístico y los establecimientos turísticos podrán perder competitividad por su falta de resiliencia hacia los efectos del CC y falta de eficiencia energética, por lo que ya resulta necesario establecer medidas desde el planeamiento urbanístico que tengan en cuenta todas estas circunstancias para adecuar los tejidos turísticos a estos cambios, de manera que no se pierda competitividad, tanto en los establecimientos, como en los espacios públicos de la ciudad o núcleo turístico.
¿CÓMO PREPARAMOS NUESTRAS CIUDADES PARA SER MENOS VULNERABLES AL CAMBIO CLIMATICO?
Como se viene exponiendo, la adaptación de las ciudades al cambio climático debe abordarse desde la planificación urbana, la organización de los usos, las características, materiales y sistemas constructivos empleados en las urbanizaciones y edificaciones, la ubicación de zonas verdes o el desarrollo de estructuras específicas para combatir los impactos del cambio climático.

Figura 81. Acción ilustrativa dentro de Resiliencia y adaptación al cambio climático dentro de la Nueva
Agenda Urbana Ilustrada. Fuente: NAU
¿ Cuáles son los PRINCIPALES EFECTOS derivados del CC que sufrirán nuestros NÚCLEOS URBANOS?
En el caso de nuestras ciudades y núcleos de población, los principales efectos del Cambio Climático que más incidirán sobre el medio urbano y que podrán condicionar los nuevos desarrollos, así como la renovación de los tejidos existentes, debiendo por lo tanto considerarse a la hora de redactar los instrumentos de ordenación urbanística, son:
Exposición al efecto isla de calor.
Como ya se ha explicado anteriormente en otras Áreas Temáticas, el efecto isla de calor (Urban Heat Island UHI) se define como el exceso de temperatura observada en un área urbana en comparación con su entorno cercano.
Este fenómeno, se empeorará derivado del aumento previsto de las temperaturas, y será mayor en núcleos con una gran actividad humana, por la emisión de calor emitido por las diferentes actividades humanas (tráfico, refrigeración, maquinaria, producción domestica o industrial,etc.) agravándose cuanto mayor es la densidad y peor es la calidad del aire.
Este efecto disminuye con el influjo de brisas marinas cercanas a la costa y con el control del régimen de vientos en los patrones de ventilación urbana. Así mismo, influyen en este efecto de manera determinante la permeabilidad del suelo (la capacidad de absorción y retención de escorrentías superficiales, y la captura de carbono), la presencia y tipo de vegetación, el albedo de las superficies, etc.
Este efecto se origina en la ciudad al modificar el paisaje natural de manera significativa transformando el balance de radiación y el contenido de calor en las áreas urbanizadas.
Como puede verse en la imagen infrarroja, se produce un aumento de temperatura provocado por el calor que generan las actividades humnadas y la irradiación del hormigón y el asfalto usados en la construcción y el sellado del espacio urbano. En cambio en el espacio más natural o rural se aprecia una variación de temperatura significativa.

Y en el gráfico que se muestra a continuación, se puede apreciar cómo la temperatura aumenta en el área urbana en comparación con la del espacio rural o periurbano, hasta el punto que, según las condiciones particulares de cada ciudad, las variaciones pueden alcanzar una media de 4ºC de diferencia.
También se puede apreciar en el esquema como la vegetación funciona como isla de enfriamiento en el interior de la ciudad, ya que este es uno de los servicios ecosistémicos que pueden ayudarnos a la hora de afrontar las consecuencias negativas de la isla de calor y del cambio climático.

Exposición a la subida del nivel del mar.
De los estudios analizados para la elaboración de la presente Guía (Impactos, vulnerabilidad y adaptación al cambio climático en el sector turístico elaborado por el Ministerio de Agricultura, alimentación y Medio Ambiente en el año 2016), se puede concluir que los principales impactos que afectarán a nuestras costas son el aumento del nivel del mar, el oleaje, y el aumento de la temperatura del océano.
Tanto las playas como las infraestructuras y actividades relacionadas con el sector turísticos se verán expuestas a estos impactos directos, produciéndose la pérdida de playas o infraestructuras asociadas a éstas, requiriendo en algunos casos obras de defensa.
En ese sentido, de los estudios recogidos en los modelos del IPCC, se prevén retrocesos en las playas de Canarias en torno a los 3 metros a 2040, así como una subida de la cota de inundación en el litoral de un 6% en el sur-sureste de las islas, lo que supondría una pérdida económica muy costosa o de dudosa reparación si no se incorporan medidas de adaptación.
A ello su suma otro de los reclamos turísticos en Canarias, cual es la práctica de actividades acuáticas como el buceo por su riqueza biológica contando con los enclaves más importantes en Fuerteventura, Lanzarote y Gran Canaria. Los fondos marinos están amenazados por la subida de las temperaturas del océano y la acidificación que provoca la pérdida de muchas especies subacuáticas.
En el caso de los núcleos urbanos cercanos a la costa ya hay edificaciones, playas, infraestructuras portuarias y población expuesta, para los cuales unas medidas de adaptación tempranas desde la planificación urbana, pueden suponer inversiones fáciles de asumir y evitar costes y pérdidas materiales o humanas.
Además, los núcleos costeros, donde se concentra la mayor parte de la población, son espacios urbanos especialmente vulnerables, en primer lugar por la mayor dependencia de suministros de recursos externos, agua, energía, etc., y en segundo lugar, por la mayor cantidad de infraestructuras y población expuesta, más aún en episodios climáticos extremos y sus efectos sobre el ámbito marino y terrestre.
Como se explicaba anteriormente en relación a los incrementos de temperatura, los núcleos turísticos, centros de los que en buena parte es dependiente la economía canaria, van a verse más vulnerables en cuanto a la exposición a la subida del nivel del mar tanto por la alta densidad de población como por la importante urbanización en las zonas costeras y lo fragmentado del territorio que genera mayor dependencia sobre los recursos y menor resiliencia frente a los fenómenos metereológicos extremos.
Los diferentes estudios que se han realizado, entre otros el Estudio de Inundabilidad sobre la Influencia del Cambio Climático en las costas de Fuerteventura, estima que los municipios costeros costeros se verán afectados por un retroceso en la línea de costa y un crecimiento medio del nivel del mar y un crecimiento en la altura de la ola, derivados de los estudios de oleaje realizados. De los casos tipo analizados en dicho documento se puede concluir que la tipología de casos que presenta mayores zonas inundables son aquellos casos que responden a perfiles más rocosos que arenosos con rasa rocosa en la zona norte, y oeste de la isla.

