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- MOT – Modelo Territorial
- MOT.1 EJE 1. Territorio equilibrado
- MOT.1.3 Línea 3: [Eco] Sistema urbano
Se entiende como Sistema urbano al conjunto de asentamientos ubicados en un territorio determinado, creado y organizado por la sociedad que lo habita y que mantiene relaciones funcionales entre sí, mostrando diferentes niveles de dependencia, lo que permite establecer la jerarquía urbana que rige el funcionamiento del sistema.
Además de los asentamientos, forman parte del sistema urbano las infraestructuras necesarias para su funcionamiento y conexión, y aquellas que dan servicio a la población que los habita.
El funcionamiento del sistema urbano de Canarias se define en función de las formas de ocupación y crecimiento que poseen los asentamientos poblacionales existentes o en proceso de desarrollo y sus infraestructuras, así como la relación que mantienen entre ellos. El distinto origen de los asentamientos de población, el posterior desarrollo de éstos y las infraestructuras vinculadas a los mismos, junto con la actividad económica y la existencia o no de planificación previa, ha ocasionado en las islas distintas formas de ocupación en el territorio.
En ese sentido, podemos hacer una distinción entre los núcleos tradicionales del interior y del norte de las islas más pobladas, concernidos en sus inicios a actividades agrarias, respecto a los núcleos del litoral o costeros, ya sean tradicionales, de ensanche o de nueva creación vinculados, principalmente, tanto al uso residencial como al turístico, y al desarrollo de las actividades económicas de producción y servicios.
En las últimas décadas se han desarrollado además otras formas de asentamiento en el interior insular que responden a dos dinámicas distintas: por un lado, la ocupación relativamente reciente del territorio rural con prácticas diferentes a las tradicionales, y por otro, la aparición de núcleos de población aislados en el interior, surgidos del desarrollo del modelo de ocupación implantado por los diferentes planeamientos urbanísticos municipales.
El origen de los núcleos en el tiempo, junto con la existencia o no de actividades productivas vinculadas, el crecimiento posterior experimentado, la existencia o no de una gestión previa y planificación urbanística, han dado origen en el territorio canario a formas de ocupación y crecimientos dispares.
REFLEXIONEMOS SOBRE EL MODELO URBANO ACTUAL
La Agenda Urbana Española 2019, reconoce el tradicional modelo de ciudad española como un modelo “compacto, razonablemente denso, complejo, con mezcla de usos, tamaño medio, con espacios urbanos seguros, saludables y de calidad, que garantizan la convivencia y fomentan la diversidad social, considerando que han sido y son un reclamo atractivo, tanto para sus habitantes, como para quiénes las visitan, destacando el peso especial de ciudades, como San Cristóbal de la Laguna, en el reconocimiento de la UNESCO hacia España como el tercer país del mundo con más lugares declarados Patrimonio de la Humanidad.

Figura 37 Vista panorámica de San Cristóbal de La Laguna. Fuente: aytolalaguna.es
Como ya se apuntó en la exposición del Eje de integración, las pautas de ocupación que han imperado desde la segunda mitad del siglo XX en adelante, adaptaron un modelo de ordenación que se apartaba de la dinámica de asentamiento que hasta ese momento se había desarrollado en los núcleos tradicionales de Canarias.
Al igual que el resto del país, el archipiélago canario no ha sido ajeno a los modelos de crecimiento que, abonados por una tradición normativa urbanística volcada fundamentalmente en la producción de nueva ciudad, provocaron un aumento de los suelos artificiales de un 8,4% en el periodo 1987-2000 y de un 1,7% entre los años 2000-2018, con un 25% de crecimiento de la población en este último periodo.
Canarias, junto con otras comunidades autónomas con litoral: Baleares, Comunidad Valenciana, Cataluña; se situó entre las comunidades de España con mayor superficie de suelos artificiales, 4,6% de la superficie de su territorio en el año 2000, y de un 5,8% en el año 2019.
Concretamente, en el periodo 1987-2000, nuestra Comunidad Autónoma junto con Madrid y Baleares, se situó entre las comunidades autónomas con mayor aumento de las zonas urbanas, con una tasa de elevación mayor del 30%.
Estos procesos de artificialización del suelo han potenciando modelos residenciales de baja densidad, con una densidad media de 29,8 viv/ha (por debajo de la densidad media de vivienda de los municipios canarios de más de 100.000 habitantes, que es de 41,6 viv/ha).

Figura 38: Evolución del área metropolitana Santa Cruz de Tenerife- La Laguna Ortofoto años 1964-1987- 2002-2019 Fuente IDECAnarias
En cuanto a su evolución, se pasó de un modelo de ciudades, pueblos y aldeas tradicionales que mantenían un estrecho entendimiento con el territorio que las acogía para la resolución de sus necesidades de agua potable, energía, alimento y capacidad para eliminar los residuos principalmente orgánicos, con mixticidad de usos y más o menos compactos; a un patrón de crecimiento monofuncional y disperso, en el que la tecnología y, en particular, la movilidad rodada en vehículo privado, se convirtieron en el detonante que posibilitó esta forma de ocupación.
Los avances tecnológicos y el acceso al automóvil a casi toda la población, posibilitó que territorios que hasta ese momento no parecían atractivos para su desarrollo por su lejanía, su inaccesibilidad y poca disponibilidad de recursos, pudieran ser ocupados.
De esta manera empiezan a ofertarse distintos suelos para su desarrollo urbano, aislados, dispersos y con criterios basados en la zonificación de usos, es decir distintos espacios desconectados territorialmente y monofuncionales, cuya relación solo era posible si existía una red viaria que los interconectara. El automóvil se convierte, pues, en el único elemento capaz de interrelacionar estos espacios, por la velocidad de comunicación que ofrecía. Es por ello además, que se hace preciso y necesario ampliar la red de las infraestructuras viaria, energética e hidrológica para que este modelo de ordenación pueda funcionar correctamente.
Consecuentemente, surgen grandes zonas destinadas a usos comerciales, residenciales de baja densidad y barrios dormitorios, industriales, áreas financieras, turísticas, etc., cuya vida o actividad estaba ligada a los horarios de cada uno de ellos, lo que los convertía en espacios muy usados en determinados momentos del día e inseguros y solitarios cuando eran abandonados por quienes los transitaban.



Figura 39 Fuente: Grafcan. Ortofoto urbana de alta resolución. Fecha 13/10/2019. Imágenes superiores: izquierda Urbanización residencial de baja densidad Bandama. Derecha Urbanización polígono industrial y Urbanización polígono comercial. Imagen inferior. Cuidad tradicional Zona La Plaza de la Feria, Las Palmas de Gran Canaria.
Tal es el fenómeno que, según datos extraídos de la Agenda Urbana Española, cuando se analizan los grandes sectores residenciales clasificados por el planeamiento urbanístico vigente y en desarrollo en los últimos años, se observan densidades de vivienda alejadas de los valores que, con carácter general, puede decirse que favorecen un desarrollo urbanístico viable y sostenible, situándose de media en valores inferiores a las 26 viviendas por hectárea. Asimismo, existe una cantidad desproporcionada de suelo clasificado y calificado para su desarrollo urbanístico, siendo la superficie de suelo incluida en áreas de desarrollo un 87,68% superior al suelo urbano consolidado, y una media de superficie del 62% de suelo clasificado como urbanizable en relación al suelo urbano consolidado. Con frecuencia, estos sectores se encuentran localizados en municipios cuyas dinámicas demográficas en los últimos años se han caracterizado por la pérdida de población.
Por otro lado al tiempo que se implantaba este modelo disperso y zonificado, la ciudad convencional entró en un proceso de obsolescencia y deterioro. Lo viejo se abandona y se sustituye por otros espacios nuevos y, en un principio, más atractivos. La población con mayores recursos económicos abandona la ciudad para situarse en las nuevas urbanizaciones de baja densidad que le ofrecía, en principio, una mejor calidad de vida, si bien esta forma de vida se ha visto en la actualidad con limitaciones respecto a los servicios que ofrece.

Figura 40 Fuente: Grafcan. Modelo de terreno LIDAR. Fecha 2011-2012.
Ejemplo de un territorio con zonificación de usos, Las Palmas de Gran Canaria- Telde. Gran Canaria.
