La vulnerabilidad asociada a los impactos del cambio climático tiñe tantos y tan diversos ámbitos que hacer una aproximación a ellos se presenta como una tarea inabordable. No obstante sirvan los primeros pasos de esta Guía para tener una primera mirada a esta realidad.

META
Hacer un acercamiento a la relevancia de los elementos que desde la perspectiva del entorno vulnerabiliza/fragiliza a la población frente a los impactos del CC.

Los aspectos, que en alguna medida, se ven concernidos por la crisis climática van desde la salud, las condiciones de vida de las personas, las circunstancias que conforman el modo y manera en que socializamos, en cómo nos relacionamos en comunidad, con el espacio, con las tradiciones… Todas estas dimensiones establecen entre sí una conexión estrecha y dialéctica que hace que actuar sobre una de ellas tenga una incidencia, de forma sustancial, en el resto.

Cado uno de los ámbitos con una afectación determinada tenderá a vulnerabilizarse aún más atendiendo a determinados aspectos relativos a las características sociales, demográficas y a la situación de fragilidad de la cada dimensión parte específicamente.

El sexo, la edad, la diversidad funcional, la situación económica, la composición de los hogares, la condición de inmigrante entre otros elementos atribuyen, suman grados de fragilidad a la posición ya vulnerable de partida para cualquiera de las personas o aspectos de la vida que reciban los impactos de la crisis climática.

El concepto de vulnerabilidad en su acepción más cercana al urbanismo se refiere a “la potencialidad de que la población de un determinado espacio urbano concreto sea afectada por alguna circunstancia adversa” la definición incide más no tanto “en la existencia de una situación crítica constatada en la actualidad como a la de unas determinadas condiciones de riesgo, fragilidad o desventaja que harían posible la entrada en esa situación crítica”.

Figura 50. Elementos claves en la vulnerabilidad urbanística frente al CC. 44 Elaboración propia a partir del

Ministerio de Fomento

Tal y como se ha venido señalando (ver Dimensión humana del cambio climático) los factores que fragilizan la vida de las personas tienen un carácter multidimensional, tanto en lo que se refiere a las características propias en las que vive la población como en los tiempos y espacio en el que transitan. De ahí surge cómo se ha venido señalando la necesidad de contar con fuentes secundarias de calidad con un nivel de desagregación que permita detectar las dimensiones que enquistan y agravan las situaciones de fragilidad. Adicionalmente esta información se ha de complementar con el trabajo derivado de los procesos de participación y de co-creación.

Como se ha señalado la desigualdad viene no solo de la carencia o inequidad social real sino de la percibida. De ahí la necesidad de poner en marcha las medidas y propuestas que inciden en hacer más amable en todos los sentidos el entorno en que se viven, mejorar la dotación de infraestructura, la rehabilitación que haga que las personas que habitan y transitan por un espacio se sientan parte de él y fundamentalmente no sientan desigualdad y perciban desequilibrio entre lo que tienen en su entorno más próximo y lo que se observa en otros. Es decir la parte emocional o psicosocial es igualmente relevante ante la asunción de desigualdad, de desequilibrio o de fragilidad que suponen los impactos del cambio climático.

Los principales nichos de fragilidad o de vulnerabilidad que se analizan más pormenorizadamente en la Dimensión humana del cambio climático basculan en torno a las características sociales, demográficas, económicas, residenciales y a la vulnerabilidad subjetiva/percibida.

Figura 51. Principales aspectos generadores de fragilidad. Fuente: Ministerio de Fomento. Elaboración propia.

Estas, entre otras vulnerabilidades se conjugan con los impactos del cambio climático en el terreno y sobre la forma en que viven las personas, su cultura, sus tradiciones, su forma de ser comunidad, de interactuar y de enfrentar el futuro.

Los impactos del cambio climático, entre otros, aumento de las temperaturas, de los fenómenos extremos, mayor frecuencia de las olas de calor, de los episodios de tormentas de calima, atendiendo en que ámbito territorial, el espacio construido, la población sobre la que incide su afectación variará notablemente. Y es esta la clave que se desarrolla con más profusión en el eje Incidencia del cambio climático sobre las personas.

Detectar a través del análisis de la realidad de cada uno de los espacios en los que la población hace vida, la incidencia que el cambio climático tiene en el entorno construido y cómo la ciudadanía puede hacerle frente dependiendo de sus circunstancias, edad, sexo, movilidad, situación económica… es el vértice sobre el que asentar las medidas en pro de la una transición justa. La ambición es que los costes y los beneficios de esta transición se distribuyan equitativamente y, sobretodo se mitiguen las condiciones de partida que vulnerabilizan a las personas.