Figura 82 Imagen extraída del Estudio de la influencia del Cambio Climático en la inundabilidad de las costas de
Fuerteventura. Resumen de la sectorización aproximada de los 3 tipos analizados.
Según los estudios elaborados por el Consejo Insular de Aguas sobre los mapas de peligrosidad y de riesgo de inundación en las islas, se desprende que existen numerosas zonas con riesgo potencial de inundación en zonas costeras por subida del nivel del mar, en concreto 155 Arpsis de tipo marino.



Figura 83 Imágenes de algunos núcleos costeros donde se señalan zonas de riesgos sobre las actividades
económicas T=100años. Imágenes extraídas del Visor del Geoportal SIG Mapama.
Así mismo, en el documento de Estrategia de adaptación al Cambio Climático de la Costa Española se prevé en lo relativo a las variaciones del nivel del mar una tendencia ascendente en el nivel medio.
Los estudios apuntan a que es “probable” que el nivel del mar aumente en un rango de cinco a diez centímetros en la próxima década, mientras que el ascenso progresivo, a lo largo del próximo siglo, se puede aproximar al metro. El incremento de las emisiones acelera el deshielo en los extremos del planeta, eleva el nivel del mar y, a su vez, la temperatura del agua.
En este sentido, tanto los núcleos e infraestructuras que se verán afectados por los efectos de la subida en el nivel del mar, como aquellos suelos de crecimiento previstos en los instrumentos de ordenación deberán haber considerado la incidencia sobre el territorio y las edificaciones, con objeto de valorar las medidas de adaptación necesarias a implementar, así como la consideración de los usos a implantar.
El ascenso del nivel del mar y el incremento del poder destructivo de los temporales costeros producen impactos diversos en el litoral, incluyendo retrocesos en la línea de costa, con efectos sobre los ecosistemas costeros, pero también sobre las infraestructuras y el medio construido. Ejemplos claros de este tipo de problemas son zonas urbanizadas en el litoral de nuestras islas que sufren cada vez impactos más frecuentes y severos sobre las edificaciones.
No sólo afectará a las edificaciones, también puede afectar a las infraestructuras de transporte y comunicaciones. Por lo que este efecto generará pérdidas en diversos recursos costeros, amenazando edificaciones, equipamientos turísticos y disminuyendo la superficie disponible de playa seca.
En definitiva, resulta indiscutible la necesidad de considerar esta variable a la hora de redactar los instrumentos de la ordenación urbanística, concretamente, nuestras ciudades y núcleos de población.
Las medidas de adaptación.
Si bien se corresponden con la fase de ordenación del planeamiento urbanístico, una vez realizado el análisis a largo plazo de los impactos del cambio climático sobre nuestro ámbito de actuación, es evidente que debemos acometer las medidas de adaptación necesarias para reducir el riesgo de los impactos del cambio climático en la costa.
En este sentido, las medidas de adaptación según el IPCC se pueden clasificar en: (a) no actuación, (b) avance, (c) protección, (d) retroceso, (e) habituación o acomodación y (f) adaptaciones basadas en la naturaleza.

Figura 74 Imágenes Medidas de adaptación. Fuente: Special Report on the Ocean and Cryosphere in a Changing Climate. IPCC.
El IPCC recomienda soluciones híbridas para la adaptación de la costa al CC, a fin de conseguir una planificación secuencial.
Tanto la (c) protección como la (b) avance, son económicamente eficientes, principalmente en zonas urbanas consolidadas, aunque deberían ir, con frecuencia, acompañados de otras medidas encaminadas a reducir el aumento de la exposición en el muy largo plazo y que, generalmente, tienen que ver con ordenación del territorio, seguridad y protección medio ambiental. Se suelen dar cuando no existe espacio hacia el interior, en zonas densamente pobladas. La medida de adaptación consiste en ganar terrenos al mar adelantando la línea de costa, respondiendo generalmente a que no existe otra alternativa posible con el fin de evitar graves daños socioeconómicos.
Si las protecciones costeras están bien diseñadas, son muy eficientes a la hora de reducir los daños asociados y, por tanto, aunque fuera necesario realizar cierta inversión en las mismas, este esfuerzo se ve más que compensado por la reducción de gastos en reparaciones o restituciones ambientales.
El diseño de protecciones costeras es complejo, dado que dentro de los problemas de inundación en las zonas costeras pueden mezclarse causas relativas a otros factores que no tienen que ver específicamente con el cambio climático.
Dentro de las medidas de protección tenemos dos claras opciones: estructuras costeras (como diques o espigones) y alimentaciones artificiales (realimentación artificial de los sistemas sedimentarios a partir de un análisis de la dinámica sedimentaria). Estas dos medidas se pueden combinar entre sí en determinados casos.