En azul zonas de uso exclusivo terciarios (comerciales), en verde zonas de uso exclusivo industrial y de almacenaje, en rojo zonas residenciales o barrios dormitorios, en naranja residencial de baja densidad, en gris infraestructura viaria de alta capacidad GC-1.
Además, en muchos municipios se aprecia una frecuente desproporción, principalmente en municipios turísticos, entre la envergadura de los desarrollos previstos y el tamaño de la ciudad consolidada.

Figura 41 Evolución de las proporciones de las superficies artificiales en Canarias (nivel 2). Fuente: CORINE Land Cover. Elaboración propia.
En los años 2006 y 2012 se produce un incremento de la superficie vinculada a los sitios en construcción, estabilizándose en 2018 cuando queda patente, por un lado la consolidación del tejido urbano y los suelos destinados a otras actividades como las industriales, comerciales y de transporte. Igualmente se observa el aumento progresivo de la superficie destinada a áreas con vegetación artificial no agrícola (parques y jardines), que podría ser fruto de la entrada en vigor el Decreto-Legislativo 1/2000, de 8 de mayo, por el que se aprueba el Texto Refundido de las Leyes de Ordenación del Territorio de Canarias y de Espacios Naturales de Canarias que establecía un mínimo de 5m2 de espacio libre público por habitante.
A la vista de los datos expuestos, podemos concluir que en cuanto los modelos de desarrollo urbano que plantean los instrumentos de ordenación urbanística vigentes en las Islas, la mayoría de ellos basa su ordenación en estándares de ocupación del territorio del pasado siglo XX y principios de éste. Estos modelos se caracterizan por una ocupación urbana orientada a la creación de nuevos tejidos y la obsolescencia del existente, en la movilidad motorizada y en el consumo de unos recursos naturales desproporcionados, lo que, a su vez, se traduce en un modelo de altas emisiones de carbono, asociadas, fundamentalmente, a los desplazamientos y a la generación de los recursos que son necesarios para dar servicio a los tejidos urbanizados.
Evidentemente este modelo monofuncional y difuso, prisionero del automóvil, ha originado además de una problemática social importante, un consumo de los recursos energéticos y materiales desaforados, así como una fragmentación del territorio, cuyas consecuencias han derivado en una alta emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera y una fragmentación de los ecosistemas naturales.

Figura 42 Fuente: Los suelos mixtos del suelo y sus beneficios. https://onuhabitat.org.mx/index.php/los-usos-mixtos-del-suelo-y-sus-beneficios
Por otro lado, este modelo de ocupación basado en la zonificación de usos, producto de un desarrollo económico asentado principalmente en las actividades secundarias y terciarias, no reparó en la cuestión que se había originado como consecuencia del abandono del mundo rural, ocasionado por la migración de la población hacia otras zonas que le ofrecen un mejor servicio, así como otro tipo de trabajo no vinculado con la actividad primaria. Si bien esto se puede observar como una mejora en la calidad de vida de la población en general y responde a una sociedad más evolucionada, no es menos cierto que esta circunstancia ha desencadenado un conflicto añadido y que en Canarias, por su insularidad, es más patente todavía. Así pues el abandono del mundo rural y por ende de la actividad primaria, ha generado una dependencia del mundo exterior para poder garantizar el abastecimiento alimentario de la población canaria que no deja de crecer, además de las derivas medioambientales que implica el abandono de la actividad primaria y que ya se ha comentado en el eje de integración anterior.
En definitiva, un modelo urbano concebido, planificado y ejecutado de espaldas a la variable del cambio climático.
“Esta dinámica también repercutió negativamente en la riqueza biológica del país. No en vano, las principales amenazas a las que se enfrenta la biodiversidad son la ocupación sobredimensionada del suelo, la creación de superficies artificiales, la alteración del medio físico, los ajardinamientos inadecuados, el propio metabolismo urbano y la fragmentación de los espacios naturales. Todos ellos íntimamente relacionados con los modelos urbanos.” Agenda Urbana Española
El papel del ecosistema urbano en la acción climática
Las evidencias de los efectos del cambio climático han puesto de manifiesto los desequilibrios provocados por un sistema en el que las ciudades consumen cerca del 70% de los recursos del planeta. Asimismo, se considera que las ciudades y, en consecuencia, el modo de vida urbano, son responsables del 75% de las emisiones de GEI. De tal manera, éstas necesariamente deben jugar un papel fundamental en la lucha contra el cambio climático.
Los informes del IPCC alertan sobre las consecuencias de no alcanzar los objetivos de París y urgen en adaptar las medidas de reducción de emisiones sin la menor dilación posible. Si se desea alcanzar la resiliencia de las ciudades y siendo su contribución indispensable para conseguir la neutralidad climática, la implementación, sin tregua, de actuaciones de mitigación y adaptación a corto y medio plazo será una de las prioridades de las urbes canarias.
¿Qué se puede hacer desde el planeamiento urbanístico para contribuir en la reducción de emisiones y a mejorar la adaptación frente a los potenciales riesgos del sistema urbano?
Considerando que las ciudades juegan un papel clave en el objetivo de la reducción de emisiones de GEI, será necesario intervenir en las principales causas de generación de éstas en el sistema urbano actual, teniendo en cuenta que las emisiones generadas por la ciudad son aquellas derivadas de las actividades que se desarrollan tanto dentro de los límites de ésta, como fuera de ellos, a consecuencia del funcionamiento de la misma y de los servicios que demanda por el modo de vida de sus habitantes.
Estas son, por orden de importancia en Canarias, las resultantes de la generación y distribución de energía para suministro de edificios, instalaciones y urbanizaciones residenciales, comerciales e institucionales, las emisiones asociadas al transporte, las generadas por la construcción e industrias manufactureras, la gestión de residuos, la agricultura y otros usos del suelo.

Figura 43 Análisis de las emisiones y consumos de recursos de las ciudades y pueblos de Canarias. Fuente: Elaboración propia
“Por poco que uno piense se da cuenta que el volumen de gases dependerá, entre otras cosas, de los estilos de vida en el caso de los individuos y de los modelos de gestión en el caso de las ciudades. Los modelos de ocupación del suelo y ordenación del territorio, los modelos de movilidad y los modelos que gestionan el agua, los materiales y la energía, explican en buena medida el mayor o menor volumen de emisión a la atmósfera de los gases con efecto invernadero” (Rueda, S., 2001)
La ordenación del territorio condiciona el sistema de movilidad y transporte que es una de las principales fuentes de emisión de GEI. Por ello, actuar contra el cambio climático es también establecer una distribución racional de los usos en el territorio municipal con objeto de minimizar los desplazamientos motorizados de personas y mercancías. (Ver Temática MA. Movilidad y Accesibilidad).
Por otra parte, el funcionamiento y las demandas energéticas e hídricas del metabolismo urbano, así como la eficiencia de éstas y la gestión de sus residuos, también dependen de la forma en la que se organiza la estructura del municipio, se implanta el sistema urbano en el territorio y de cómo éste se relaciona con el medio en el que se inserta. (Ver Área temática MTU. Metabolismo Territorial y Urbano).
“La primera condición es el re-acoplamiento de ciudad y territorio. No es posible descarbonizar la ciudad sin recurrir a una alianza orgánica con el territorio y con sus procesos naturales.” (Requejo, J., 2019).
En consecuencia a lo anteriormente expuesto ha de apuntarse que el progresivo desacoplamiento de las ciudades canarias del territorio, sustentado por la tecnología que ha hecho posible prescindir del medio en el que se insertan, ha llevado a la excesiva artificialización del suelo, la alta ocupación del litoral, el sellado desproporcionado de superficies y la fragmentación de los ecosistemas.
Este desacoplamiento es también el principal causante de los potenciales riesgos a los que está sometido el sistema urbano por causa de cambio climático. Los núcleos urbanos y las infraestructuras han sido capaces de suplir su necesidad de adaptación al medio en el que se insertan apoyados en los avances tecnológicos, los cuales iban de la mano, en la mayoría de los casos, de un consumo energético cada vez mayor.
Por todo ello, se evidencia el importante papel que desempeña el sistema urbano en la acción climática, ya que es en él donde se tienen que producir los mayores cambios para reducir las vulnerabilidades de las ciudades frente a las consecuencias inevitables del clima futuro, a través de la implantación de modelos de gestión y organización territorial y urbana con criterios de sostenibilidad en materia de ordenación del territorio, urbanismo, transporte y movilidad, edificación y flujos de recursos (energía, agua y residuos), cualquiera que sea su escala de aplicación, diseñando escenarios ahorradores, sostenibles y resilientes en los que puedan ser paliadas esas conductas.
