La interdependencia entre personas es un rasgo propiamente humano y, por término general, hay dos etapas de la vida en que se necesita de cuidados por parte de otras personas para desenvolverse en la vida cotidiana y para poder realizar tareas básicas diarias: la infancia y la vejez, reuniendo el archipiélago canario, ya en el año 2019, un índice de dependencia del 41,15% de la población.

Además de estos dos momentos vitales, hay otros aspectos que pueden afectar a la capacidad de desarrollar actividades con normalidad y, en este sentido, el VIII Informe de 2018 de la Fundación FOESSA ha analizado las personas que, debido a problemas de salud, presentan limitaciones para la realización de las actividades de la vida diaria, señalando que el 5,9% de la población presenta alguna limitación de su autonomía funcional, siendo un 2,7% las personas afectadas por limitaciones graves, constituyendo un dato esclarecedor en este sentido que la cantidad de solicitudes de prestación a la dependencia, a comienzo de 2019, casi alcanzara la cifra de 50.000.

Las circunstancias descritas, aunque no lo parezca, también pueden ser corregidas a través del planeamiento urbanístico, esto es, a través de un modelo de ordenación que haga más inclusiva nuestras ciudades y poblaciones para la salud de las personas, habilitando espacios urbanos más amables y que inviten a la medicina preventiva; la práctica habitual de ejercicio físico. 

Es por ello que esta Línea de análisis persigue a través del planeamiento urbanístico la consecución de la siguiente:

Esta Meta explora los elementos que configuran el espacio urbano como una herramienta potencial que invite a la ciudadanía a la práctica de actividades en el exterior y del ejercicio físico, contemplando el equilibrio físico y mental desde la dimensión individual o de pequeños grupos, como por ejemplo, comunidades vecinales, entornos laborales, áreas comerciales abiertas, etc.

Figura 151.  Diagrama del modelo para evaluar la Salud Integral urbana de un Plan desde la dimensión individual o de pequeños grupos. Elaboración propia.

El equilibrio nutricional se encuentra determinado por una alimentación variada y nutritiva, repercutiendo positivamente en el cuerpo humano por sus beneficios en la salud, en la actividad física e intelectual. 

Es relevante abordar la importancia del uso del espacio urbano para generar espacios dedicados al cultivo de alimentos de forma sostenible y asequible para la ciudadanía.

Figura 133.  Riesgo del cambio climático en la producción de alimentos (a- capturas de especies marinas y b- rendimientos de los cultivos). Proyección 2010-2109.                                                                        Fuente: Cambio climático 2014. Informe de síntesis (IPCC).

Ante este escenario, se propone que a través  del planeamiento urbanístico se fomente la seguridad alimentaria, señalándose como ejemplo de experiencias previas la “ciudad comestible” de Andernach (Alemania), que ha reconvertido espacios disfuncionales, parques y jardines públicos, en huertos urbanos ecológicos, donde la cooperación ciudadana resulta indispensable y cuya producción está disponible para la alimentación de todas las personas que lo necesiten.

Figura 134.  Huerto urbano en el foso del castillo de Andernach. Fuente: Ecoavant. Instituto Goethe.

Además, dichos huertos urbanos tienen múltiples beneficios para la lucha contra el Cambio Climático, ya que se constituyen en auténticos sumideros de carbono y reguladores del clima urbano, reduciendo el coste de mantenimiento de los espacios libres (debido a la colaboración e intervención ciudadana), contribuyendo a la seguridad alimentaria y al incremento de la producción de alimentos sostenibles.

Y no sólo eso, su previsión por parte del planeamiento urbanístico acarrea la ampliación de la superficie permeable del espacio urbano, el rescate del patrimonio cultural y la  incorporación de espacios en desuso a la relación social, pudiendo constituirse en un elemento más de la infraestructura verde de los pueblos y ciudades, reforzando el protagonismo estratégico de los corredores ecológicos.

Según el proyecto de la Red Internacional de Actividad Física y Medio Ambiente (IPEN), la inactividad física ocasiona anualmente más de 5 millones de defunciones a nivel mundial, escenario que se podría reconducir desde la planificación urbanística a través de los modos de transporte no motorizado y de espacios libres de proximidad que inviten a la ciudadanía a la práctica del ejercicio físico al aire libre, esto es, para cumplir con las recomendaciones de la OMS: “realizar 30 minutos diarios de alguna actividad física reduce el riesgo de mortalidad prematura”. 

