Como describe Manuel Alemán Álamo (1980) en “Psicología del hombre canario”, el papel del espacio geográfico en la constitución de la personalidad y, por ende, en la configuración de un pueblo, ha adquirido un espacio primordial en las ciencias que estudian al ser humano; la antropología, la neurofisiología, la psicología coinciden en afirmar la incidencia determinativa del paisaje en la construcción de la persona:

“El hombre tiene capacidad modeladora sobre el paisaje. Lo modela hasta hacerlo habitable. Lo domina hasta hacerlo producir. Pero a la vez, el paisaje es modelador del hombre”. (Manuel Alemán Álamo – 1980)

El entorno se modifica de tal manera que se crean paisajes que necesitan manos activas que custodien y eviten la degradación hasta la absoluta irreversibilidad funcional, a niveles ecosistémicos y antrópicos. Es tal la influencia del ser humano y de sus sistemas productivos, que incluso las reservas naturales, que aparentemente parecen vírgenes, han sido también fuente de insumos y recursos, y no solo empleados en agricultura y ganadería. Hay mucha bibliografía al respecto que habla del incuestionable valor ambiental, económico y sociocultural de la agricultura tradicional, y de cómo estos sistemas agrarios se integran ecológicamente en el paisaje, a pesar de haber sido ocupados y modificados ecosistemas naturales en el inicio de la actividad.

El patrimonio y el legado cultural de la población rural, en el que el papel de la mujer tiene un papel muy relevante, es una fuente de conocimiento del territorio, intrincada en la memoria estructural del paisaje que circunda y susceptible de convertirse en una herramienta fundamental dentro de la estrategia para adaptar y mitigar el territorio ante los efectos del cambio climático.

Figura 52. Paisaje de la dehesa. Vía pecuaria Mirador de Bascos (El Hierro). Fuente: https://www.wildcanarias.com (Carlos Antolín Corruesco).

La crisis del campesinado comienza con el cambio de modelo productivo realizado en Canarias en la década de los 60, hacia el fomento e incremento del sector terciario de servicios y el turismo. Esta transformación en el sistema económico canario derivó en el incremento de los flujos migratorios desde el campo a núcleos urbanos más consolidados y con mayores servicios para la ciudadanía, o bien hacia las nuevas zonas turísticas con aparentes mejores oportunidades económicas.

Además el modelo produccionista que se ha generado en Canarias centrado en cultivos de exportación, ha impulsado la decadencia de zonas rurales con un mayor carácter campesino. Esta coyuntura ha supuesto que se haya desvirtuado la labor medioambiental que la gestión de agrosistemas tradicionales posee, al imponerse una agricultura y ganadería globalizada, tanto en el empleo de variedades comerciales, patentadas por multinacionales, como por métodos en los que se priman insumos de origen industrial exógenos al territorio. Además se deben añadir como factores limitantes contribuyentes a esta erosión genética, la pérdida cultural de gestión agroecológica provocada por el abandono generalizado del agro por razones, entre otras, socioeconómicas. Estos factores han devenido en la desaparición de paisajes culturales activos de altísimo valor ecológico y agroecológico, y en el desarraigo de sus residentes y por ende en la pérdida de sus saberes tradicionales. Esta situación produjo una separación generalizada de la actividad agraria y de la sociedad campesina, donde lo individual prima sobre lo colectivo y lo social, generando una quiebra de identidad con el territorio y una fuerte brecha de desigualdad entre sociedades urbanas y rurales.

Figura 53. Paisaje de invernaderos en estado de abandono (sureste de Gran Canaria). Fuente: www.grancanariatv.com

Estos desequilibrios entre identidad, despoblación y abandono del territorio merece una atención especial no sólo por el respeto debido hacia las generaciones anteriores por el inusitado esfuerzo realizado para crear estos paisajes agroganaderos y silvopastoriles (en la mayoría de los casos con mucho más ingenio que medios), sino también por su papel como comunidad creadora de la cultura campesina de cada lugar. Además, resulta necesario señalar el alto valor ecológico de estos lugares por los servicios ecosistémicos generados como zonas tampón o mitigantes ante el cambio climático, y por la importancia que poseen desde una dimensión cultural en lo que a la soberanía alimentaria de la región se refiere.