En este sentido, la planificación urbanística constituye una herramienta fundamental para la lucha contra el cambio climático, pues a través de aquélla y en concreto a la escala de la ordenación estructural que nos ocupa, es posible reconducir los modelos de ocupación del territorio para establecer una distribución adecuada de los usos, más acorde con las especificidades del medio en el que se implantan y con las características del clima local.
Además estructurando el territorio a través de un sistema policéntrico de núcleos capaz de satisfacer las necesidades de la sociedad, al tiempo que mediante las pautas de ocupación del suelo adecuadas y los criterios de urbanización y edificación apropiados, se consiga reducir las necesidades de movilidad y transporte motorizado y la demanda energética, y promover la utilización de energías renovables mediante implantación de las infraestructuras necesarias, y una mayor eficiencia del metabolismo urbano enfocado hacia la autosuficiencia conectada (ver apartado MOT.3.2 Línea 2: Eficiencia del metabolismo territorial y Área Temática MTU. Metabolismo Territorial y Urbano).
Por otra parte, la definición de la función que desarrolla cada parte del territorio municipal, en cuanto a la distribución de usos y actividades, teniendo en cuenta las vulnerabilidades y riesgos, así como los servicios ecosistémicos que ofrecen o la potencialidad de los mismos, constituye una de las principales defensas de los municipios y los territorios ante los impactos del cambio climático.
En este contexto, es evidente que la planificación urbanística es una herramienta clave en la sostenibilidad global del sistema urbano, ya que articula el conjunto de piezas que estructura el territorio municipal, conforma las ciudades, determina el modelo de movilidad y la accesibilidad a equipamientos y servicios, pudiendo reforzar la adecuación bioclimática de los tejidos urbanos y contribuir a la mejora de las condiciones ambientales, de salud, de calidad de vida y al incremento de la biodiversidad.

Figura 44 Puerto de la Cruz. Tenerife. Fuente: www.Tenerifeisland.wordpress.com
Es preciso, por tanto, adoptar una postura consciente en la planificación del [eco]sistema urbano, considerando en el diseño de su estructura espacial y funcional los siguientes aspectos: el espacio natural y artificial y sus relaciones, las necesidades de la población en cuanto a usos y actividades, economía y bienestar; y en la organización de su metabolismo atendiendo a: los procesos de transformación del suelo, los sistemas hidrológicos, los procesos erosivos, los procesos vivos, etc., procurando la integración del metabolismo urbano en los procesos vivos y dinámicos del territorio en el que se implanta, para hacer frente al cambio climático desde la adaptación y mitigación.
La minimización de la artificialización del suelo, la renaturalización de las ciudades y su conexión con el [eco]sistema natural a través de las infraestructuras verde y azul y de los [eco]sistemas agrarios, serán fundamentales en el nuevo modelo, para lo que los nuevos desarrollos urbanos sean acordes a las necesidades reales habitacionales y a aquellas que demanden las actividades económicas. Se debe promover, por tanto, que la clasificación del suelo urbano y urbanizable sea la mínima e indispensable para satisfacer dichas necesidades, primando la regeneración y la rehabilitación de suelos ocupados por usos obsoletos o infrautilizados frente a la ocupación de nuevo suelo, limitando la expansión urbana bajo la premisa de evitar la fracturación de los ecosistemas (Ver MOT.3 Eje 3: Ocupación racional y eficiente del suelo).
Además, la infraestructura verde-azul se considerará un elemento estructurante del [eco]sistema urbano, incorporando de forma efectiva la mejora de la conectividad y la restauración ecológica en los espacios urbanos, aportando los servicios ecosistémicos necesarios para dotarlos de una mayor resiliencia. (Ver apartado MOT.1 Eje 1: [Eco]Sistema natural y EU.1 Eje 1: Naturaleza como aliada).
La distribución de los usos en el territorio se hará conforme a criterios que tengan en cuenta las características del medio en el que se sitúan, el clima local y sus proyecciones futuras, considerando, adicionalmente, los riesgos que éstos entrañan, en función a sus vulnerabilidades (Ver apartado MOT.4 Eje 4: Territorio resiliente y adaptado).
Además se tendrán en consideración parámetros que contribuyan a reducir la demanda de movilidad y transporte contaminante, así como la necesidad de despliegue de nuevas infraestructuras que requieran la transformación y artificialización de nuevos suelos.
Por otro lado, se establecerá un sistema territorial equilibrado e inclusivo, que ofrezca equidad de oportunidades a la ciudadanía, basado en la jerarquización de centralidades, que impulse mayores parámetros de calidad de vida y mejores servicios a los núcleos poblacionales, fomentando la implantación de una densidad e intensidad y complejidad de usos suficientes para hacer viable la accesibilidad próxima a los servicios cotidianos, robusteciendo la movilidad por medios de transporte no motorizado, el transporte público sostenible y eficaz, minorando consecuentemente las emisiones de gases de efecto invernadero (ver Área Temática MA. Movilidad y Accesibilidad y EU.2 Eje 2: Equilibrio, eficiencia y funcionalidad urbana).
Es importante que se atienda a las necesidades de la población rural y que para ello, en los núcleos rurales se mejore el acceso a los servicios y equipamientos que la vida moderna exige, además de las tecnológicas, si se quiere reconducir la tendencia de abandono de la actividad agraria y conseguir una mayor seguridad y soberanía alimentaria, además de la conservación de los servicios ecosistémicos que la agricultura aporta (ver apartado MOT.1 Eje 1: [Eco]Sistema rural).
En este sentido, a la hora de diseñar el modelo de ordenación, será necesario que los sistemas generales y equipamientos que dan servicio a la población se organicen de forma vertebrada y accesible a toda la comunidad en general, teniendo en cuenta para su localización los potenciales riesgos derivados del cambio climático que pudiesen afectar, tanto al sistema general o equipamiento en sí, como a su accesibilidad.
En definitiva, se debería enfocar la ordenación hacia el re-acoplamiento de las ciudades al territorio en el que se asientan, optimizando su posición en el medio, entendiendo los procesos de transformación del suelo, los sistemas hidrológicos, los procesos erosivos, los procesos vivos, etc.., y procurando, a través de la eficiencia, la integración del metabolismo urbano en los procesos metabólicos territoriales. Desde este punto de vista, la incorporación de las energías renovables al sistema urbano se traduce en el aprovechamiento inteligente de los recursos naturales y oportunidades disponibles en el entorno en el que se asienta (Ver apartado MOT.3.2 Línea 2: Eficiencia del metabolismo territorial y Área Temática MTU Metabolismo territorial y urbano).
“El planeamiento urbanístico debe conceder una importancia decisiva a los factores energéticos de producción endógena (básicamente renovables) y, especialmente, a las condiciones específicas de clima, topografía, edafología, relaciones entre usos, etc… para adoptar modelos de ordenación, producción y edificación que mejor se adapten para minimizar el consumo.” (REQUEJO, J. 2010)

Figura 45 Resumen metas línea de análisis [Eco]sistema urbano. Fuente: Elaboración propia.
META 1Renaturalización del [eco]sistema urbano, garantizando la provisión de servicios ecosistémicos mediante su conectividad ecológica a través de la infraestructura verde-azul y minimizando la artificialización del suelo.
La Infraestructura Verde-Azul Urbana (en adelante I-VAu) tiene una incidencia altamente positiva sobre el medio ambiente, las personas y la economía, además de constituir una poderosa defensa frente a los efectos del cambio climático, pues como ya se ha explicado en MOT.1 Eje 1: [Eco]Sistema natural, ofrece servicios tanto para la mitigación como para la adaptación. Por ello, desde la perspectiva del cambio climático, el bienestar y la salud, una herramienta útil sería tamizar con vegetación los pueblos y las ciudades Canarias.
Para ello será imprescindible la conexión de la I-VAu con la I-VA municipal y territorial, como parte integrante de la misma, para poder garantizar la conectividad ecológica y la salud de los ecosistemas, con objeto de poder contar con los servicios que brindan.
