Numerosas investigaciones científicas han demostrado que las variaciones climáticas potencian los fenómenos atmosféricos y aumentan la frecuencia de eventos extremos, lo que demuestra que es necesario realizar nuevas precisiones que tengan en cuenta indicadores relacionados con la variabilidad del clima en los procesos de planificación y construcción de las infraestructuras.

El cambio climático plantea importantes retos para esas infraestructuras de transporte ya que los elementos estructurales y su sistema de explotación, se ven afectados por diversos impactos directos e indirectos, y se prevé que ocasionen repercusiones significativas en el diseño, construcción, mantenimiento y operación de los distintos elementos que componen el Sistema General de Infraestructuras (SGI). 

Por tanto, la reducción de la vulnerabilidad de las infraestructuras de transporte y el aumento de su resiliencia es de vital importancia para el correcto desarrollo de este sistema general actual y futuro. 

 Resiliencia: “Capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido”. (RAE)

Desde el año 1990 el territorio canario ha sufrido diversos cambios ocasionados por los impactos derivados del cambio climático. Cabe afirmar que aumentará el riesgo, la intensidad y el impacto de las inundaciones en Canarias, de los incendios y de los desprendimientos, por lo que resultará esencial transformar las infraestructuras a unas resilientes ligadas a los sistemas de alerta temprana y de coordinación de los distintos agentes implicados. 

Por otro lado, las consecuencias que los efectos del cambio climático pueden tener sobre las infraestructuras del SGI y, dado que estas son un elemento relevante en la ordenación del territorio, sobre el urbanismo y la vertebración territorial, ha alertado de la necesidad de incluir las variables climáticas y sus proyecciones en los sistemas de planificación y gestión de las infraestructuras. Pero, estas no son las únicas que sufren daños, ellas también los provocan.

Las infraestructuras viarias ocupan un alto porcentaje del territorio y son consideradas como uno de los grandes causantes de las modificaciones del paisaje, teniendo un papel fundamental en la definición de la forma y estructura territorial y urbana. Esto, sumado a la expansión poblacional, es por lo que la extensión de las infraestructuras se ha incrementado considerablemente generando diversas consecuencias como la fragmentación de los ecosistemas, pérdida de la biodiversidad, interrupción de conectores ecológicos, efectos no solo ocasionados por el elevado sellado del suelo que provocan los pavimentos, sino que incluye los efectos secundarios que causan los procesos constructivos teniendo como resultado una fuerte degradación del paisaje.

Figura 28 Fragmentación de hábitats ocasionada por la construcción de una infraestructura viaria. Fuente: Fragmentación del paisaje en Europa. AEMA-OFMA (Die Geographen schwick+spichtig)

La construcción de las grandes infraestructuras conlleva cambios hidrológicos que pueden llegar a alterar el régimen hídrico generando sequías o excesiva humedad, así como la modificación del cauce natural de los barrancos debido al cambio de rumbo de las escorrentías. Causan diferentes tipos de contaminación como la polución del tráfico y el asfalto, que afectan a la calidad de las aguas y la contaminación acústica que genera segregación urbana en los diferentes núcleos que atraviesa dejando a su rastro las consecuencias nombradas anteriormente.

Por estos motivos, es preciso establecer estrategias o acciones desde la planificación urbanística para minimizar su impacto, más teniendo en cuenta que se multiplicarían debido al aumento de su vulnerabilidad frente a los efectos del cambio climático.

En el pasado año 2013 surge un nuevo concepto que abre paso a una nueva generación de infraestructuras, la denominada infraestructura verde-azul (ver área temática Territorio, Paisaje y Biodiversidad y [Eco]sistema Urbano).

Esta infraestructura se nutre de los beneficios que proporciona la naturaleza, pudiendo obtener diversas soluciones dinámicas e innovadoras que permitan crear una infraestructura verde-azul sólida. De igual forma, obtener beneficios adicionales como la absorción de CO2 por ser sumideros de carbono, mejorando la calidad del aire, la reducción del riesgo de inundaciones, control de la erosión, contribución a la creación de nuevos hábitats, mejorar la biodiversidad y mejorar la calidad de vida de la ciudadanía y ayuda a disminuir la vulnerabilidad de las infraestructuras frente al cambio climático.