Figura 75 Playa estabilizada mediante sistema de diques y espigones. Sitges.
Las estructuras costeras consisten normalmente en diques o espigones que dan estabilidad a una unidad fisiográfica en desequilibrio, reduciendo la erosión en la misma y, por tanto, permitiendo que exista una mayor defensa frente a las inundaciones
Cuando existe espacio suficiente para su adecuado desarrollo, es decir, en costas no constreñidas, las medidas de adaptación (f) basadas en la naturaleza pueden ser efectivas. Además, estas medidas cuentan con ventajas adicionales relacionadas con el secuestro de carbono o la mejora en la calidad de las aguas. Adicionalmente, no habría que perder de vista que algunos ecosistemas costeros, bajo ciertas condiciones, pueden migrar hacia tierra, lo que propicia que se adapten de forma natural a las subidas del nivel del mar.
Por otro lado, las medidas (e) habituación o acomodación son económicas y efectivas sin embargo los elementos de protección a la larga pueden perder efectividad.
La medida (d) retroceso es una medida con un alto impacto social que, en principio, solo podría ser considerada cuando los riesgos de destrucción son muy altos y en zonas donde no exista una alta densidad de población.
En el supuesto (a) no actuación cabría esperar que, los daños por inundación costera se vean incrementados para el año 2100 de entre dos a tres veces por encima de los actuales, según el último informe del IPCC. Esta opción siempre debe ser contemplada, dado que nos permite evaluar financieramente el estudio de alternativas, pudiendo estimar cuantitativamente el beneficio obtenido si se invierte en medidas de adaptación.
Exposición a inundaciones por avenidas de agua.
El incremento en intensidad y frecuencia de las precipitaciones de lluvia estimado a consecuencia del cambio climático hace que algunas cuencas, valles, laderas, cauces fluviales, llanuras, etc. puedan sufrir los efectos de grandes avenidas de agua, formadas de manera rápida con gran caudal y velocidad que suelen arrastrar además de mucho barro, grava y restos agrícolas, etc.
Si estas áreas se han urbanizado, los habitantes e infraestructuras que las ocupan pueden verse expuestos a inundaciones por avenidas en distintos grados, ya que estas inundaciones pueden cobrar distintas formas; la típica tormenta de verano o inundación repentina con poco tiempo de respuesta, más frecuente en zonas con orografía más pronunciada, distinta de las inundaciones urbanas con sistemas de alcantarillado inadecuados que se sobrecargan y de las inundaciones costeras, donde se suma el efecto intermareal, se superan los diques, terraplenes, e influyen las tormentas costeras en cauces muy planos.
Es este sentido, parece necesario conocer los cauces urbanos especialmente vulnerables a este efecto para plantear intervenciones urbanas acordes desde el planeamiento urbanístico (desde soluciones de cimentaciones, analizar la evacuación pluvial tanto en superficie como canalizados en las áreas de expansión más o menos urbanizadas y en la selección de localizaciones para equipamientos públicos).
Y de nuevo, las soluciones naturales presentan un grado de efectividad mayor y duradero ante este tipo de fenómenos, por lo que la vegetación, el suelo permeable, el arbolado, juegan un papel determinante en la retención del agua de lluvia, así como el aprovechamiento de usos sociales y medioambientales como los parques inundables que forman parte de los drenajes urbanos sostenibles y su funcionamiento mediante colectores en las zonas de avenidas de aguas evitan sobrecargar la red fluvial y además puede ser aprovechado para el riego de zonas verdes colindantes.


Figura 86 Imágenes de algunos episodios de inundaciones en Gran Canaria. Fuente El Diario.es.
Según el estudio elaborado por el Consejo Insular de Aguas sobre los mapas de peligrosidad y de riesgo de inundación, los daños que generan las avenidas no se restringen a unas zonas determinadas, sino que pueden extenderse en el territorio, ocurriendo numerosos sucesos asociados a desprendimientos de piedras sobre las vías de comunicación y anegamiento de garajes y locales.
Tampoco se deben estos daños sólo al desbordamiento de los cauces, sino que son frecuentes otros orígenes, como la escorrentía de ladera, la inexistencia de obras de paso o la insuficiencia manifiesta de las redes de saneamiento o de las obras de drenaje de las infraestructuras de transporte. Señala este informe, no obstante, que en algunas de esas zonas y gracias a la ejecución de determinadas medidas estructurales (fundamentalmente obras de encauzamiento), “se ha minimizado la peligrosidad y, por tanto, el riesgo asociado”. Aunque el peligro haya disminuido, se han mantenido dichas zonas como inundables.
El instrumento de planeamiento general, como se explica en el Área Temática de Morfología y Modelo de Ocupación del Territorio, establecerá los criterios y determinaciones de ordenación sobre emplazamiento y ocupación del suelo que le sean de aplicación a los instrumento del desarrollo de los ámbitos y sectores que puedan verse afectados por amenazas o riesgos referidos a efectos del cambio climático como las inundaciones.
Estos instrumentos de desarrollo del planeamiento general, deberán recoger las determinaciones contenidas en los planes generales y desarrollar la ordenación considerando estos riesgos para establecer la forma, posición, regulación de usos y criterios para la edificación y espacios libres. Estableciendo criterios a los instrumentos de ejecución para su mejor adaptación y resiliencia frente al CC.
En suma, los instrumentos de planeamiento deben contener información y un diagnóstico, sobre todos aquellos condicionantes que están afectando al entorno, tanto como amenazas, como por su potencial beneficio de cara a la ordenación y las determinaciones pormenorizadas para la construcción física de la ciudad, la geometría de las calles, usos, etc. para optimizar las condiciones del lugar y el potencial de los servicios ecosistémicos en la forma y diseño de la ciudad y en la senda hacia una eficiencia y adaptación del modelo urbano.
Se debe analizar, por lo tanto, los elementos naturales y territoriales que se verán afectados a consecuencia de los efectos del CC, elementos y servicios esenciales amenazados, edificaciones e infraestructuras que pueden verse afectadas, así como los elementos patrimoniales presentes en el ámbito, para establecer el marco sobre el que plantear las medidas de adaptación más adecuadas.
¿ Cómo identificar LOS IMPACTOS como consecuencia de estos efectos para disminuir la vulnerabilidad en nuestras CIUDADES?
Es fundamental para disminuir la vulnerabilidad de las ciudades y núcleos de población, realizar un análisis del modelo urbano, considerando en dicho análisis dos aspectos fundamentales:
- LAS ZONAS VULNERABLES:
Identificar cuáles son las zonas vulnerables frente a riesgos por inundación, por incendios, desprendimientos, deslizamientos o por calor extremo.
Estas zonas vulnerables pueden ser zonas ya ocupadas por lo que la planificación debe valorar la posible reubicación de aquellos usos o edificaciones afectadas, como de aquellas que no se encuentran colmatadas, para evitar la localización de usos y servicios esenciales cuyo fallo podría suponer la interrupción del servicio para la ciudadanía.
En este sentido gran parte de las ciudades de canarias se desarrollan en zonas costeras concentrando gran parte de su población, infraestructuras y bienes económicos en zonas que pueden verse afectadas por inundabilidad costera.
Además estas zonas vulnerables podrían poner en riesgo los bienes de interés cultural, y el patrimonio cultural presente en nuestras ciudades.
El compromiso de conservar y mantener el patrimonio cultural, natural y el paisaje presente en el ámbito de actuación debe buscar conectar el medio urbano con el legado de la cultura para un desarrollo urbano sostenible. Se debe proteger además de los posibles efectos del cambio climático sobre ese patrimonio, propiciando la existencia de infraestructuras verdes urbanas en la medida de lo posible quedando vinculadas con el contexto natural.
- ADAPTACION DE LAS URBANIZACIONES Y EDIFICACIONES:
Es preciso analizar el tejido urbano, en cuanto a la calidad, antigüedad, estado de sus componentes, estado de las infraestructuras y la capacidad de adaptación que presentan para que sean resilientes al cambio climático, debiendo preguntarnos en qué grado son capaces nuestras urbanizaciones de adaptarse a los efectos del CC.
Zona vulnerables
Como punto de partida, resulta imprescindible disponer de información y datos sobre las condiciones climáticas del emplazamiento así como la evolución y tendencia climática, que permita identificar las principales amenazas que actúan en la zona objeto de planificación urbanística.
Por tanto, se deben evaluar los riesgos de los efectos asociados al cambio climático y de capacidad adaptativa y vulnerabilidad, exposición a la subida del nivel del mar, exposición a inundaciones por avenidas o la exposición al efecto isla de calor urbana (englobado en todo el proceso de diagnóstico territorial y ambiental).
A partir de ahí, el planeamiento urbanístico deberá introducir las medidas de adaptación y mitigación necesarias, a través de un diseño consciente en la distribución de los usos, localización de la infraestructura verde, el diseño de la morfología urbana y posteriormente se realizará un seguimiento de la implantación de las medidas de adaptación al cambio climático así como la consecución de la mejora real en la adaptación al CC.
Se debe desarrollar una estrategia de resiliencia en toda la ciudad o núcleo de población, desarrollar políticas de uso de suelo teniendo en mente la resiliencia climática y mejorar el entorno construido y adaptar el parque de viviendas existentes, buscando transformar la ciudad de una manera integral para hacer frente a los riesgos y convertirlos en oportunidades.
Por tanto, la incorporación de la variable climática y su evolución es fundamental en la planificación urbanística y en los criterios de resiliencia y sostenibilidad del proceso urbanístico (desde la planificación, continuando con la gestión urbanística y posterior ejecución del planeamiento -edificaciones y espacio público-), finalizando con la conservación y el mantenimiento de los espacios públicos.
En efecto, el análisis de estas zonas vulnerables y su resiliencia climática puede condicionar los requisitos de construcción o directamente restricción por completo de nuevos desarrollos urbanos, áreas edificables o de limitación de ciertos usos, pudiendo la implementación de espacios verdes amortiguadores ser soluciones para zonas más desarrolladas.