En esta labor, se prestará especial atención a los entornos urbanos inmediatos (ecotonos) debido a que, en la actualidad, en gran parte de sus perímetros las ciudades aglutinan impactos negativos que potencian los efectos del cambio climático y la vulnerabilidad antrópica ante dicho fenómeno.
Renaturalizar las ciudades, incentivar y reforzar el protagonismo de la I-VAu mejora y conserva una biodiversidad única a nivel planetario, el mantenimiento de los servicios ecosistémicos y la calidad de vida en las ciudades, supone una gran baza a la hora de luchar contra el cambio climático, debido a que aumenta el porcentaje del territorio con vegetación capaz de absorber los gases de efecto invernadero, explotando el potencial de sumideros de carbono de las Islas. Además disminuye el riesgo de inundación, fomenta la recarga natural de los acuíferos y reduce la temperatura en las áreas urbanas, mejorando la evapotranspiración natural y aminorando el efecto de las “isla de calor” de los entornos urbanos. (Ver EU.1Eje 1: Naturaleza como aliada).
“La protección de la biodiversidad y los ecosistemas son elementos esenciales de una estrategia de desarrollo urbano sostenible” Nueva Agenda Urbana ONU-Habitat
Por todo ello, desde la perspectiva del cambio climático, se han evidenciado los beneficios que producen las superficies vegetadas y las nuevas tendencias en la planificación urbanística, así como las recientes legislaciones en las que se apoyan, ya ponen en valor el suelo virgen no ocupado y la necesidad de su preservación y conservación. Así pues, con el objetivo de proteger el suelo natural, es necesario priorizar acciones de regeneración del espacio ya artificializado e infrautilizado o en desuso, frente a la nueva ocupación y transformación de suelo virgen, además de su renaturalización, en aquellos casos que sea posible.
Además se localizarán en el sistema urbano y su periferia los suelos que por sus características de capacidad de respuesta y de adaptación al cambio climático ofrecen servicios ecosistémicos capaces de dar solución para afrontar los riesgos futuros, considerando su calificación como Sistemas Generales, distinguiendo entre aquellos que por sus cualidades pueden ser utilizados como refugio, como protección frente a riesgos específicos (isla de calor, subida del nivel del mar, inundación, etc..), o tienen un valor ecosistémico.
Para evitar desajustes y pérdidas ecológicas irreparables en las áreas naturales con especial sensibilidad, se propone revisar la clasificaciones de suelos con este criterio, valorando la desclasificación o relocalización de aquellas actividades, infraestructuras y en general, usos de suelo lesivos que comprometan la perdurabilidad de estos hábitats. (Ver TPB.1.2 Línea 2: Vulnerabilidades de los ecosistemas y riesgos naturales)
En el caso de que la reubicación fuese inviable se debería priorizar el enfoque estratégico de las Soluciones basadas en la Naturaleza donde se preste atención a la visión multiescalar, multisectorial y multifuncional, siendo indispensable contar con la participación ciudadana y de los agentes implicados para establecer las prioridades del uso del suelo de manera “transparente, integrada y cooperativa” (ver apartado TPB.4.1 Línea 1: Las Soluciones basadas en la Naturaleza y Área Temática GDHE.: Gobernanza, dimensión humana y económica).
En conclusión, es esencial conservar y mejorar el patrimonio natural y cultural, interconectar el sistema natural a través de las infraestructuras verdes y azules con los espacios antropizados, conservando y restaurando los servicios ecosistémicos, a fin de concebir un territorio municipal resiliente a los potenciales efectos del cambio climático y con una huella de carbono neutra.
META 2La distribución de los usos en el territorio y su implantación de manera eficiente y compatible con su entorno, considerando los estímulos climáticos reales o esperados o sus efectos, con el objetivo de diseñar un modelo de ordenación resiliente e integrado, enfocado a la neutralidad de emisiones y que garantice el acceso a los servicios en igualdad de condiciones para toda la población.
La calificación de los distintos usos que conforman el [eco]sistema urbano, se hará bajo criterios que tengan en cuenta las características del medio en el que se implantan, con la finalidad de lograr una mayor integración de los mismos, así como la menor alteración de los procesos metabólicos territoriales (ver MOT.3.2 Línea 2: Eficiencia del metabolismo territorial y Área Temática MTU Metabolismo territorial y urbano), que en caso de existir, deberán ser abordada mediante soluciones basadas en la Naturaleza (SbN).

Figura 46 Plano de metabolismo territorial y urbano. Estudios previos y diagnóstico para la Revisión del PTP del área funcional de Álava central en el contexto de su consideración como biorregión. Arenal Grupo consultor. Mayo 2020 Fuente: www.euskadi.eus
Por otra parte, la forma en que una sociedad se asienta en el territorio, la ocupación y sellado del suelo y la integración con el entorno, pueden entrañar peligros por los efectos que el cambio climático puede desencadenar. Una selección inadecuada de los suelos provocará el aumento en el riesgo de inundación y de desprendimientos, el aumento de los fenómenos de escorrentía, menor recarga de acuíferos por la disminución de la permeabilidad de los suelos, incremento de los incendios forestales, con el consecuente peligro de la pérdida de biodiversidad, afección a la población y a las actividades económicas que en él se desarrollan. A este respecto será elemental tener un conocimiento adecuado del clima local, con la escala más precisa posible, así como de sus proyecciones futuras al objeto de, en primer lugar, poder evitar o, en segundo lugar, afrontar los riesgos a los que se viese expuesto (ver MOT.1 Eje 4: Territorio resiliente y adaptado).
La disposición de los suelos y la calificación de los mismos, deberá tener asimismo en cuenta la huella de carbono que, por la menor o mayor eficiencia del metabolismo urbano de las mismas o por razones de movilidad, pudiesen generar los distintos usos, siendo éste otro de los criterios de selección (Ver MOT.1 Eje 2: Territorio neutro en emisiones. En este caso el modelo de ordenación procurará la minimización del consumo de recursos, apostando por la autosuficiencia y la eficiencia en el empleo de los mismos.
Otro criterio de elección consiste en alcanzar una ordenación justa e inclusiva, de manera que se procure la accesibilidad a los servicios y se proporcione calidad de vida a la población sin distinción por razones de origen, género, edad o diversidad funcional o cualquier otro aspecto. Para ello se contemplará la vulnerabilidad social como otro de los criterios que han de ponderarse a la hora la abordar la ordenación estructural del territorio, con especial incidencia en la vulnerabilidad relativa a la crisis climática (Ver apartado GDHE.1 Incidencia del Cambio Climático sobre las Personas y GDHE.4 Justicia climática).
Entendiendo que en la clasificación del suelo han de prevalecer también los criterios de necesidad y oportunidad, se propone incorporar un análisis de coste de oportunidad, que permitiría, a través de la variables productividad/rendimiento del suelo y las rentas generadas, conocer los beneficios económicos que se pierden tras elegir una clasificación en comparación con otra posible, es decir, los costos por la preferencia de una alternativa de ordenación entre dos o más posibles.
En este sentido sería necesario otorgar un valor económico a los servicios ecosistémicos, en correspondencia con el beneficio que aportan a la sociedad en base a la reducción de riesgos, en relación con los costos derivados de los posibles daños que implicaría la “no acción” frente a los efectos del cambio climático.
En definitiva, la utilización de este enfoque sistémico puede permitir la simulación de escenarios de modelos de ordenación alternativos, incorporando todas las variables anteriores, lo que dará lugar a una elección más informada en base al conocimiento más amplio disponible.
META 3Conformar el sistema urbano como una estructura policéntrica y vertebrada jerárquicamente, compuesta por núcleos compactos en su morfología, complejos en su organización y metabólicamente eficientes capaces de ofrecer a la población los servicios necesarios para satisfacer necesidades cotidianas y conectando el medio urbano con el rural.
Como ya hemos adelantado en epígrafes anteriores, las Directrices Generales de Ordenación y del Turismo fueron pioneras al plantear una estructura territorial fundamentada en la sostenibilidad en el desarrollo de la Estrategia Territorial Europea, estableciendo para el Archipiélago canario un modelo territorial integrado y sostenible, asentado en la configuración de un territorio equilibrado, organizado en un conjunto de centralidades escalonadas que permitieran el acceso de la ciudadanía a unos servicios eficientes y a una mayor calidad de vida, la consolidación de unas ciudades más dinámicas, el desarrollo endógeno de las áreas rurales y una mejor y más diferenciada articulación entre el medio rural y el medio urbano, incorporando criterios de cercanía y disminuyendo las necesidades de movilidad.
