- Home
- GDHE Gobernanza, dimensión humana y económica
- GDHE.1 EJE 1: Dimensión humana del cambio climático
- GDHE.1.3 Grupos de incidencia/personas más vulnerabilizadas ante el Cambio Climático

Figura 18 Grupos de incidencia/personas más vulnerabilizadas ante el CC. Elaboración propia
La interseccionalidad de los flujos que confluyen entre las personas que habitan un territorio y el impacto que reciben por los fenómenos asociados al CC, más allá de la salud, marca la línea de implementación del análisis multidimensional: indicadores de vulnerabilidad e impactos del cambio climático aquí propuesta.
Calibrar el impacto del CC sobre las personas implica conjugar la medida en que el espacio que transitan y sus condiciones de vida se ven concernidas. Esta operación conlleva sustanciar el análisis de la crisis climática en las características que le pueden generar un mayor grado de fragilidad a las personas. De ahí que el estudio de la vulnerabilidad social y personal traiga aparejado el análisis de la vulnerabilidad de las personas desde una perspectiva multidimensional a través de la que detectar las imbricaciones entre diferentes factores principalmente de orden demográfico, económico o residencial.

Ilustración 1. Inequidad y vulnerabilidad frente al CC. Fuente IPCC (2014b) Figura TS1, cuadro 4. http://www.resclima.info/node/161
Los principales aspectos a examinar, a la hora de ponderar la incidencia climática sobre la población, son los referidos a las características demográficas, sociales y económicas en las que viven personas. Entre los datos demográficos que muestran más claramente la vulnerabilidad en nuestra sociedad aparecen los referidos al género, edad, país de origen, nivel de estudios, diversidad funcional etc. En cuanto a lo que a elementos socioeconómicos se refiere, la situación laboral, los ingresos por hogares, situación de pobreza, prestaciones… ofrecen claves evidentes sobre la fortaleza de las condiciones en que viven las personas para enfrentarse, en este caso, a los impactos del CC.
Alguno de los grupos de incidencia, más concernidos son los siguientes.

Vulnerabilidad de género
El género, sigue siendo hoy en día, un eje transversal a múltiples factores que derivan en situaciones de pobreza, marginalidad o exclusión social. El desigual punto de partida entre mujeres y hombres en el acceso a un trabajo, las inequidades salariales, feminización de la pobreza, el constructo social sobre género… ubican a las mujeres en situaciones de vulnerabilidad presente y futura con más frecuencia que a los hombres.
Según la Encuesta de Condiciones de Vida del ISTAC de 2018 un 9,1% de la población española
no puede permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada, situación que es peor en
las mujeres (9, 3%) que en los hombres (8,9%).
Tal como se reconoce a nivel internacional tener presente estas y otras desigualdades de género es esencial a la hora de diseñar respuestas ante el desafío climático.
“Todos los aspectos del cambio climático poseen una dimensión de género: las causas y efectos del cambio climático y las políticas con que se intente afrontarlo tendrán diferente impacto sobre mujeres y hombres” Gotelind Alber.
Fenómenos como la feminización de la pobreza resitúa a muchas mujeres en una posición de mayor vulnerabilidad a la hora de enfrentar las circunstancias adversas como las derivadas del CC.
En la Encuesta de Condiciones de Vida de 2018 se detecta un aumento de la vulnerabilidad
protagonizada por mujeres en forma de composición de los hogares:
Los hogares unipersonales de personas mayores de 65 años, el 71,9% está formado por
mujeres. Además, el 82,5% de los núcleos familiares monoparentales con están constituidos por
mujeres con hijas/os.
Estas condiciones de desigualdad se acentúan cuando se incorporan otros elementos (mujeres pobres, racializadas, responsables del cuidado de las personas dependientes del hogar, con diversidad funcional…) que interseccionan y recrudecen la vida de las mujeres, siendo uno de los colectivos más frágiles al experimentar situaciones de mayor debilidad. De aquí que la perspectiva de género en los estudios de vulnerabilidad, y más concretamente en la investigación sobre el CC deban poner el foco en las circunstancias de estas situaciones de desigualdad en las que se encuentran las mujeres.
La perspectiva de género por lo tanto, pone énfasis en el contexto social en el que las mujeres se
constituyen, no desde el cual se describen, más bien se alude a la posibilidad de comprender las
relaciones sociales en situaciones de igualdad/desigualdad y equidad/inequidad
Flores-Palacios 2010.
La inclusión de la perspectiva de género se convierte además en un compromiso del Gobierno español, tal y como lo manifestó la Ministra de Transición Ecológica y el Reto Demográfico:
“Invertir en igualdad de género y en el empoderamiento de las mujeres y las niñas es invertir en política efectivas para mejorar la conservación del medio ambiente, reducir la pobreza y asegurar que se alcanzan los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París. Las mujeres deben estar en el centro de la transición ecológica”.