META 1.

Rehabilitar el paisaje cultural desde una perspectiva multifuncional, teniendo en cuenta la tradición popular de la región, los agrosistemas presentes, la biodiversidad y la evolución prevista ante el cambio climático.

La cultura asociada a la gestión del paisaje se expresa a través de elementos etnográficos diferenciados, materiales e inmateriales. El ser humano como especie que coloniza un espacio geográfico, con asentamientos perdurables en el tiempo generación tras generación, va creando una simbiosis entre el medio natural y su forma de vida.

Prácticamente se puede afirmar que existe tanta diversidad paisajística como sociedades y pueblos hay en el planeta y viceversa. Haciendo hincapié en la importancia en la mano activa del ser humano como gestor del paisaje rural, que no sólo lo entiende, sino que además lo hace suyo, y del que ha aprendido a sacar su máximo rendimiento, teniendo en cuenta incluso el devenir de generaciones: auténtica definición de sostenibilidad, conocimiento ancestral entre las cuerdas por los efectos del cambio climático.

Con el devenir de generaciones, se han forjado los singulares paisajes rurales canarios con sus peculiaridades ecológicas, que rubrican la idiosincrasia y la cultura campesina, haciendo único, no sólo el paisaje en sí, sino la forma de vida asociada a ese paisaje: formas de cultivar, gestión de variedades y cultivares tradicionales, etnografía, gastronomía, saberes etnobotánicas, etc.

Figura 54. Imagen del Parque Rural de Anaga (Tenerife). Fuente: www.webtenerife.com

EL PAISAJE CULTURAL DESDE UNA PERSPECTIVA MULTIFUNCIONAL FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO

En la presente Guía Metodológica se propone un modelo territorial que favorezca la Transición Agroecológica para la revaloración del paisaje rural tradicional, tal y como se revela en las conclusiones de la Jornada organizada por el Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA) y enmarcada dentro del Proyecto europeo EUKI (Reducir las emisiones del sector agrario, una acción ineludible tras el Acuerdo de París):

“Cambiar el modelo agroalimentario es una de las claves para la supervivencia del planeta. Sin una transición agroecológica será casi imposible contener el calentamiento global por debajo de 1,5° y mitigar de forma efectiva los efectos del cambio climático”.

Por tanto, se hace imprescindible el estudio sistemático, la catalogación, el mantenimiento, la regeneración y la preservación de esta diversidad agropaisajística y de su cultura asociada. El propósito es conseguir que la población de estos territorios se sienta realizada, y que mantenga una calidad de vida digna y equiparable a la de la urbe. Matizar que es posible alcanzar un mantenimiento continuado y sostenible de la población a partir de las oportunidades de desarrollo socioeconómico que nos brinda la comprensión y la preservación de estos paisajes rurales tradicionales, que impulsan los recursos endógenos del territorio, haciéndolo más resilientes ante el cambio climático y otras externalidades socioeconómicas. Se debe tomar cada paisaje como elemento atractivo y diferenciador, teniendo especial atención la potencialidad agroturística.

Las últimas tendencias de este sector empiezan a considerar la diversidad paisajística y la cultura del paisaje, así como la valoración de los servicios ecosistémicos que los sistemas agrícolas tradicionales realizan en el paisaje. La cultura campesina tradicional favorece la Economía Circular en el territorio, al invertir acciones positivas perceptibles y resilientes tanto para la sociedad que la habita, así como en la ecología del paisaje.

Figura 55. Paisaje rural de Fuerteventura (Tuineje). Fuente: GEVIC (Consejo Insular de Aguas).

Consecuentemente, se hace necesario que las administraciones locales y regionales evalúen y sean conscientes de la pérdida creciente e irreversible de estos agrosistemas tradicionales a causa de la migración insular de la población, del abandono de los usos y del abandono de la gestión de estos agrosistemas. Todo ello perjudica el material biológico asociado a los mismos y a la ecología del paisaje.

Figura 56. Puntos de partida a considerar a la hora de estudiar el dinamismo del paisaje en un Plan. Fuente: Elaboración propia.