Figura 76 Sector Nueva Esperanza
Fuente: Ecobarrio entrenubes. Modelo integral para el desarrollo sostenible de bordes urbanos
La infraestructura de protección contra inundaciones y la inversión en infraestructura verde pueden brindar protección contra tormentas e inundaciones costeras, que a la larga supongan medidas más duraderas y sostenibles. La integracion de la infraestructura verde y los servicios basados en la naturaleza aprovechando los beneficios de los servicios ecosistémicos, es un potencial vital a la hora de afrontar la resiliencia de nuetras ciudades.
Véase el Eje de integración TPB.1 Ecosistemas naturales en concreto en la Línea 3 donde se analizan los servicios ecosistémicos. Así mismo, como ya se analizó en este área Temática, en concreto en el Eje de integración EU.1 Naturaleza como Aliada sobre cómo utilizar la Naturaleza para crear entornos urbanos resilientes.
Adaptación de las urbanizaciones y edificaciones
Es vital en el tejido urbano existente impulsar la regeneración y rehabilitación urbana, mejorando la calidad del espacio urbano, para el confort de los ciudadanos, así como mejorando la calidad y sostenibilidad de los edificios a través de operaciones de rehabilitación edificatoria, habitabilidad, accesibilidad e impulsar la eficiencia energética.
Esto es posible, sin ir más lejos, a través de posibles incrementos en el valor de la edificación que puedan movilizar rehabilitaciones tanto públicas como privadas, incentivos de aumentos de edificabilidad, cambios de uso, densificación de zonas de baja densidad, etc.

Figura 77 Áreas de intervención: resiliencia equitativa, justicia ambiental, cambio climático, adaptación y
mitigación climática, hidrología, infraestructura social, autosuficiencia, entre otros. Parque Hídrico La
Quebradora. Fuente: Blog ciudades sostenibles
Actualmente en Canarias existe un parque edificado con carencias importantes en cuanto a calidad constructiva de sus elementos constructivos y de sus materiales que está generando unas necesidades energéticas que además de ocasionar daños medioambientales serios, genera un problema social, económico, estructural, de construcción deficiente, de salud, de falta de racionalidad y planificación en la explotación de los recursos energéticos.
La realidad a la que nos enfrentamos es que el cambio climático ya es un hecho y tenemos que adaptarnos. Sin embargo, nuestros edificios no están preparados para ello, cuando deben hacer frente a unas condiciones climáticas tendentes a un calentamiento de al menos 2,5 ºC de media en 2100, si conseguimos limitar el pico de emisiones a 2040 (de no tomar acciones en materia de cambio climático nos arriesgamos a un aumento de la temperatura media de casi 5 ºC).
Por lo tanto, adaptar nuestro entorno construido a esa realidad es absolutamente necesario, ya que esas previsiones se han realizado considerando las políticas públicas de descarbonización.
La buena noticia es que contamos con herramientas para enfrentarnos a ello, como las Soluciones Basadas en la Naturaleza y la renaturalización urbana, que ya se ha tratado en el Eje 1 Naturaleza como Aliada.

Figura 78 Plan de regeneración integral y participativo del barrio de Sant Miquel de Olot
En lo que aquí importa, la redacción del planeamiento urbanístico de Canarias debe tener en cuenta desde la escala territorial, la identificación en el contexto natural de los elementos naturales que pueden servir de conectores entre la ciudad y el entorno natural colindante.
Se debe planificar el territorio considerando el desarrollo en red de infraestructuras verdes y azules que permitan integrar en el diseño de la ciudad estas infraestructuras naturales y los beneficios ecosistémicos que aportan en la población.
Considerar el análisis del lugar para valorar la existencia de procesos de apropiación del espacio urbano en conjunción con el desarrollo de la identidad del lugar, y las posibles afecciones derivadas de los efectos del cambio climático, analizando el sistema patrimonial presente en el área, las condiciones climáticas y características geográficas del emplazamiento y su entorno, así como la infraestructura verde que puede ser un potencial en cuanto a los servicios ecosistémicos para el diseño de espacios continuos saludables, seguros, confortables, resilientes y con identidad propia.
En definitiva, de lo que se trata es de analizar cómo se relaciona la ciudad con su entorno y cómo la naturaleza, su biodiversidad y su patrimonio natural, paisajístico y cultural entra en ella a través del planeamiento urbanístico.