El desarrollo de estos núcleos se contemplaba compacto, complejo y atractivo, con una utilización más eficiente del suelo, mediante su reutilización y densificación, e impulsando la integración social y funcional, evitando la práctica extensiva de la zonificación urbana, y favoreciendo igualmente una reducción de las demandas de movilidad urbana, e impulsando la igualdad de acceso a las infraestructuras, los equipamientos, el conocimiento y la información.
Siguiendo el camino adelantado por esta norma, desprovista a lo largo de los años de su contenido, se propone establecer un sistema de núcleos poblacionales vertebrado y diverso que haga accesible los distintos servicios y equipamientos a la población de una forma inclusiva y conecte el medio urbano con el rural.
Para ello, a nivel estructural y en lo que aquí importa, es importante determinar en la fase de información del planeamiento urbanístico el ámbito poblacional al que sirven los distintos núcleos poblacionales que posee el municipio, en cuanto a los servicios públicos y privados de primera necesidad que ostentan (Ver apartado EU.2.1Línea 1: Modelo de ciudad eficiente, integrada y compacta).
Una vez determinados sus ámbitos poblacionales de servicios (autonómico, insular, comarcal, municipal o limitados a su propia población y a la del entorno rural inmediato) se podrá precisar la jerarquía en cuanto a su funcionamiento, y a los desplazamientos que la población necesita para servirse de ellos, así como de los medios de transporte de los que dispone (ver Área Temática MA. Movilidad y Accesibilidad).
A partir de esta información, se podrá proceder a realizar un diagnóstico en el que se evidencien las necesidades con respecto a la movilidad de la población para llegar a los servicios para la correcta satisfacción de las necesidades básicas de la vida, así como las posibles carencias en relación a este tipo de prestaciones. Este diagnóstico será la antesala del nuevo modelo de ordenación, en el que la jerarquización de núcleos que resulte debe perseguir una reducción de la movilidad rodada, así como una mejora en la accesibilidad a determinados servicios que garanticen la calidad de vida de la población, con especial atención a los entornos rurales.
De esta manera se minimizarían las emisiones de gases de efecto invernadero como consecuencia de la reducción del uso del vehículo privado. Para ello, el desarrollo de nuevas centralidades tendría que ir acompañado de una red de transporte público sostenible y eficaz a través de una mayor conectividad para lograr un [eco]sistema urbano que ofrezca igualdad de oportunidades a todas las personas que lo transitan (ver Área Temática MA. Movilidad y Accesibilidad).
Además, tras la organización, en cuanto a importancia y servicios que ofertan u ofertarán cada uno de los núcleos poblacionales, se debe tener en cuenta, desde el punto de vista del cambio climático, cómo y dónde se sitúan los sistemas generales y los equipamientos estructurantes, entendiendo éstos como los elementos del sistema en el que se implantan los servicios públicos o privados de relevancia territorial.
Así pues, la ubicación de estos ha de responder a criterios de mitigación y adaptación al cambio climático como son:
- Su ubicación debe favorecer la accesibilidad al mayor número de personas posible, por lo que se han de aplicar criterios que minimicen las necesidades de movilidad o disminuyan las distancias de recorrido para acceder a ellos, desde los distintos núcleos de población.
- Evitar la calificación del suelo para la localización de los sistemas generales y de relevancia institucional en caso de emergencias (hospitales, servicios de extinción de incendios, cuarteles de policía, protección civil) en zonas de riesgos, sobre todo de inundación o de incendio forestales que puedan inviabilizar su correcto funcionamiento en caso de necesidad.
Para ello, se prestará especial atención a que las dependencias y los servicios de las Administraciones Públicas, especialmente las de carácter educativo, sanitario, social, cultural y deportivo, así como los equipamientos que se constituyan en grandes centros generadores de movilidad, sean fácilmente accesibles desde las redes de transporte público, así como desde las de transporte no motorizado.
A otro nivel de escala, dentro de un núcleo poblacional, se debe favorecer la creación de centros de servicios o poli-centros diversos, de forma que éstos se distribuyan en distintas partes del núcleo de población y en torno a los puntos de acceso a las infraestructuras de transporte público. Estos deberían situarse a una distancia tal del resto de los tejidos de manera que hagan posible los desplazamientos a pie (ver Área Temática MA. Movilidad y Accesibilidad y EU.2.1Línea 1: Modelo de ciudad eficiente, integrada y compacta).
Y una vez abordada la ordenación estructural (disposición de los sistemas generales y equipamientos estructurantes de mayor relevancia) la distribución de dotaciones y equipamientos, usos comerciales y otros servicios se han de percibir de una forma accesible para cuyo acceso no haya necesidad de utilizar el vehículo privado (ver apartado EU.2.1Línea 1: Modelo de ciudad eficiente, integrada y compacta).
ITEMS DE ANÁLISIS
Para obtener esta visión crítica sobre el estado actual del modelo resulta necesario que la información urbanística del instrumento de planeamiento deba analizar una serie de aspectos mínimos para realizar un correcto diagnóstico y enfocar las medidas y propuestas de cara a la ordenación.
META1
- Identificar los ecosistemas del ámbito municipal, incluyendo aquellos que
no se encuentran amparados por alguna figura de protección
medioambiental - Identificación y localización de la infraestructura verde-azul a nivel
municipal y territorial - Identificación de la I-VAu en el sistema urbano, incluidos los elementos
tanto naturales y como artificiales - Identificación de los espacios agrícolas urbanos y periurbanos
- Identificación los impactos ambientales y antrópicos en los elementos de la
IVA-u y en los ecotonos. - Identificación de servicios ecosistémicos: adaptación bioclimática,
adaptación frente a inundaciones, sumideros de carbono, adaptación
basada en ecosistemas - Análisis permeabilidad del suelo
- Sellado de suelo
- Recursos hídricos disponibles
- Usos del suelo
- Mapa de riesgos naturales y antrópicos
- Planeamiento vigente
- Régimen de propiedad del suelo
- Vulnerabilidad frente al cambio, incluida la vulnerabilidad socioeconómica
- Espacios disfuncionales en la trama actual del sistema urbano
META2
- Principales cambios en los usos del suelo
- Suelos potencialmente aptos para la agricultura periurbana
- Recursos hídricos e Infraestructuras hidráulicas
- Recursos para generación de energías renovables e Infraestructuras
energéticas - Generación de residuos e Infraestructuras de gestión de residuos
- Demanda energética actual y proyección
- Demanda hídrica actual y proyección
- Mapa de riesgos y vulnerabilidades frente al CC, incluida la
socioeconómica. - Ocupación y sellado del suelo
- Emisiones de CO2
- Sumideros de CO2
- Datos demográficos de la situación actual y proyecciones
- Planeamiento vigente
- Dotaciones y equipamientos
- Movilidad y accesibilidad
- Infraestructuras de transporte, transporte público, nivel de servicio y
cobertura territorial - Mapa de riesgos naturales y antrópicos
- Demanda energética
- Gestión recursos hídricos: Demanda hídrica
- Gestión residuos
META3
- Identificación y caracterización de los núcleos de población en el sistema rural
- Población por núcleos: actual y proyección
- Sistemas generales y equipamientos estructurantes
- Dotaciones y equipamientos
- Movilidad y accesibilidad: considerando los grandes generadores de movilidad
- Infraestructuras de transporte, transporte público, nivel de servicio y cobertura territorial
- Mapa de riesgos naturales y antrópicos
- Demanda energética
- Gestión recursos hídricos: Demanda hídrica
- Gestión residuos
Para tener la capacidad de tomar las decisiones de ordenación de la forma más certera posible, y teniendo en cuenta el grado de incertidumbre que la variable climática y sus posibles efectos introducen, es esencial tener un conocimiento lo más preciso posible a nivel local del ámbito de ordenación. Ello nos permitirá alcanzar la visión crítica necesaria sobre el estado actual del territorio y la proyección que el desarrollo del modelo vigente implicaría, para una adecuada toma de decisiones posteriormente. Por ello resulta preciso que en la información urbanística del instrumento de planeamiento se analicen las variables pertinentes para realizar un correcto diagnóstico y así poder enfocar las medidas y propuestas de cara a la ordenación de la manera más certera posible.