ELEMENTOS O CONCEPTOS CLAVE DE LA META 1:

Valor tradicional del paisaje, Vulnerabilidades del paisaje frente al cambio climático, Abandono de la actividad agroganadera, Procesos de crecimiento expansivo urbano.

Items de análisis
Conocer la situación actual

  • Superficie agraria en uso.
  • Superficie agraria total.
  • Superficie de Hábitats cabezas de serie actual.
  • Superficie de Hábitats cabezas de serie potencial.
  • Capacidad agrológica.
  • Calidad y composición del suelo.
  • Capacidad de uso y de gestión.

Diagnóstico.
Necesidades de actuación

  • Vulnerabilidad del paisaje considerando los efectos del cambio climático.
  • Vulnerabilidad del paisaje derivado del abandono de las actividades agroganaderas.
  • Vulnerabilidad del paisaje frente a actividades antrópica que no son de carácter tradicional.
  • Capacidad de uso y de gestión considerando la presión antrópica insostenible.
  • Identificar las causas de la pérdida de población y de las actividades tradicionales.

A la hora de diagnosticar el grado de resiliencia del paisaje, será fundamental conocer su vulnerabilidad frente a los potenciales impactos del cambio climático, determinar el nivel de abandono de los usos y de la gestión de sus agrosistemas. Asimismo, resulta indispensable identificar el grado de amenaza con respecto a la presión antrópica derivada de la sobreexplotación de los recursos naturales y de los procesos de crecimiento expansivo de los espacios urbanos.

Indicadores.
Evaluación-ordenación-seguimiento

Tabla 16. Resumen de los indicadores cualitativos y cuantitativos del eje de integración TPB2.1 Identidad del lugar. Fuente: Elaboración propia.

INDICADORES CRITERIOS DE ORDENACIÓN EVALUACIÓN
DIAGNÓSTICO
MODELO SEGUIMIENTO TIPO DE INDICADOR
UMBRAL MÍNIMO UMBRAL DE SOSTENIBILIDAD
TPB-IND.18 Grado de degradación del paisaje 100% corresponde a un territorio totalmente con un paisaje rural consolidado e invariable.
Primario

*Los indicadores se encuentran desarrollados de manera pormenorizada en el “Anexo I: Indicadores

Medidas y recomendaciones
Para la ordenación y ejecución

  • (A). Evitar los suelos desnudos desprovistos de vegetación fácilmente erosionables, más afectados por la solarización y por tanto con mayor incidencia sobre la disminución de su actividad microbiana.
  • (M/A). En zonas agrícolas abandonadas y de escaso valor productivo introducir paulatinamente especies autóctonas para evitar la pérdida de suelo, la destrucción de los paisajes aterrazados y mejorar al mismo tiempo, el recubrimiento vegetal de la isla.
  • (A). Reducir las pérdidas de suelo y del horizonte orgánico (O) superficial, por los procesos erosivos, previendo que estas pérdidas serán más acusadas a consecuencia del cambio climático.
  • (A). Empleo de acolchados o mulching para evitar los suelos desnudos o desprovistos de vegetación (fomentar las técnicas de cultivos en jable y enarenados) y para disminuir la evapotranspiración.
  • (A). Conocer aquellas zonas inundables y/o cuencas endorreicas, para mitigar sus efectos negativos y aprovecharlas como fuente de recurso hídrico e incorporar la vegetación pertinente.
  • (A). Fomentar las superficies de zonas tampón con vegetación natural o zonas verdes, para reducir la incidencia de exceso de fertilizantes en el suelo evitando lixiviados o lavados en el entorno de cultivos o en redes de drenaje anexas o interiores a explotaciones agropecuarias, o incluso en márgenes de ciudades y/o núcleos urbanos.
  • (A). Se recomienda la conservación de los muros de contención de terrazas de cultivo abandonadas y de los diques de las escorrentías, a fin de evitar procesos erosivos.

(M=Mitigacion/A= Adaptación)

Criterios para la ordenación

  • (A). Rehabilitar el paisaje cultural desde una perspectiva multifuncional en cuanto a flujos energéticos, servicios ecosistémicos, teniendo en cuenta la sabiduría popular de la región de mujeres y hombres, los agrosistemas presentes, la biodiversidad asociada y la evolución prevista ante el cambio climático.

(M=Mitigacion/A= Adaptación)