Figura 90 Ilustración de las Soluciones Naturales en las diferentes escalas del municipio.
Fuente: Soluciones Naturales’ para la adaptación al cambio climático en el ámbito local de la Comunidad
Autónoma del País Vasco


Figura 91.79 Ilustración de las Soluciones Naturales en las diferentes escalas del municipio.
Fuente: Soluciones Naturales’ para la adaptación al cambio climático en el ámbito local de la Comunidad
Autónoma del País Vasco

Figura 80 Renaturalización de la ciudad Fuente: https://www.adaptecca.es/
Y por otro lado, identificar desde el planeamiento estas zonas consideradas como vulnerables, frente a los efectos del cambio climático, para fomentar la renovación y rehabilitación urbana de la ciudad consolidada como principal objetivo hacia un modelo urbano sostenible y resiliente frente al cambio climático, persiguiendo mejorar la habitabilidad y eficiencia de tejidos infrautilizados o de suelos en desuso, implementando medidas de adaptación de los suelos vulnerables frente a exposición de efectos como inundaciones y aquellos tejidos con carencias constructivas inaceptables frente a un compromiso de direccionar la edificación hacia el consumo bajo en carbono.


¿Cuáles son las CLAVES para afrontar la ADAPTACIÓN en nuestros BARRIOS más vulnerables?
Para este cometido, es preciso analizar desde el planeamiento urbanístico cómo el cambio climático afecta específicamente a cada barrio o distrito con la finalidad de identificar posibles zonas de riesgos y vulnerabilidades (calor, presencia de personas vulnerables al cambio climático, edificios en mal estado, falta de verde, riesgos de inundación, cortes electricidad, disponibilidad de agua, etcétera), definiendo actuaciones específicas para dar respuesta, en colaboración con planes existentes y sus actualizaciones, como ha sido el caso del Plan de barrios o el Plan del verde y de la biodiversidad de Barcelona.
Localizar y caracterizar las zonas con riesgo (por calor extremo, riesgo de inundación, cortes de electricidad, disponibilidad de agua, etcétera).
Caracterizar los tejidos urbanos de acuerdo con los riesgos que les afectan, para poder incorporar medidas correctoras en modificaciones del planeamiento urbanístico.
Asegurar la presencia real del verde de calidad. Es necesario Incorporar determinaciones urbanísticas que aseguren la presencia real de verde de calidad y los acabados permeables. Como los corredores verdes, las reservas de espacio para asegurar la infiltración de agua en el subsuelo, la protección de las zonas vulnerables por riesgo climático, así como para disminuir la temperatura ambiental, tanto desde la permeabilidad del suelo, ya que la tierra natural disminuye la temperatura superficial, como porque la vegetación reduce considerablemente la temperatura ambiental urbana.
Reservar espacio suficiente para servicios climáticos. Es preciso reservar en el suelo y el subsuelo espacio para facilitar la prestación de los servicios climáticos necesarios (aumento de la infiltración de agua, mejora de la calidad del suelo para permitir un buen crecimiento de la vegetación, etcétera.
Implementar criterios de resiliencia. Repensar y adaptar criterios en el espacio urbano para garantizar el cumplimiento de estos criterios de resiliencia en proyectos de transformación urbana. Los proyectos urbanos donde a través de medidas de mitigación y reducción de la contaminación como el proyecto de las supermanzanas en Barcelona que se convierte en una oportunidad para sacar coches y, por tanto, reducir emisiones de GEI y ganar espacio para poner más verde y peatonalizar, suponen medidas de adaptación del modelo urbano.
Desarrollar la movilidad suave y mejorar el transporte público para mejorar la calidad del aire.
Adaptación de edificios públicos, para prevenir el exceso de calor y mejorar la eficiencia energética. Se priorizarán las intervenciones de prevención del calor de carácter pasivo (como sistemas de sombreado y cubiertas verdes) y las realizadas sobre los equipamientos utilizados por los grupos más vulnerables al calor: centros educativos, residencias de ancianos, centros de salud, centros de día para personas mayores, etc.
Apertura de “refugios climáticos”, equipamientos que mantienen temperaturas apropiadas, abiertos al uso público en periodos de calor excesivo.
Usos menos sensibles en zonas de riesgo. Dedicar las zonas de mayor riesgo de inundación a usos menos sensibles, como parques o jardines, o bien plantear sistemas de defensa para garantizar la seguridad de la población.
Mejoras de la accesibilidad y el espacio público a través de actuaciones en la movilidad y eliminación de barreras arquitectónicas, mejoras en las infraestructuras básicas urbanas, mejoras en los parques y zonas verdes, etc., favoreciendo los ejes prioritarios peatonales y ciclistas en la trama de los espacios públicos y zonas verdes.
Adecuación del patrimonio edificado. Como ya se analizó en la línea de análisis de Modelo urbano eficiente y sostenible, es básico fomentar la rehabilitación edificatoria que mejore las condiciones técnicas básicas. Identificación de posibles patologías que obliguen a intervenciones más radicales que corrijan el mal estado de las edificaciones que estén produciendo problemas de salud a sus usuarios como enfermedades respiratorias derivadas, etc.
Mejora de los elementos comunes en fachadas, cubiertas, portales, elementos comunes, cerramientos, aislamiento térmico y acústico, etc. para alcanzar una mejora notable para los usuarios en el confort y accesibilidad de las edificaciones.
Fomentar la renaturalización, en los procesos de renovación urbana. En los procesos de renovación o regeneración urbana se debe implementar la naturalización del espacio urbano en las que pueden confluir y apoyarse mutuamente las medidas destinadas a aprovechar mejor el agua, para crear entornos verdes adaptados al lugar que, además de actuar como sumideros de carbono, como zonas de regulación de la temperatura y de lucha contra el efecto “isla de calor” y como áreas de recogida y filtración de agua, contribuyan a incrementar las condiciones de habitabilidad y la calidad de vida dentro de los municipios.
Aplicación de soluciones basadas en la naturaleza, orientadas a la prevención de riesgos asociados al cambio climático en espacios urbanos y periurbanos: riesgos por altas temperaturas, riesgo de incendios en el espacio urbano-forestal, inundaciones, fenómenos costeros, sequías, etc.
Intervenciones en espacios públicos, orientadas a atenuar el efecto isla de calor urbana (sombreado natural o artificial de calles y plazas, reducción de la impermeabilidad del suelo, captación de aguas pluviales, creación de microclimas con láminas de agua, aplicación de soluciones bioclimáticas, etc.)
Mejora de la infraestructura urbana verde y azul, caracterizada por su multifuncionalidad: restauración de tramos urbanos de barrancos, zonas inundables para hacer frente a las avenidas extremas, mejora de la conectividad natural entre el medio urbano y periurbano, sistemas de drenaje urbano sostenible, etc.
Proyectos a escala de barrio, que incidan sobre el metabolismo urbano, más resiliente y más cercano a los procesos naturales, aprovechando el espacio público, espacios urbanos infrautilizados y equipamientos en desuso para integrar componentes de adaptación y mitigación del cambio climático.
Recosiderar los usos de acuerdo a la capacidad de adaptación. Tanto en los ámbitos en los que se vaya a considerar la renovación urbana, como en ámbitos urbanos sin desarrollar, o con escaso grado de desarrollo, es necesario reconsiderar los usos a implantar, de acuerdo a las capacidad de adapatación frente a los riesgos analizados en el ámbito, derivados de las proyecciones climáticas y estudios de inundabilidad. La incidencia de estas proyecciones sobre el territorio y las edificaciones servirá para valorar las medidas de adaptación necesarias a implementar.
La experiencia de otros lugares nos dice que esta adaptación urbana es posible, pudiendo citar ejemplos de codiseño entre ciudadanos, gobierno y constructores para edificar un barrio nuevo para 12.000 personas en Ultrech (Holanda), 100 % sostenibe e inclusivo. En este barrio no habrá aparcamiento para coches particulares y todos sus habitantes deberán compartir un vehículo por cada 3 hogares, el resto utilizará el transporte público.
Además, los edificios estarán cubiertos por muros y techos verdes, así como la mayoría de los espacios públicos, lo que alentará a los residentes a caminar y moverse en bicicleta, algo que los ciudadanos de Ultrech ya hacen, pues realizan uno de cada cuatro trayectos por este medio.