La fase de INFORMACIÓN Y DIAGNÓSTICO ha de proporcionar la suficiente información a partir de los elementos de análisis lo que permitirá detectar los valores naturales fundamentales, los servicios ecosistémicos que ofrecen, su estado actual y vulnerabilidades teniendo en cuenta los riesgos asociados al cambio climático, los elementos naturales o artificiales susceptibles de ser integrados en la infraestructura verde, el estudio de su estado, vulnerabilidades y potencialidades que presentan, a través de la combinación y cruce de elementos de información. Esta tarea nos facilitará las claves que nos permitan definir las actuaciones y medidas adecuadas y ordenar las prioridades de intervención.
Diagnóstico
- Identificación de los elementos naturales o artificiales con potencialidad de
conexión como infraestructura verde-azul - Detectar ecosistemas vulnerables y analizar el grado de vulnerabilidad de
los ecosistemas frente a los riesgos derivados del cambio climático, con
especial atención sobre aquellos que ofrecen servicios ecosistémicos y
aquellos con riesgo de incendios forestales - Áreas infradotadas de infraestructura verde y azul
- Áreas desconectadas de la continuidad de las redes verde-azul
- Espacios potenciales de conexión con lo ecotonos. Red ecológica.
- Áreas vulnerables por riesgos naturales derivados de CC
- Elementos de la I-VAu que requieran su adecuación para su integración en
la I-VA territorial - Áreas susceptibles de renaturalización, (cruzar con plano de usos de suelo
) - Suelos susceptibles de calificar como Sistemas Generales de IV-A por los
servicios ecosistémicos que ofrecen o potenciales. - Suelos susceptibles de desclasificación o relocalización de usos de suelo
lesivos para perdurabilidad de ecosistemas que ofrecen servicios - Identificación de los elementos de la I-VAu con potencialidad de conexión
(cruzar con ecotonos) - Suelos con potencial para renaturalización (cruzar plano de usos de suelo
y movilidad y espacios disfuncionales) - Suelos susceptibles de cambio de uso por los servicios ecosistémicos que presentan
- Grado de conectividad ecológica
- Necesidad de espacios de relación social (poner en relación con las vulnerabilidad social y con I-VAu)
- Metabolismo territorial y urbano: disfunciones y potencialidades: Suelos
susceptible de albergar infraestructuras de generación de energías
renovables. - Diagnóstico de la movilidad en cuanto a la distribución de los usos en el
territorio. Diagnóstico de red de transportes públicos y de mercancías.
Cobertura, conectividad, eficiencia. - Áreas del sistema urbano vulnerables frente al cambio climático.
- Vulnerabilidades de la población frente a los riesgos derivados del cambio
climático: áreas vulnerables - Usos vulnerables frente a los riesgos derivados del cambio climático: áreas
vulnerables - Huella de carbono actual y potencial según planeamiento vigente
- Análisis de la distribución de usos en el territorio desde la perspectiva de
género, edad, diversidad funcional (poner en relación con movilidad) - Análisis coste-oportunidad: productividad/ rendimiento suelos.
- Necesidades de transformación de suelo: natural-artificial/artificial-natural
- Necesidades habitacionales actuales y proyección
- Vulnerabilidades de los núcleos frente a los riesgos derivados del cambio
climático - Vulnerabilidades de la población frente a los riesgos derivados del cambio
climático - Diagnóstico de la movilidad y accesibilidad por núcleo y área de influencia.
Diagnóstico de red de transportes públicos y de mercancías. Cobertura,
conectividad, eficiencia. - Nivel de servicios por núcleo y ámbito de servicio del mismo: autonómico,
insular, comarcal, municipal o limitados a su propia población y la del
entorno rural inmediato (cruzar con movilidad y accesibilidad) - Núcleos con necesidades de refuerzo en los servicios de que dispone.
- Núcleos a potenciar por su localización estratégica para dar servicio a otros
núcleos del entorno, con especial atención a los núcleos rurales - Áreas con deficiencia de movilidad, accesibilidad y conectividad
- Áreas con necesidades de cobertura de transporte público
- Diagnósticos de la movilidad, accesibilidad y conectividad del transporte
público en relación a grandes centros generadores de actividad y
movilidad
En el diagnóstico es importante, por su parte, no sólo detectar las debilidades, sino también las potencialidades y oportunidades que ofrece el territorio que permitan dar al modelo de ordenación el cambio de rumbo necesario para eliminar o reforzar las primeras a través de las medidas necesarias.
A razón de lo anterior, los indicadores se agrupan en dos bloques, indicadores de evaluación/diagnóstico, que ayudan a establecer el grado de sostenibilidad y lucha del cambo climático de la situación actual del territorio para establecer prioridades de actuación, y los indicadores de seguimiento, que se aplicarán tras establecer las alternativas de ordenación y la ordenación final para analizar si el proceso de ordenación y las ejecución en el tiempo de las intervenciones establecidas contribuyen a la consecución de las metas de la manera esperada.
Indicadores
Los indicadores de evaluación, completan el diagnóstico precisamente porque nos ayudarán a evaluar la situación actual y se acerca o no cumple a los umbrales mínimos de sostenibilidad, requiriendo en su caso una atención prioritaria.
Estos indicadores se presentarán en forma de ficha en el anexo correspondiente a la presente Guía.
Tabla 4 Indicadores de la línea de análisis [Eco]Sistema urbano. Fuente: elaboración propia a partir de distintas fuentes.
| INDICADORES | CRITERIOS DE ORDENACIÓN | EVALUACIÓN DIAGNÓSTICO |
MODELO | SEGUIMIENTO | TIPO DE INDICADOR | ||||||||||||||||||||||||||
|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
| UMBRAL MÍNIMO | UMBRAL DE SOSTENIBILIDAD | ||||||||||||||||||||||||||||||
| TPB-IND.01 | Grado de naturalización | – | 100% corresponde a un territorio totalmente naturalizado. |
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Secundario | ||||||||||||||||||||||||
| TPB-IND.03 | Conectividad ecosistémica de la infraestructura verde | – | – |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| TPB-IND.10 | Diagnóstico basado en los servicios ecosistémico | – | Lo óptimo es tener 0% de ocupación incompatible de la superficie vulnerable. |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| TPB-IND.12 | Carbono en la vegetación | Las existencias de carbono en la vegetación podrán sustraerse a las emisiones. Balance óptimo ≤ 0. |
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Primario | |||||||||||||||||||||||||
| TPB-IND.18 | Grado de degradación del paisaje | – | 100% corresponde a un territorio totalmente aprovechado para producción resiliente agroecológica. |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| TPB-IND.20 | Grado de producciones agrarias resilientes | 100% corresponde a un territorio totalmente aprovechado para producción resiliente agroecológica. |
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Secundario | |||||||||||||||||||||||||
| TPB-IND.24 | Infraestructura verde ejecutada | – | La vulnerabilidad debe reducirse con el tiempo. |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MOT-IND-1 | Extensión de ecosistemas naturales | crecimiento en 5 años-0% | Crecimiento en 5 años >10% |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MOT-IND-2 | Extensión de ecosistemas antrópicos de valor para la biodiversidad | 40% | 50% |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MOT-IND-4 | Ocupación de usos del suelo |
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Primario | |||||||||||||||||||||||||||
| MOT-IND-5 | Superficie artificial por habitante | 300 | <300 |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MOT-IND-6 | Dotación de servicios básico por habitante | >75% de los valores referenciales óptimos | 100% de los valores referenciales óptimos. |
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Secundario | ||||||||||||||||||||||||
| MOT-IND-7 | Superficie urbanizada del municipio | <10% | Sin crecimiento. |
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Secundario | ||||||||||||||||||||||||
| MOT-IND-8 | Incremento de la superficie urbanizada | <10% | <1% |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MOT-IND-11 | Densidad de población |
Ciudad existente: >100viv/ha y >250hab./ha Suelos urbanizables (suelo de extensión): >80viv/ha y >200hab/ha |
Ciudad existente: >100viv/ha y >250hab/ha y máximo ≤ 400hab/ha. Suelos urbanizables (suelo de extensión): >100viv/ha y >250hab/ha y máximo ≤ 400hab/ha |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MOT-IND-17 | Otros riesgos naturales | <2,39 | =0 |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MTU-IND-01 | Consumo energético municipal | – | > incremento anual mínimo del 10 % |
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Primario | |||||||||||||||||||||||||
| MTU-IND-02 | Autosuficiencia energética local a partir de energías renovables | >15% de autosuficiencia energética a partir de ER | >35% de autosuficiencia energética a partir de ER. |