Líneas


MA.4.1 Línea 1: Infraestructuras resistentes y resilientes.

La adaptación de las infraestructuras viarias a la variabilidad del clima tiene como objetivo prever los efectos adversos y tomar medidas adecuadas, a medio y largo plazo, para evitar o minimizar los datos que puedan causar con el objetivo de reducir los costes económicos futuros y maximizar la rentabilidad de las inversiones.

Siempre ha existido una estrecha relación entre el clima y las infraestructuras, sin embargo, los cambios acelerados que se están produciendo, y los que se prevé que ocurran, hacen que los datos históricos que se utilizan para su diseño no sean suficientes.

Este hecho pone sobre la mesa que, si la planificación y el diseño de estas se continua realizando atendiendo solo a las prácticas más habituales de la ingeniería en base a los datos históricos existentes, es muy probable que no sea posible dar respuesta a los eventos climáticos que vienen sucediéndose y que previsiblemente se seguirán repitiendo con el paso de los años.

MA.4.2 Línea 2: Integración de la naturaleza (SbN). Permeabilidad del suelo.

Existe una relación ineludible e histórica entre infraestructuras y paisaje, ya que entre ambos hechos se ha producido un largo proceso de interacción, es decir, las infraestructuras han contribuido a la conversión de los espacios del territorio y puede decirse que pueden considerarse el tercer gran modificador de los paisajes naturales, tras la agricultura y la urbanización.

Con la oposición entre “naturaleza en la ciudad” y la “naturaleza de la ciudad” se quiere indicar que la ciudad tiene su propia naturaleza, siendo aquella que se vincula con su condición de lugar público. La incorporación a la ciudad de aquellos otros elementos provenientes del sistema natural que adoptan, como la infraestructura verde-azul coincide con un momento en el que se vinculan las dotaciones con la necesidad de amabilizar e higienizar el sistema urbano, siendo la única manera de procurar una alternativa sostenible y de calidad a los espacios sociales.

El concepto de verde urbano no puede limitarse a la vegetación de jardines y al arbolado viario, sino que tendría que integrar espacios concebidos y gestionados con una mirada mucho más amplia para llegar a favorecer la biodiversidad. Es lo que la Comisión Europea ha definido como la infraestructura verde-azul urbana y las soluciones basadas en la naturaleza (SbN) que integran drenajes sostenibles, balsas de laminación, pavimentos permeables, muros o cubiertas verdes, etc.

Escalas de intervención


Ordenación
estructural

Ordenación pormenorizada

Instrumentos complementarios

Ejecución de planeamiento


Estudio detalle
Catálogos
Proyectos urbanización
Proyectos de edificación
Ordenación estructural
Ordenación pormenorizada
Instrumentos complementarios
Proyectos de ejecución
PGO_OE
PGO_OP
PP
PE
PMM
PAMU
OME Y OMU
Estudio detalle
Catálogos
Proyectos urbanización
Proyectos de edificación
Ordenación estructural
Ordenación pormenorizada
Instrumentos complementarios
Proyectos de ejecución
PGO_OE
PGO_OP
PP
PE
PMM
PAMU
OME Y OMU
Estudio detalle
Catálogos
Proyectos urbanización
Proyectos de edificación
Ordenación estructural
Ordenación pormenorizada
Instrumentos complementarios
Proyectos de ejecución
PGO_OE
PGO_OP
PP
PE
PMM
PAMU
OME Y OMU
Estudio detalle
Catálogos
Proyectos urbanización
Proyectos de edificación
Ordenación estructural
Ordenación pormenorizada
Instrumentos complementarios
Proyectos de ejecución
PGO_OE
PGO_OP
PP
PE
PMM
PAMU
OME Y OMU