Figura 82 Recreación de Merwede, el nuevo barrio de Utrech. marco.broekman en OKRA
Muchas ciudades, incluso, ya han implementado “Refugios climáticos”, espacios públicos que pueden ser interiores o exteriores, para combatir las altas temperaturas mediante el acondicionamiento de espacios dirigidos sobre todo a los colectivos más vulnerables como los niños, personas mayores y personas con enfermedades crónicas, para hacer frente al calor.

Figura 83 Refugio climático en las Escuelas. Fuente Barcelona.cat
Una vez más, está en nuestras manos implementar a través del planeamiento urbanístico soluciones basadas en la naturaleza, pues el cambio climático es una realidad que está afectando a la salud y la calidad de vida de las personas (hasta el punto de darse ya el fenómeno de las migraciones climáticos –refugiados climáticos-), como se expondrá detalladamente en el Eje de integración EU.4 Salud y Bienestar.
Nuestras ciudades y barrios tienen el desafío de prepararse para hacer frente a las altas temperaturas que, según las proyecciones climáticas, afectarán a nuestas ciudades canarias como consecuencia de los efectos del cambio climático.
DATO INFORMATIVO: Ciudades como Barcelona ya ha creado una Red de refugios climáticos acondicionando 162 puntos repartidos por todos los distritos logrando que casi el 40% de su población tenga un refugio climático a 5 minutos a pie de su casa el casi el 90% lo tenga a menos de 10 minutos a pie de su casa.
Todos los refugios climáticos están debidamente señalizados y se pueden consultar en este mapa.
https://www.barcelona.cat/barcelona-pel-clima/ca/barcelona-respon/accions-concretes/xarxa-de-refugis-climatics#refugis-climatics
Se han acondicionado escuelas, jardines, bibliotecas, museos, centros cívicos, etc. con esta finalidad, previéndose incorporar más.
El Ayuntamiento de Barcelona ha recibido la financiación del Urban Innovation Action (UIA), un programa de la Comisión Europea para el proyecto “Adaptar escuelas al cambio climático a través del verde, el azul y el gris”, que plantea intervenciones en once escuelas con un paquete de medidas azules (incorporación de puntos de agua), verdes (espacios de sombra y vegetación) y grises (actuaciones en los edificios para mejorar su aislamiento).
Fuente: (EYS Municipales y Barcelona.cat)

Figura 84 Refugios climáticos en Barcelona. Fuente El peródico.com
ASPECTOS CLAVE DE ANALISIS Y DIAGNOSTICO de la Línea 3: Adaptación del modelo de ciudad frente a los efectos del cambio climático
Figura 85 Esquema conceptual de la Línea EU.2.3 Adaptación del modelo de ciudad frente a los efectos del CC. Elaboración propia