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Secundario | ||||||||||||||||||||||||
| MTU-IND-03 | Potencial de captación de energías renovables | Solar: 1.300 kWh/m2/año Eólica: >4 m/s Geotérmica: ΔT=10ºC/km |
Solar: 1.600 kWh/m2/año Eólica: >5 m/s Geotérmica: ΔT=35ºC/km |
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Secundario | ||||||||||||||||||||||||
| MTU-IND-04 | Producción local de energía renovable | >80% cobertura de la demanda térmica (**) |
80-100% (Incrementando anualmente mínimo un 10 % del valor base) |
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Primario | |||||||||||||||||||||||||
| MTU-IND-06 | Superficie suelo destinada a la generación de energía renovable | > 10% | – |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MTU-IND-16 | Conexión de aguas marginales a EDAR | – | 95-100% en entornos urbanos |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MTU-IND-21 | Consumo hídrico | Residencial: <100 lpd Otros usos urbanos: <100% |
*Residencial: <70 lpd |
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Primario | |||||||||||||||||||||||||
| MTU-IND-23 | Producción de residuos municipales | – | 10.000 Tm/año |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||||
| MTU-IND-24 | Producción per cápita de residuos | – | 200 Kg/Hab año. |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||||
| MTU-IND-27 | Integración con el modelo de gestión de residuos contiguo | Sí | Sí |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||||
| MTU-IND-32 | Existencia de lugares o actividades con potencial para el cierre del ciclo de la materia orgánica | Sí | Sí |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MTU-IND-36 | Proximidad a un punto limpio | 80% de la población | 100% de la población. |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MA-IND-02 | Proximidad a la red de transporte público | >80% con cobertura a paradas de transporte público | 100% con cobertura a paradas de transporte público. |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MA-IND-03 | Proximidad a redes de transporte alternativo al automóvil | >80% de la población con cobertura población con cobertura simultánea a 3 de las 4 redes consideradas | >100% de la población con cobertura simultánea a 3 de las 4 redes consideradas. |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MA-IND-04 | Proximidad a la red ciclista | >80% con cobertura | 100% con cobertura |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MA-IND-06 | Dotación de aparcamiento | >70-80% | >90-95% |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MA-IND-09 | Plataformas logísticas de distribución | Consideración o no, de una reserva de espacio para la distribución de mercancías. El dimensionado estará sujeto a la superficie de la actuación urbanística y edificabilidad terciaria/comercial. |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||||
| MA-IND-20 | Obsolescencia de las infraestructuras viarias | – | 0% |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MA-IND-21 | Infraestructura viaria con vegetación | – | 100% |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| MA-IND-22 | Índice de permeabilidad de las infraestructuras | – | 100% |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| EU-IND.01 | Protección de espacios y hábitats de interés natural | – | Se plantea como objetivo deseable que el planeamiento no afecte ninguna zona de especial interés. Como objetivo mínimo se permitirá un porcentaje mínimo de afectación que podrá permitirse dependiendo del caso concreto y ha de ser estudiada mediante un Estudio de Impacto Ambiental que proponga las medidas correctoras adecuadas. |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| EU-IND.06 | Superficie verde por habitante | >10m2/habitante | >15m2/habitante. |
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Secundario | ||||||||||||||||||||||||
| EU-IND.07 | Proximidad a los espacios verdes | 100% población con cobertura a un mínimo de 3 categorías de espacio verde. | 100% población con cobertura a un mínimo de 4 categorías de espacio verde. |
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Secundario | ||||||||||||||||||||||||
| EU-IND.11 | Proximidad a los servicios básicos y a las actividades comerciales | Al menos el 75% de la población tiene acceso a los servicios básicos y actividades comerciales a pie. | 100% de la población tiene acceso a los servicios básicos y actividades comerciales. |
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Secundario | ||||||||||||||||||||||||
| EU-IND.12 | Proximidad a los distintos tipos de espacio libre | Acceso simultáneo a 3 tipologías para el 100% del ámbito de estudio | Acceso simultáneo a las 4 tipologías para el 100% del ámbito de estudio. |
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Secundario | ||||||||||||||||||||||||
| EU-IND.21 | Índice de permeabilidad del suelo | >0,30 | >0,35 |
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Primario | ||||||||||||||||||||||||
| EU-IND.24 | Contaminación atmosférica | – | * |
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Secundario | ||||||||||||||||||||||||
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(*) 100% del territorio por debajo de los siguientes límites:
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El resultado del diagnóstico realizado nos dará las pautas a seguir para determinar las zonas prioritarias de actuación y los mecanismos necesarios para conseguir que la infraestructura verde llegue a ser un elemento integrado en el territorio municipal, dotándolo de la protección estructural natural que requiere para hacer frente a los efectos del cambio climático. Para ello, y en función de los resultados obtenidos, se plantean una serie de medidas y recomendaciones orientativas, siempre considerando que será quienes planifiquen con la capacidad que les otorgará el conocimiento profundo a nivel local del ámbito de ordenación y su contexto, quienes puedan redefinir y diseñar de manera más precisa las medidas adecuadas.
Medidas y recomendaciones
para la ordenación y ejecución
Las medidas y recomendaciones expuestas a continuación se complementarán con las relacionadas en MOT.3.2 Línea 2: Eficiencia del metabolismo territorial y Área Temática MTU Metabolismo territorial y urbano.
- (M/A) Renaturalizar las ciudades y pueblos como herramienta útil para la mitigación y la adaptación a los efectos del cambio climático por los servicios ecosistémicos que la naturaleza ofrece y cobeneficios que aporta para el bienestar y la salud.
- (M/A) La ordenación estructural se desarrollará considerando la necesidad de crear una infraestructura verde y azul urbana que funcione como elemento estructurante de los núcleos y que garantice la conexión de la I-VAu con la I-VA municipal y territorial, como parte integrante de la misma, para poder garantizar la conectividad ecológica y la salud de los ecosistemas, con objeto de poder contar con los servicios que brindan.
- (M/A) El planeamiento buscará definir una red de infraestructura verde y azul mediante la vinculación de los elementos naturales de su contexto próximo y a través del diseño consciente en la ordenación estructural y pormenorizada.
- (M/A) La I-VAu estará conformada por corredores naturales o artificiales que conectarán el suelo urbanizado con los [eco]sistemas rural y natural.
- (M/A) Estos corredores pueden estar integrados por las grandes masas forestales, los cauces de los barrancos, las carreteras o vías, siempre que se implementen con árboles o elementos vegetales, explotaciones agrícolas sostenibles, bordes urbanos, los espacios libres e incluso las cubiertas vegetales, siempre que tengan continuidad entre ellos.
- (M/A) Potenciar la renaturalización de las zonas de transición entre ecosistemas y zonas más antropizadas, tanto del sistema urbano como el rural.
- (A) Se prestará especial atención a los entornos urbanos inmediatos (ecotonos) resolviendo mediante soluciones basadas en la naturaleza (SbN) los impactos negativos de sus perímetros que potencian los efectos del cambio climático y la vulnerabilidad antrópica ante dicho fenómeno. (M) Los espacios intersticiales de la urbanización fragmentada, deben entenderse como un espacio de oportunidad, en el que se propongan las actividades más adecuadas en función a las características intrínsecas que poseen estos suelos, pudiendo utilizarse como corredores ecológicos, o para la implantación de actividades agrícolas, de reforestación o de energías renovables, etc.
- (M/A) Los espacios periurbanos pueden desarrollarse como elementos estratégicos esenciales que refuercen la resiliencia ecológica y los servicios ecosistémicos para hacer frente al cambio climático.
- (M/A) Reconocer y otorgarle al suelo virgen no ocupado el valor que en la Acción Climática significa y admitir la necesidad de su preservación y conservación. Para ello, se priorizará la regeneración del espacio ya artificializado e infrautilizado o en desuso, frente a la nueva ocupación y transformación de suelo virgen, además de procurar su renaturalización, en aquellos casos que sea posible.