Figura 19. Género y Cambio Climático. Un diagnóstico de Situación. Instituto de la Mujer.
Ministerio de Igualdad
La perspectiva de género estará presente en cada uno de los grupos de incidencia con mayor fragilidad ante el CC. De ahí la imprescindible segregación por sexos, al menos, con la que las fuentes estadísticas oficiales deben suministrar los datos. La visibilización de una parte de la sociedad con una situación de desigualdad mayor es imprescindible a la hora de implementar acciones inclusivas, justas y equitativas con toda la comunidad.

Vulnerabilidad de las personas mayores
La concepción del término persona mayor está experimentando en nuestra sociedad una transformación radical. La cosmovisión que la sociedad tiene sobre las personas de más edad, ancianas, viejas… se va adecuando a las mejoras en las condiciones de vida de la población (hábitos de vida, sanidad, nutrición…) imponiendo otra mirada sobre ellas. A pesar de lo dicho es evidente que las personas mayores, dadas sus circunstancias en muchos casos, incremento de enfermedades, menor movilidad (Véase Área temática Movilidad y accesibilidad), mayor dependencia, reducción de redes sociales de apoyo, inadecuadas condiciones de la vivienda, aislamiento, discapacidad funcional, situación de negligencia… se encuentran dentro de los colectivos de población más vulnerables ante los efectos de la crisis climática. De forma general, las personas mayores, son las principales víctimas de sus efectos. Este contexto las fragiliza y las sitúa en desventaja a la hora de afrontar cualquier adversidad, en este caso, las derivadas del CC.
“Las personas mayores de 65 años, en particular aquellas con afecciones médicas crónicas (como
diabetes y enfermedades cardíacas, pulmonares y renales), se encuentran entre las más
vulnerables a los efectos sobre la salud de las olas de calor.”
Con respecto al incremento de las temperaturas las personas mayores de 65 años “son
particularmente vulnerables a estos efectos y están expuestas a olas de calor en cantidades cada
vez mayores”.
lancetcountdown.org
Dentro del colectivo de personas de más edad se conceptualiza el subgrupo “ancianas/os frágiles”, que vienen a representar personas con mayores riesgo y posibilidad de presentar una progresiva pérdida funcional y mental, estas personas requieren una atención y seguimiento aún más especial.

Tabla 3. Población de 16 y más años según tipos de apoyos que podría recibir de familia, de amistades, vecinas/os, sexos y grupos de edad. Canarias. 2018. Elaboración Propia
En la tabla anterior se muestra un aspecto que permite constatar la situación de vulnerabilidad en la que viven las personas mayores en Canarias con respecto al resto de la población (y que sirve de ejemplo sobre las conexiones que se establecen entre dimensiones de vulnerabilidad y afectación climática). Ante la pregunta de si tuvieran que pedir ayuda para su cuidado por enfermedad, ayuda económica o apoyo emocional, salvo en el primer epígrafe, cuidado por enfermedad, para el resto de las opciones la percepción de que en caso de necesitarse apoyo se podría recibir es más baja que para el total de la población. En este sentido no solo la realidad sino la percepción fragiliza aún más, el temor a necesitar ayuda y enteder que no se va a recibir, puede porvocar mayor aislamiento entre las personas mayores, y ocasionar/intensificar patologías mentales derivadas de este aislamiento.