Items de análisis
Conocer la situación actual
- Por tanto, los elementos o conceptos sobre los que se fundamentará el análisis para
posteriormente establecer las propuestas de ordenación, para alcanzar la Meta son: - Condiciones climáticas locales
- Efectos derivados del CC y grado de exposición en el ámbito
- Zonas y usos vulnerables
- Grado de participación de los SbN en el modelo actual
- Resiliencia del tejido urbano: redes y servicios urbanos
- Antigüedad y estado de la edificación
- Confort en el espacio público
Para obtener esta visión crítica sobre el estado actual del modelo, resulta necesario que la información urbanística del instrumento de planeamiento deba analizar una serie de aspectos para realizar un correcto diagnóstico y enfocar las medidas y propuestas de cara a la ordenación.
La fase de INFORMACIÓN Y DIAGNÓSTICO deberá proporcionar la suficiente información a partir de unos elementos de análisis para detectar las zonas prioritarias de actuación que presenta el ámbito de estudio y actuación, en cuanto al funcionamiento y eficiencia de dicho modelo. Para esto, el planificador deberá considerar desde la escala de Ordenación pormenorizada (OP):
- Analizar el grado de exposición que presenta el ámbito de estudio frente a los distintos efectos derivados del CC.
- Identificar las zonas urbanas vulnerables por inundación, desprendimiento, altas temperaturas,etc.
- Identificar los usos, servicios públicos esenciales e infraestructuras vulnerables por riegos derivados de eventos metereológicos extremos.
- Identificar zonas urbanas en contacto con áreas forestales consideradas zonas de riesgo a incencdios.
- Identificar ámbitos urbanos de baja calidad constructiva de la urbanización y edificación (edificaciones de autoconstrucción, antigüedades superiores a 40 años y alto deterioro de sus componentes.)
- Identificar el estado de las infraestructuras en cuanto a capacidades (redes) y en cuanto a producción del recurso de autoconsumo.
- Localización de las infraestructuras en mal estado de conservación o deficientes.
- Identificar espacios públicos no adaptados para el confort urbano y las altas temperaturas.
- Analizar los acabados de los materiales y su grado de permeabilidad en el espacio público.
- Analizar la presencia real del verde, o las infraestructuras verdes presentes en el ámbito para valorar el grado de participación que podrían integrar en los servicios ecosistémicos para la ordenación del ámbito.
- Analizar el grado de adaptación de los edificios públicos en cuanto a eficiencia de recursos y en cuanto a grado de adpatación frente a los efectos del CC(refugios climáticos).
- Identificar espacios en desuso o infrautilizados para llevar a cabo operaciones de renatualización.
- Identificar equipamientos infrautilizados para adecuarlos a usos comunitarios y refugios climáticos.
Diagnóstico
Necesidades de actuación
- Detección de zonas de riesgo por usos vulnerables frente a riesgos naturales.
- Identificación de usos o equipamientos de servicios esenciales a trasladar por
riesgos derivados de eventos meteorológicos extremos. - Áreas de renovación y de actuación en el medio urbano para la rehabilitación
edificatoria por vulnerabilidad ante los efectos del CC. Ineficiencia energética y
mal estado de sus componentes. (vulnerabilidad social-pobreza energética) - Ámbitos en el medio urbano para la renovación o mejora de urbanización por
vulnerabilidad ante los efectos del CC por falta de capacidad o mal estado de
las infraestructuras. - Ámbitos en el medio urbano que no cuentan con espacio público ni
equipamientos públicos adaptados para el confort urbano y las altas
temperaturas. - Ámbitos en el medio urbano para la renaturalización por superposición de
varios efectos derivados del CC, zonas en desuso e infrautilizadas o escasez
de espacios verdes reguladoras de temperatura y sumideros de carbono.
Estos aspectos que se diagnostiquen pueden ser identificadas como debilidades, pero también como potencialidades y oportunidades para un cambio de rumbo si el planeamiento urbanístico las identifica, e implementa medidas dirigidas para ese cambio desde la ordenación.
Los indicadores se agrupan en dos bloques, indicadores de evaluación/diagnóstico e indicadores de seguimiento. Los primeros ayudan a establecer el grado de sostenibilidad y lucha del cambo climático de la situación actual del territorio para establecer prioridades de actuación, y los segundos se aplicarán tras establecer las alternativas de ordenación y la ordenación final para analizar si el proceso de ordenación y las intervenciones establecidas hacen del territorio un territorio resiliente y mitigador frente al cambio climático.
Indicadores
Evaluación-ordenación-seguimiento
Los indicadores de evaluación, completan el diagnóstico precisamente porque nos ayudarán a evaluar la situación actual y se acerca o no cumple a los umbrales mínimos de sostenibilidad, requiriendo en su caso una atención prioritaria.
Tabla 9 Indicadores de la línea de análisis Adaptación del modelo de ciudad frente a los efectos
del cambio climático.
| INDICADORES | CRITERIOS DE ORDENACIÓN | EVALUACIÓN DIAGNÓSTICO |
MODELO | SEGUIMIENTO | TIPO DE INDIDACOR | ||
| UMBRAL MÍNIMO | UMBRAL DE SOSTENIBILIDAD | ||||||
| EU-IND.16 | Grado de obsolescencia del tejido urbano |
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Primario |
| EU-IND.17 |
Calidad de la construcción_ Antigüedad/ Estado deficiente |
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Primario |
| EU-IND.20 | Superficie urbana en zona de riesgo |
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0% |
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Primario |
| MTU-IND-38 | Infraestructuras en riesgo |
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100% |
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Primario |
| EU-IND.21 | Índice de permeabilidad del suelo | >0,3 | >0,35 |
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Primario |
| EU-IND.22 | Coberturas verdes urbanas | >10% de cubierta y/o fachada verde | >15% de cubierta y/o fachada verde. |
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Secundario |
| EU-IND.23 | Cobertura arbórea de sombra | 10% del espacio peatonal. | 30% del espacio peatonal. |
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Secundario |
| EU-IND.24 | Confort térmico | > 50% de horas de confort para a un mínimo del 50% de la superficie total de calles | > 80% de horas de confort para a un mínimo del 50% de la superficie total de calles |
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Primario |
| EU-IND.03 | Nº árboles por tramo de calle | ≥0,2 árboles/m en más del 50% de los tramos de calle* (metros lineales) o en los espacio libres públicos (m2). | ≥0,2 árboles/m en más del 75% de los tramos de calle* (metros lineales) o en los espacio libres públicos (m2). |
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Secundario |
| MOT-IND-18 |
Grado de participación de la infraestructura verde en el control de riesgos Climáticos |