Figura 135.  Efectos en la salud por la falta de la actividad física.                                                                Fuente: Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal). https://www.isglobal.org

Para lograr este objetivo, es fundamental que los espacios urbanos, a través de la planificación urbanística, generen suficiente atractivo e inviten a la práctica de deportes al aire libre de manera segura, lugares de encuentro cuya distancia, además, haga que la ciudadanía opte por acudir a los mismos a pie o en vehículos sostenibles, apostando por una red eficiente de carriles bici y de zonas peatonales. 

Figura 1365. Ejemplo de un área natural de juego. Speeldernis, Países Bajos © Sigrun Lobst.

Fuente: www.urbangreenbluegrids.com

Además, este tipo de propuestas en la ordenación urbanística implica una mayor superficie para desarrollar actividades al aire libre, permitiendo un aumento de la distancia social de la ciudadanía ante enfermedades como la COVID-19, pudiendo evitar medidas tan drásticas para la salud física y mental como los confinamientos. 

Por último, es evidente que en caso de que el agua sea un elemento presente en el diseño de estos espacios, es fundamental llevar a cabo de forma regular su control sanitario para evitar vectores de enfermedades relacionadas con los recursos hídricos, dotándolos en cualquier caso no sólo de mobiliario urbano deportivo, sino de áreas de esparcimiento para el cuerpo y la relajación, íntimamente ligados al equilibrio mental.

Figura 137.  Ejemplo de mobiliario activo urbano. Proyecto de Ordenación Paisajística del Bulevar Louis Pasteur y de los espacios públicos principales del Campus Universitario de Teatinas (Málaga).            Fuente: www.plataformaarquitectura.cl.

Considerando el diseño biofílico de las edificaciones y su relación con los espacios exteriores, resulta imprescindible integrar esta perspectiva sobre los elementos constructivos, los materiales y las soluciones sostenibles, prestando especial atención al Síndrome de los Edificios Enfermos (SEE), definido por Cascales Monreal, M. como las; “situaciones en las cuales los ocupantes de un edificio experimentan problemas de salud que provocan un disconfort, absentismo y baja productividad. Estos problemas parecen estar motivados por factores relacionadas con el ambiente del edificio, factores psicosociales y características de los ocupantes”. 

Tabla 3. Características comunes de una edificación enferma. NTP 289. NTP 289. Síndrome del edificio enfermo: factores de riesgo (Gobierno de España) y OMS.

En ese sentido, la OMS identifica una edificación enferma si más del 20% de las personas que ocupan el edificio muestran dolencias y/o enfermedades. 

Por esta razón, la NTP 289 (Síndrome del edificio enfermo: factores de riesgo) propone estudiar en las edificaciones aspectos como los contaminantes ambientales, olores, iones, iluminación, ruido, vibraciones, ambiente térmico, humedad relativa, ventilación y los factores psicosociales.

Cada vez son más numerosos los estudios que evidencian los beneficios de los espacios urbanos de convivencia ligados a la naturaleza y su vínculo con la reducción del estrés psicológico. 

Sin ir más lejos, en el año 2004 la Universidad de Lund (Suecia), analizó el riesgo de padecer trastornos mentales y determinó que la tasa de depresión se encuentra estrechamente conectada al número de habitantes (cuanto mayor es la población de una ciudad, mayor será la probabilidad de padecer depresión). 

Por su parte, en 2011 el Instituto Universitario de Salud Mental Douglas de Montreal (Canadá), advierte que en comparación con las zonas rurales, el vivir en espacios altamente urbanizados incrementa hasta casi el doble la tasa de esquizofrenia, un 39% los trastornos del estado del ánimo y un 21% la probabilidad de padecer ansiedad. 

En consecuencia, desde este punto de vista también resulta conveniente renaturalizar los espacios urbanos con abundantes zonas verdes para reducir las enfermedades psicosomáticas, promoviendo actividades de ocio al aire libre como por ejemplo, la práctica de deportes, paseos, fotografía, zonas de juegos, áreas de recreo para mascotas, solárium…,  y que a su vez, asumirán el valor añadido de incrementar los lugares de interacción social. 