- (M/A) Calificar como Sistemas Generales los suelos, localizados en el sistema urbano y su periferia, que por sus características de capacidad de respuesta y de adaptación al cambio climático ofrecen servicios ecosistémicos capaces de dar soluciones para afrontar los riesgos futuros, distinguiendo entre aquellos que por sus cualidades pueden ser utilizados como refugio, como protección frente a riesgos específicos (isla de calor, subida del nivel del mar, inundación, etc..), o tienen un valor ecosistémico.
- (M/A) Revisar la clasificaciones de suelos valorando la desclasificación o relocalización de aquellas actividades, infraestructuras y en general, usos de suelo lesivos que comprometan la perdurabilidad de los hábitats que ofrezcan servicios ecosistémicos.
- (A) En el caso de que la reubicación fuese inviable se priorizará el enfoque estratégico de las Soluciones basadas en la Naturaleza donde se preste atención a la visión multiescalar, multisectorial y multifuncional, siendo indispensable contar con la participación ciudadana y de los agentes implicados para establecer las prioridades del uso del suelo de manera “transparente, integrada y cooperativa”.
- (A) Elaborar un estudio de las características climáticas y sus proyecciones para el municipio y definición de los principales vientos y del soleamiento, así como la definición de los potenciales riesgos que lo afectarán a nivel local.
- (M/A) La clasificación de suelo se realizará atendiendo a la conservación, custodia y protección del patrimonio, los ecosistemas y la biodiversidad existentes y en la medida que sea posible a su restauración y mejora; teniendo también en cuenta que, desde el punto de vista normativo, prevalece la protección ambiental sobre la ordenación territorial y urbanística.
- (M/A) Respecto a la nueva ocupación del suelo para su transformación urbana, es preciso que los suelos seleccionados se localicen en aquellas zonas con las mejores condiciones naturales para el desarrollo de la actividad a implantar (soleamiento, viento, temperatura), teniendo en cuenta además el territorio en el que se implanta y evitando la fragmentación ecológica de los sistemas naturales que lo rodean.
- (M/A) La ubicación de los suelos urbanos y urbanizables, deben ser espacios aptos para el desarrollo urbano por carecer de otros valores que merezcan su protección por los servicios ecosistémicos que ofrecen para el desarrollo de la actividad primaria o para la conservación de sus valores ambientales o ser inapropiados por su vulnerabilidad al cambio climático.
- El nuevo suelo clasificado como urbanizable debe ser el mínimo e imprescindible. La selección y localización de los suelos urbanizables deben realizarse mediante pautas de ocupación que persigan la minimización de los desplazamientos de vehículos, la reducción de los recursos energéticos y no ocasionen daños ecológicos, al tiempo que se establecen determinaciones de ordenación que minimicen el sellado del suelo que inevitablemente vaya a producirse (materiales de construcción permeables y técnicas de retención de aguas para minimizar el desagüe de agua de tormentas).
- Se llevaran a cabo estrategias de ordenación que fomenten la integración de los suelos urbanos o urbanizables en transformación, de baja densidad y con carencia de servicios para la población, que se hayan desarrollado aislados en el territorio y alejados de otros núcleos poblacionales. Se podrá plantear que los nuevos suelos urbanizables se sitúen en contigüidad a estos suelos, para dotarlos de servicios públicos y privados minorando por tanto la necesidad de la población de esos suelos de desplazarse hacia otros lugares para obtener los servicios necesarios. Igualmente esta acción debe ir encaminada a la mejora del acceso de la población al transporte público.
- (A) En los nuevos desarrollos, planificar teniendo en cuenta para la distribución de usos, las características climáticas, vientos y soleamiento, para la ventilación urbana, la localización de los ecosistemas que pueden formar parte de los desarrollos, los suelos naturales, agrícolas, vegetación, los espacios de agua.
- (M/A) La calificación de los distintos usos que conforman el [eco]sistema urbano, se hará bajo criterios que tengan en cuenta las características del medio en el que se implantan, con la finalidad de lograr una mayor integración de los mismos, así como la menor alteración de los procesos metabólicos territoriales, que en caso de existir, deberán ser abordada mediante soluciones basadas en la Naturaleza (SbN).
- (M/A) Incorporar un análisis de coste de oportunidad, el cual permitiría a través de la variables productividad/rendimiento del suelo y las rentas generadas, conocer los beneficios económicos que se pierden tras elegir una alternativa de ordenación en comparación con otra posible, es decir, los costos por la preferencia de una alternativa de ordenación entre dos o más posibles. En este sentido sería necesario dar un valor económico a los servicios ecosistémicos, en relación al beneficio que aportan a la sociedad en base a la reducción de riesgos en comparación con los costos derivados de los posibles daños que implicaría la “no acción” frente a los efectos ndel cambio climático.
- (M) Establecer una estructura de núcleos urbanos basada en centralidades de carácter poli-céntrico, jerarquizada en atención a los escalones territoriales (autonómico, Insular, comarcal, municipal o limitados a su propia población y la del entorno rural inmediato.), que apoyada en la proximidad como base de la accesibilidad no motorizada y una red de transporte público sostenible y eficaz, garantice a la población el acceso a los servicios y equipamientos para la correcta satisfacción de las necesidades básicas de la vida y procurando una mayor conectividad entre el entornmo rural y los mnúcleos urbanos.
- (M) A la hora de seleccionar la ubicación de los sistemas generales y equipamientos estructurantes se atenderá a favorecer la accesibilidad al mayor número de población, por lo que se deben aplicar criterios que minimicen las necesidades de movilidad o disminuyan las distancias de recorrido para acceder a ellos, desde los distintos núcleos de población.
- (M) Establecer criterios urbanísticos para el dimensionado, localización y configuración de los equipamientos, zonas verdes y espacios públicos que permitan optimizar el nivel de servicio a los ciudadanos., distribuyendo los equipamientos públicos de forma racional, con una elevada accesibilidad y atendiendo al tipo de equipamiento y su lugar dentro de la jerarquía de escalas urbanas (al servicio de toda la ciudad, de escala intermedia, locales). Disponer en cada zona urbana la infraestructura necesaria para garantizar los servicios municipales mínimos (instalaciones deportivas, centros cívicos, parques públicos, escuelas, etc. en función de sus necesidades existentes y las previstas y configurar una estructura de centralidad bien jerarquizada y articulada, próxima y fácilmente accesible mediante el transporte público y los medios no motorizados.
- (M) Evitar la calificación del suelo para la ubicación de los sistemas generales y de relevancia institucional en caso de emergencias (hospitales, cuarteles de bomberos y de policía, protección civil) en zonas de riesgos, sobre todo de inundación o incendio forestales que puedan inviabilizar su correcto funcionamiento en caso de necesidad.
- (M/A) La clasificación de suelo se realizará atendiendo a la conservación, custodia y protección del patrimonio, los ecosistemas y la biodiversidad existentes y en la medida que sea posible a su restauración y mejora; teniendo también en cuenta que, desde el punto de vista normativo, prevalece la protección ambiental sobre la ordenación territorial y urbanística.
- (M/A) Complejizar los usos del suelo y fomentar el policentrismo. Complejizar el tejido social fomentando la cohesión social.
Medidase frente a incendios
Criterios para la ordenación
Los criterios de ordenación plantean las consideraciones básicas a tener en consideración en base a la línea de análisis y, en este caso, además de asumir los relacionados en el Eje TPB.3 [Eco] Sistema Rural, se contemplarán los siguientes aspectos:
- (M) La disposición de los suelos y la calificación de los mismos deberá tener como criterio de selección de las alternativas planteadas la huella de carbono previsible para los distintos usos, considerando el metabolismo urbano y la movilidad resultante.
- (A) Otro criterio de elección sería el alcanzar una ordenación justa e inclusiva, de manera que se procure la accesibilidad a los servicios y se proporcione calidad de vida a la población sin distinción por razones de raza, género, edad o diversidad funcional, contemplando la vulnerabilidad social como otro de los criterios que deberán ponderarse a la hora de la abordar la ordenación estructural del municipio, con especial incidencia en la vulnerabilidad relativa a la crisis climática.
- Utilización de un enfoque sistémico para la selección de alternativas puede permitir la simulación de escenarios de modelo de ordenación alternativos, incorporando las variables ambientales, económica, social, de eficiencia, de adaptación, mitigación, etc., lo que dará lugar a la toma de decisiones y la elección de manera más informada en base al mejor conocimiento disponible.