Tabla 4. Población de 16 y más años según frecuencia (NUNCA) de realización de actividades en el tiempo libre. Canarias. 2018. Elaboración Propia
Adicionalmente la falta de interacciones sociales, de actividad física repercute negativamente sobre como están y se perciben las personas, y más aún entre las personas de más edad, con estas condiciones más concernidas. En este sentido, la tabla anterior, muestra el porcentaje de personas que NUNCA ha practicado alguna de las actividades propuestas. Agrupadas en la población total y en las personas de 65 y más años, se aprecia como las acciones que implican más interacción, ejercicio intelectual o movimiento son las menos practicadas por las personas de 65 y más años. Este es otro elemento que impone una actuación urgente y más en el marco del cambio climático, que permita mitigar la situación de fragilidad con que las personas pueden ver agravadas sus condiciones de vida ante el cambio climático.
En este mismo sentido, y de una forma complementaria, desde la gerontología ambiental se analizan las implicaciones que en la vulnerabilidad de las personas mayores en contexto de emergencia climática imponen el espacio habitable, los entornos residenciales. (ver Áreas temáticas MOT, MA, EU y TB). Desde la perspectiva de una Guía como esta, el urbanismo inclusivo y la rehabilitación de edificios, juegan una función fundamenal para prevenir o paliar situaciones de aislamiento social de las personas en general y de las de más edad en particular. Diseñar espacios públicos adecuados para las personas con diversidad funcional y la rehabilitación de edificios que presentan problemas de accesibilidad y aislamiento, son medidas que contribuyen a mejorar las condiciones de vida de la comunidad.

Vulnerabilidad infantil
Según la organización Save the Children la tasa de riesgo de pobreza y exclusión afecta a un 28,3% de las niñas y niños en España, es decir, a 2,2 millones. La infancia es especialmente frágil ante las consecuencias de la pobreza y la exclusión social, ya que sus capacidades físicas, mentales, emocionales y sociales están en plena evolución (Exclusión Social Infantil 2011). Según la OXFAM las personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad económica tienen mayor probabilidad de sufrir los impactos de los desastres naturales.
“Solo alcanzaremos la igualdad plena como sociedad si podemos asegurar que la infancia crezca sana, segura, feliz y capaz de desarrollar sus talentos y capacidades sin barreras que se lo impidan” Ernesto Gasco, Alto comisionado para la Lucha contra la Pobreza infantil
La vulnerabilidad infantil posiciona a niñas y niños en una coyuntura más frágil ante la crisis climática dada su dependencia y su proceso evolutivo. Esta evidente debilidad se hace aún más patente por el proceso biológico que experimentan, su gasto energético y metabólico más alto, su dinámica social, su mayor expectativa de vida y el encontrarse al margen de la toma de decisiones en la mayoría de las ocasiones.
Según la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) de los años 2013, 2014 y 2015 alrededor del
10% de hogares con menores en España sufren de contaminación ambiental en sus hogares.

Figura 20. Hogares con menores que sufren problemas de contaminación y otros ambientales, Canarias-España. Fuente Unicef-INE, ECV 2013-2015. Elaboración propia.
https://www.unicef.es/sites/unicef.es/files/comunicacion/informe_cambio_climatico_infancia_espan
Las niñas y los niños se ven afectados de tal forma por los impactos del cambio climático, y en infinidad de dimensiones, que se impone se conviertan en uno de los principales grupos de población hacia quienes enfocar las actuaciones de mitigación.

Figura 21. Impactos del cambio climático en los niños en España y su relación con la desigualdad.
El impacto del cambio climático en la infancia en España. UNICEF

