Debido a su insularidad, a la población residente y al número de visitas que recibe el archipiélago canario cada año, el territorio presenta una elevada presión antrópica, quedando al descubierto un importante déficit ecológico.
DATO INFORMATIVO: En 2018 el territorio canario (7.473,21 km2) se encontraba habitado por 2.127.685 personas y recibió 83.808.412 visitas, quedando evidenciada la elevada presión antrópica en la que se encuentra sometido Canarias, archipiélago que albergar más 4.200 especies únicas en el planeta.
Además, numerosas publicaciones científicas evidencian que los cambios previstos en el clima de las Islas favorecerán una serie de impactos negativos sobre sus ecosistemas y la biodiversidad, muy frágiles debido a que albergan un elevado número de endemismo únicos en el planeta. Para proteger, conservar y legar este rico patrimonio natural en estado óptimo, resultará indispensable que en las áreas protegidas replanteen sus prioridades con el propósito de llevar a cabo las medidas oportunas para reforzar los ecosistemas canarios ante los efectos del cambio climático, y a su vez, reforzar el papel de los servicios ecosistémicos desde una escala territorial.
En el presente Eje de Integración se aborda la infraestructura verde-azul, los beneficios de los servicios ecosistémicos y su vulnerabilidad frente a los efectos del cambio climático desde una escala municipal y supramunicipal. Las herramientas facilitadas pretenden mejorar el estado de conservación y de la resiliencia de los sistemas naturales, preparándolos frente a un escenario climático incierto.
Asimismo, la Guía es consciente de las posibilidades que tienen los entornos urbanos para generar sinergias positivas en los ecosistemas, tal como se muestra desde un enfoque pormenorizado en el Eje de Integración “EU.1 NATURALEZA COMO ALIADA” (Área temática [Eco]sistema urbano).
Tradicionalmente el modelo de ordenación canario ha generado impactos ambientales negativos y consecuentemente, un deterioro en el equilibrio de los servicios ecosistémicos, manifestando el detrimento de las capacidades territoriales insulares, y que frente a los efectos del cambio climático, supondrá un reto garantizar el bienestar de la sociedad y de las personas que visiten el territorio. La Guía propone diversos enfoques para que los diferente instrumentos de planeamiento urbanístico refuercen el papel de la naturaleza y los beneficios que revierten en la sociedad, redefiniendo la planificación ambiental territorial desde la Acción Climática tal como se afronta en el Eje de Integración MT.1 EQUILIBRIO TERRITORIAL (Modelo Territorial). Para cumplir con este propósito, será imprescindible tender hacia una ocupación sostenible del suelo, por lo que el punto de partida lo compondrán las diferentes Líneas Estratégicas de la futura Estrategia Canaria de Acción Climática (ECAC 2040), ya sea desde un marco normativo y regulatorio, como a través de incentivos e instrumentos, o de la sensibilización, la información y concienciación de la ciudadanía.
Líneas
TPB.1.1 Línea 1: La infraestructura verde y azul: la retórica de un ciclo.
La Infraestructura Verde la conforma una red de elementos naturales y/o seminaturales, diseñada y gestionada para mantener la integridad de los procesos naturales en el territorio, y con ello garantizar la provisión de servicios ecosistémicos y la conservación de la propia infraestructura y de sus partes (Pauleit 2017, Bennett 2006). Es preciso destacar que la vegetación crea sinergias positivas en la conservación de los recursos hídricos (Infraestructura Azul), por lo que en el sistema natural, rural y urbano, la infraestructura verde-azul debe estar integrada de manera coherente, equilibrada y sostenible, de cara a fortalecer la resiliencia de los servicios ecosistémicos de los territorios insulares.
TPB.1.2 Línea 2: Vulnerabilidades de los ecosistemas y riesgos naturales.
Las Islas Canarias suponen uno de los 25 puntos calientes de la biodiversidad mundial. La sostenibilidad de los hábitats de gran parte de nuestros territorios insulares, se ha visto comprometida por las presiones derivadas de la expansión urbana, la sobreexplotación de los recursos naturales y la contaminación. Además, conforme avance los efectos del cambio climático, existe una mayor amenaza que compromete la supervivencia de los ecosistemas canarios. En las próximas décadas se espera que este fenómeno incremente el estrés ambiental que soportan los hábitats isleños y se teme que muchos de ellos no sean capaces de adaptarse. Las respuestas biológicas ya son observables y están ocurriendo en diferentes ambientes (terrestres y marinos) y a múltiples niveles (temporal, espacial y sobre los organismos). Consecuentemente, será primordial que se evalúen con un mayor detenimiento los potenciales impactos del cambio climático sobre la biodiversidad canaria, y se contemplen diferentes escenarios en el territorio. Esto permitirá a los equipos redactores establecer una estrategia coherente y sostenible basada en criterios científicos.
TPB.1.3 Línea 3: Los beneficios de los Servicios Ecosistémicos en la sociedad.
Los sistemas naturales juegan un papel fundamental en el bienestar humano mejorando la salud, la inspiración, la creatividad y siendo el medio perfecto para actividades educativas y de investigación (entre muchos otros servicios). La provisión de estos beneficios es el resultado del propio funcionamiento de los ecosistemas y queda reflejado en el concepto de servicios ecosistémicos. El correcto funcionamiento de los ecosistemas canarios supondrá una valiosa arma para mitigar el cambio climático, y a su vez, un poderoso escudo que reforzará la adaptación frente a las inclemencias de este fenómeno sin precedentes en la historia de la humanidad.