Y de nuevo, desde esta perspectiva, contamos con experiencias de otras muchas ciudades altamente urbanizadas y con un gran abanico étnico y cultural, que han efectuado una planificación y ejecución de proyectos para impulsar su sostenibilidad y a su vez, han supuesto lugares de encuentro social. 

Un ejemplo práctico lo compone el conjunto de proyectos londinenses denominado Bankside Urban Forest, que entre sus múltiples estrategias destaca las mejoras de la ciudad considerando la interacción de residentes locales, empresas, administración y la propiedad privada.

Figura 1387. Huerto urbano de Union Street. Fuente: www.architectsjournal.co.uk

En definitiva, aprovechar la planificación urbanística como una herramienta a través de la cual proyectar, renovar o ejecutar espacios urbanos de nuestras ciudades y poblaciones que, con un clima anual que ya de por sí invita a ello, provoquen a la ciudadanía la práctica de actividades sociales en el exterior y del ejercicio físico al aire libre, contribuyendo así al equilibrio físico y mental de nuestra sociedad individual y conjuntamente, como por ejemplo, comunidades vecinales, entornos laborales, áreas comerciales abiertas, etc.

Elementos o conceptos clave de la Meta.

Nutrición, Actividad física, Habitabilidad, Espacios de convivencia, Diseño biofílico, Multifuncionalidad del espacio urbano.

• Espacios urbanos disfuncionales.
•  Huertos urbanos.
•  Espacios libres que integran la naturaleza (parques, jardines, avenidas,…).
•  Proximidad a zonas naturales (playas, espacios naturales protegidos).
•  Ciudad de los 15 minutos (disponibilidad y seguridad del carril bici, zonas
  peatonales,…).
•  Infraestructuras deportivas y/o mobiliario urbano destinado a la práctica de
  deportes.
•  Infraestructuras con potencial a padecer el síndrome de la edificación enferma
  (por materiales, diseño, antigüedad, disfuncionalidad,…).
•  Lugares de relación social, tanto naturales como de carácter antrópico (playas,
  parques, zonas comerciales abiertas,…).
•  Problemática actual (ambientales, sociales, económicos,…)

A la hora de que las personas responsables de la redacción de los instrumentos de planeamiento lleven a cabo su análisis desde esta perspectiva, es importante considerar tanto las características físicas del medio en el que se insertan las personas, como las interacciones entre las relaciones humanas con en el entorno, considerando recomendable la posibilidad de crear mesas de trabajo con profesionales del sector dentro del proceso de participación ciudadana.

Grado de vulnerabilidad de las personas considerando la nutrición, la actividad física, la habitabilidad (y su disponibilidad) y los espacios de convivencia, todo ello prestando espacial atención a los potenciales impactos del cambio climático.

Además de los indicadores propuestos del área temática Territorio, Paisaje y Biodiversidad, también se propone considerar los vinculados al resto de los ejes de [Eco]sistema urbano. Se debe entender a la salud como un elemento transversal e inherente al desarrollo urbano basado en la sostenibilidad y de cara a favorecer una transición ecológica justa y resiliente frente a los efectos del cambio climático.

Así pues, se establecen unas medidas y propuestas en aras de viabilizar, desde el planeamiento urbanístico, el cumplimiento de la meta.

Estas medidas son complementarias a las propuestas en la línea de análisis EU.4.2 Confort Ambiental.

A saber:

• (A). Se considerará el desarrollo de una Red de la infraestructura verde-azul que conecte ambientalmente la ciudad con su entorno, considerando la diversidad funcional.
• (A). Se potenciará los huertos urbanos y el acceso a las personas que quieran participar en dicha dinámica, partiendo bajo los principios de los agrosistemas sostenibles.
• (A). Se dotará de multifuncionalidad a los espacios urbanos disfuncionales, con actuaciones que priorizarán las Soluciones basada en la Naturaleza.
• (A). Intervención en los espacios, infraestructuras y/o edificaciones que sean perjudiciales en la salud integral de las persona. 
• (M/A). Se promoverá la actividad física, tanto de manera activa (mobiliario urbano deportivo, centro de deportes,…) como pasiva (aumentos de la zonas peatonales, ampliación de la red de carriles bici,…).
• (A). En muy importante involucrar a la ciudadanía y los agentes implicados en los procesos de transformación urbanística. proceso sea integral, cooperativo y transparente.

(M=Mitigacion /A= Adaptación).