Figura 22. Impactos del CC en la infancia a nivel global. Our children, our climate, our responsibility: the implications of climate change for the world’s children, UNICEF UK, 2008
Los flujos derivados de la conexión cambio climático-infancia (aunque no solo) trascienden la salud afectando al modo en que niñas y niños transitan por los espacios, la interacción social que les es imprescindible para conformarse como personas, la apropiación del entorno, la identificación con el espacio y la comunidad de la que forman parte… Adicionalmente el hecho de no disponer de un hogar con una climatización adecuada y, por tanto, más permeable a los incrementos de temperatura, por ejemplo, repercute en el adecuado progreso escolar y emocional de niñas y niños, eleva la posibilidad de padecer afecciones respiratorias, puede incidir en que las y los bebés aumenten de peso de forma saludable, aumenta las tasas de ingresos hospitalarios entre otras secuelas. En este sentido, se presentan además, otros condicionantes como son la exclusión del espacio social que puede suponer el incremento de las temperaturas que les limite el uso de los lugares de encuentro, socialización y ocio. De ahí lo urgente de hacer protagonista de las actuaciones que minimicen los efectos de la crisis climática a la infancia y conjugar interseccionalmente todos esos elementos.
“Las mujeres y las niñas y niños tienen 14 veces más probabilidad de morir durante un desastre
que los hombres” Plan Internacional (2013): Because I am a Girl the State of the World’s Girls
2013 In Double Jeopardy: Adolescent Girls and Disasters.
https://www.plan.org.au/~/media/plan/documents/resources/because_i_am_a_girl-the-state-of-
the-worlds-girls-2013.pdf

Pobreza energética
La pobreza energética es un indicador que conjuga por un lado la renta de los hogares con el coste que supone el gasto destinado al consumo energético.
En un escenario donde los picos de calor serán más frecuentes, la población más vulnerable tendrá, evidentemente, mayores dificultades para mantener su vivienda con un nivel óptimo de confort térmico. De hecho a causa del efecto isla de calor el aumento de temperatura será aún más alto en las áreas urbanas.
Según datos de Naciones Unidas, el 55% de la población mundial vive en ciudades o zonas urbanas, esta cifra se incrementará hasta el 68% en 2050. Así las personas más propensas a padecer las inclemencias del calentamiento global en sus hogares son las más proclives a sufrir pobreza energética. En áreas con un clima más cálido, como Canarias, el riesgo puede ser más elevado.
En Canarias la mayoría de los parámetros que refieren datos sobre el nivel de pobreza económica son significativamente más elevados en España.

Figura 23. Evolución de la tasa anual de pobreza genera. España/Canarias. Elaboración propia a partir de los micro-datos de la EPF 2006-2016
Con respecto a la pobreza económica hay que añadir el concepto pobreza energética específicamente definido para Canarias: como la “incapacidad o dificultad de los hogares de acceder a otros servicios energéticos esenciales para asegurar unas condiciones de vida dignas a un precio justo atendiendo a sus niveles de ingresos”, y la definición de Índice de Pobreza Energética Compuesta. Esta se refiere a los hogares cuyos ingresos netos de los gastos de vivienda y energía se sitúan por debajo del 60% de la mediana nacional en este concepto para el conjunto de hogares, y que, además, su gasto en energía sea, o bien superior a la mediana del gasto energético de todos los hogares, o bien superior al 10 por cien de sus ingresos.
De estas concepciones de pobreza energética se deriva unas especificidades en los hogares canarios al respecto a:

Figura 24. Características de los hogares más vulnerables en pobreza energética Canarias. Elaboración propia a partir de los modelos econométricos de La Pobreza Energética en Canarias. Análisis de su incidencia y propuestas de Acción. Gobierno de Canarias. Comisionado de Inclusión Social y Lucha contra la Pobreza