Existencia exclusiva de equipamientos públicos y/o uso residencial adaptado | 100%ocupada por la infraestructura verde. |
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Secundario |
| MOT –IND-19 | Grado de exposición de la población residente en el ámbito | 100%adaptada | 0% |
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Secundario |
| MOT-IND-20 | Participación de la infraestructura verde en la reducción de temperatura |
<2,77ºC <5ºF |
– |
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Secundario |
| MOT-IND-21 | Capacidad de infiltración de Suelo | 5mm-25mm | >25mm |
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Secundario |
| MOT-IND-22 | Protección frente a la subida del nivel del mar | 65%-75% | >75% |
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Secundario |
| MOT-IND-23 | Disponibilidad de la infraestructura verde como refugio | 5-12 m2/hab | >12m2/hab |
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Secundario |
| GDEH28 | Variación de la población | —- |
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Primario | |
| GDEH30 | Renta media por persona | Al alza |
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Primario | |
| GDEH39 | % de población en el umbral de pobreza | Meta 2030: reducción indicador del 50% |
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Primario | |
| GDEH40 | % de población en riesgo de pobreza severa | Meta 2030: reducción indicador del 50% |
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Primario | |
| GDEH42 | Tipos de vivienda | —- |
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Primario | |
| GDEH43 | %Hogares según deficiencia de la vivienda | 0% |
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Primario | |
| FUENTE: Elaboración propia a partir de distintas fuentes | |||||||
Medidas y recomendaciones
Para la ordenación y ejecución
Así pues, se recomienda unas medidas de adaptación y de mitigación y recomendaciones de cara a las propuestas de ordenación en los instrumentos de ordenación, en aras a alcanzar la Meta de reducir la vulnerabilidad de la ciudad.
A continuación se señalan una batería de medidas de mitigación (M) y de adaptación (A), en su mayoría son de adaptación (A), puesto que esta línea de análisis está dirigida a la adaptación y resiliencia del espacio urbano. Se señala así mismo la escala de aplicación: OP (escala de ordenación pormenorizada: PGO_OP, PP, PE PMM, y PAMU) IC (aplicación para instrumento complementario: OME, OMU, Estudio detalle, catálogos) y PE (proyecto de ejecución de planeamiento como proyectos de urbanización y de edificación).
Medidas de adaptación para la resiliencia y sostenibilidad del proceso urbanístico (planificación, gestión y ejecución).
- (A)_ (OP) Detección de zonas de riesgo por usos vulnerables frente a riesgos naturales y analizar cuáles serían los más aconsejables.
- (A)_ (OP) Identificación y caracterización de las zonas expuestas a efectos derivados del CC en la asignación de usos.
- (A) _ (OP) Traslado o reubicación de usos o equipamientos de servicios esenciales por riesgos derivados de eventos meteorológicos extremos.
- (A)_ (OP) Se tendrán en cuenta las condiciones del microclima y las características territoriales del emplazamiento desde la clasificación del suelo hasta la asignación de edificabilidades, densidad y tipos y características del modelo de ciudad.
- (A)_ (OP, IC, PE) Preservar los ecosistemas naturales y artificiales en el desarrollo urbano para garantizar la participación en los beneficios ecosistémicos de los servicios basados en la naturaleza.
- (A)_ (OP, IC, PE) Aplicar criterios bioclimáticos a los espacios públicos.
- (A)_ (OP, IC, PE) Incorporar equipamiento urbano y elementos vegetales en el espacio público como medida de adaptación para los aumentos de temperatura.
- (A)_ (OP) Introducir la red verde a escala bario y escala ciudad y conectarlas entre sí y con la red verde periurbana.
- (A)_ (OP, IC, PE) Crear un sistema peatonal verde preferente que conecte los espacios públicos con amplias aceras, incremento de arbolado, pavimento permeable, carriles bici y minimizando el tráfico rodado.
- (A)_ (OP, IC, PE) Recuperar los cauces naturales de los barrancos.
- (A)_ (OP, IC, PE) Fomentar el uso de pavimentos permeables y reducir la impermeabilización del suelo.
- (A)_ (OP, IC, PE) Fomentar el ajardinamiento de cubiertas y terrazas.
- (A)_ (OP, IC, PE) Creación de depósitos o estanques de acumulación de agua de lluvia.
- (A)_ (OP, IC, PE) Materiales de pavimentación permeables al agua en áreas peatonales y líneas de aparcamiento.
- (A)_ (OP, IC, PE) Fomentar la rehabilitación de edificatoria. Actuaciones sobre el medio urbano para la renovación edificatoria por vulnerabilidad ante los efectos del CC. Ineficiencia energética y mal estado de sus componentes.
Criterios
para la ordenación
Así pues, se recomiendan unos criterios de ordenación, dirigidos al planeamiento urbanístico, en aras a alcanzar la Meta de reducir la vulnerabilidad de la ciudad.
Estos criterios se establecen a partir algunos indicadores recogidos en la Guía Metodológica para los sistemas de Auditoría, Certificación o Acreditación de la Calidad y Sostenibilidad en el Medio Urbano (Gobierno de España).
- Criterios para el diseño del espacio urbano en clave de resiliencia y sostenibilidad (OP, IC, PE):
- Zonas de sombras: 10-30% del espacio peatonal.
- Superficie con agua: 5-15% del espacio exterior.
- Espacios abiertos >65% del ámbito de desarrollo.
- Superficies pavimentadas 10-40% máximo de la superficie de espacio público.
- Muros verdes: 10-20% de los muros exteriores.
- Espacios verdes: Entre el 40-80% del espacio exterior (incluye muros y cubiertas).
- Sistemas técnicos: 20% extra de la capacidad demandada.
- Pavimento con grado de permeabilización: > 20% en más de 50% de la superficie del ámbito con pavimento que permita la infiltración del agua. Sobre todo en áreas peatonales, evitando soleras de hormigón. Pavimento permeable también en área de aparcamiento distinto de la calzada normal.
- Suelo permeable: 50% del suelo del espacio abierto.
- Uso de pavimento de menor impacto acústico en las vías rápidas.
- Viales de velocidades inferiores a 20km/h en zonas residenciales.
- Cubiertas verdes o reflectantes: 20-40% del total de cubiertas.
- Aéreas verdes purificadoras: 10-40% aéreas verdes para purificación del aire.
- Árboles purificadores: 10-20% de los árboles con alta capacidad en la purificación del aire.
- Arbolado urbano obligatorio: En las medianas de calles de 30 m de anchura o mayores. En aceras anchas o en zonas de aparcamiento junto a fachadas orientadas al oeste, con especies de hoja caduca. En todas las calles de anchura superior a 20 m.
- Definir una superficie de 10m2 de superficie verde por habitante.
- 100% de la población con acceso a más de un tipo de espacios verde a pie o en transporte público (plazas, parques, jardines, zonas peatonales con superficie mayor a 500 m y más de 50% con zonas permeables. No isleta de tráfico).
- Al menos 1 árbol cada 5 metros de tramo lineal de calle.