Vulnerabilidad de la población desplazada/migrante
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) define el concepto migración climática como “el traslado de una persona o grupos de personas que, predominantemente por cambios repentinos o progresivos en el entorno debido a los efectos del cambio climático, están obligadas a abandonar su lugar de residencia habitual, u optan por hacerlo, ya sea de forma temporal o permanente, dentro de un Estado o cruzando una frontera internacional.”
Cuando hablamos de migración climática en Canarias nos referimos no solo a las personas que llegan procedentes de fuera de las islas sino a aquellas que tienen que abandonar su lugar de residencia al verse afectadas sus vidas por el impacto climático, dentro del territorio canario. Personas que ven, por ejemplo, cómo la producción de sus cultivos se reducen por el incremento de las temperaturas, la reducción de las precipitaciones… y deben cambiar su residencia en busca de otras fuentes de ingresos.
La población migrante, especialmente tras su llegada al país/lugar de acogida, se enfrenta con frecuencia a condiciones de desigualdad y desarraigo muy distorsionantes, además de al duelo migratorio. Las dificultades iniciales para su acceso al trabajo obstaculizan su integración y generan situaciones de vulnerabilidad social, económica, cultural, y residencial, entre otras.
“Las mujeres migrantes y refugiadas sufren discriminación en las sociedades de acogida por
múltiples motivos: al componente de género se suma el de la nacionalidad y en muchos casos el
racial o étnico. Todo ello genera una serie de factores de exclusión social (brecha salarial,
dificultades de acceso a vivienda para mujeres solas, etc.) que no podemos pasar por alto”
CEAR, 2016, p.15
Dentro de este grupo heterogéneo de personas que se desplazan a causa de la incidencia del cambio climático, las mujeres, las niñas y los niños, las personas con diversidad funcional, personas mayores, pobres… reciben una doble carga de impacto. Suman a su vulnerabilidad de partida la que supone desarraigarse física, social, cultural y territorialmente de su lugar de origen.

Población que trabaja a la intemperie
Un grupo de incidencia sobre el que los impactos del cambio climático van a repercutir de manera incierta dada su diversidad es sobre las personas que realizan su actividad laboral en espacios abiertos y sin protección específica. La temperatura, la humedad, el viento, el polvo en suspensión afectan a las actividades que se realizan y más si estas se desarrollan al aire libre.
Las personas que trabajan en agricultura y construcción en base a las previsiones de la Organización Internacional del Trabajo para 2030 ‘registraran el 60% y el 19% respectivamente del total de las horas perdidas debido al estrés por altas temperaturas. Si la temperatura no cesa de aumentar algunas zonas agrícolas dejaran de ser productivas y muchos trabajadores se verán desplazados a otros sectores’.
https://www.observatoriorh.com/opinion/los-efectos-del-cambio-climatico-en-la-seguridad-
laboral.html
Nuestra capacidad de trabajo se ve afectada por la temperatura y la humedad, particularmente en trabajos de construcción, agrícolas y del sector servicios. La reducción de la productividad puede derivar, a su vez, en un perjuicio para la salud y repercutir en la economía de las personas y las comunidades. En Canarias además se producirá un incremento notable en las horas de trabajo pérdidas debido a las altas temperaturas y la exposición al sol.
“El aumento de las temperaturas fue responsable de un exceso de 100 mil millones de horas de trabajo potenciales perdidas a nivel mundial en 2019 en comparación con las perdidas en 2000, y el sector agrícola de la India se encuentra entre los más afectados”.
lancetcountdown.org

Figura 25. Infografía sobre los impactos de la Contaminación sobre la salud. Greenpeace

Personas con diversidad funcional
Las personas con diversidad funcional se enfrentan a mayores dificultades en sus condiciones de vida que el resto de la población. Condiciones de vida que se recrudecen en lo que a los efectos de la crisis climática se refiere. De hecho la Convención de Derechos de las Personas con Discapacidad exige a los estados asumir las medidas pertinentes para preservar la integridad y protección de las personas con diversidad funcional en situaciones de riesgo, como se constata con el cambio climático. Es más, según la Alta Comisionada Adjunta para los Derechos Humanos, Nada Al-Nasif “Cuando se trata del cambio climático, las personas con discapacidad resultan afectadas desproporcionadamente por sus efectos, y una de las principales causas de ello es que la mayoría de las personas con discapacidad viven en la pobreza.”
Según las Naciones Unidas las personas con diversidad funcional son sustancialmente más frágiles ante uno de los impactos con mayor incidencia en Canarias del cambio climático, las olas de calor. De hecho, en algunos casos, estas personas pueden presentar un mayor riesgo de muerte ante la incidencia del incremento térmico.
Como se apuntó estos son solo algunos de incidencia/personas más vulnerabilizadas por el impacto climático, la dinámica al respecto es seguir teniendo una mirada de proximidad y de estudio hacia las fragilidades actuales y las venideras a través del análisis de los indicadores, su conexión con el entorno y los efectos del cambio climático.

